Ocho relatos. Ocho historias. Ocho vidas entrelazadas. Ocho
mujeres que representan a muchas más: madres, amantes, hermanas, amigas,
abuelas… Ocho latidos bajo ocho pieles diferentes. Ocho gritos. Ocho universos.
Ocho maneras de sobrevivir.

Con una prosa casi poética y un dominio del lenguaje mayúsculo, Magalí
Etchebarne elige dar voz a ocho mujeres para que cuenten su historia.
La suya, la que vivieron, la que recuerdan, la que sintieron, la que sufrieron…
sin permitir que otros se la expliquen, se la reescriban o tuerzan la boca en
un gesto de disgusto al escuchar lo que no quieren oír.
<<Cuando
baja de la sala de operaciones, es otra madre. Está aterrada y es anciana para
siempre. Tiene los ojos abiertos de par en par, mirando al cielo con locura,
como en una canción de rock barrial, ¡pero es mi mamá!, y me gustaría que
saliera y volviera a entrar. Que la devuelvan como estaba cuando
llegamos>>.
Estas ocho mujeres te cuentan su historia como se lo dirían a sí
mismas, como lo escribirían en un diario secreto, como el cuento que contarían
en voz baja al oído de un niño que aún no entiende el significado de las
palabras, como la historia que una anciana cuenta en el parque al desconocido
que se sienta a descansar a su lado: sin miedo, sin vergüenza, sin rubor, sin
arrepentimiento. Con la seguridad que da ser la dueña de su propio destino.
<<Los hombres locos si no llegan del mar van hacia él.
Hacia el mar o hacia cualquier cosa que sea fuerza, corriente y soledad. Hace treinta
años, cuando llegamos a vivir a esta isla, éramos jóvenes y él estaba
completamente loco, no de amor ni de rabia, estaba lleno de cosas, desbordado
de ideas, con sobredosis de todo. Un cuerpo marcado por las sustancias con las
que los jóvenes se tatúan hasta desfigurarse, despegarse, hacerse nuevos>>.
Todo un descubrimiento
esta colección de relatos incómodos, intensos y maravillosos.
SLHLT