martes, 31 de diciembre de 2019

Mi 2019 en lecturas.


EL año se acaba y reflexionar y analizar lo vivido es casi una obligación. ¡Reflexionemos, pues!

No sorprendo a nadie si digo que he leído menos de lo que me hubiera gustado. A pesar de ello, han sido 46 reseñas las que he compartido con vosotros este 2019, 29 de las cuales de libros escritos por mujeres (#leoautoras). 

Reconozco también mis pequeños fracasos asumiendo 2 abandonos sonados: "La isla de los conejos", de Elvira Navarro, y "El niño que comía lana" de Cristina Sánchez Andrade (muy valorados en las redes sociales, pero yo no he podido con ellos). ¡Qué le vamos a hacer!

Una de las cosas que he descubierto es que el hecho de escribir sobre cada libro me hace recordarlos mejor. Y releer las reseñas me permite volver al momento en que viví cada uno de ellos y rememorar lo sentido. Eso es lo que me ha pasado estos últimos días mientras decidía cuáles habían sido los libros qué más me gustaron en el 2019. Aquí os los dejo. 



- La primera mano que sostuvo la mía, por el amor.
- El último vagón, por la ternura.
Lectura fácil, por hacerme pensar en cosas que nunca se me habían ocurrido antes.
- La canción de los vivos y los muertos, por la magia.
- Para Helga, por la verdad y la emoción.

Un fuerte abrazo a todos y ¡feliz 2020!


SLHLT


domingo, 29 de diciembre de 2019

La autopista del Sur

Podría haber sido una tarde de domingo como tantas otras, en las que el atardecer se engalana con calma al ritmo de avance de los coches que vuelven a París. Pero no lo fue.

Los vehículos que apenas se movían, dejan de hacerlo por completo. Y lo que pudo haber sido un atasco como el de cualquier otro domingo, se convierte en algo más. Los minutos de espera se transforman en horas. La gente sale de sus coches y empieza a especular y a hablar con sus vecinos sobre ruedas. Los más osados se atreven a avanzar a pie sobre el asfalto abrasador y entre las hileras de coches recalentados, en busca de noticias.
Nadie sabe nada. Nadie se mueve. Van a pasar allí la noche, les guste o no.
Sale el sol y hasta que vuelve a ponerse, solamente han avanzado unos pocos metros. ¿Qué habrá podido pasar? Pronto llegarán refuerzos. Mientras tantos, algunos se erigen en líderes y buscan agua y comida para los niños y los ancianos, y se van organizando en grupos.
Los días pasan y el sol ya no calienta. Se establecen jerarquías, se hacen amigos, se cuida de los más débiles y se llevan a cabo expediciones por los alrededores en busca de comida y agua. Cada uno asume su rol. Y la vida, el amor y la muerte van pasando sin percatarse de la inmovilidad reinante.
Pero todo lo que empieza, termina. Y, casi como por arte de magia, los coches vuelven a moverse. Primero avanzan lentamente. Todos juntos. Poco a poco. Pero a medida que van subiendo las marchas y el tráfico es fluye, los grupos se pierden, al mirar por la ventanilla ya no reconocen a sus vecinos de automóvil… La vida sigue. Avanza. Inexorablemente. No hay vuelta atrás.
Este relato corto es una metáfora asfixiante sobre las vidas que vivimos sin darnos cuenta, atrapados en una rueda de hámster día tras día, y sin poder parar a reflexionar qué pasaría si nos apeásemos.
A mí me ha recordado a ese verano de la adolescencia que idealizas como el mejor de tu vida y que te hace esbozar una sonrisa cuando lo evocas. Esa posibilidad de ser otro tú durante un campamento de verano o un intercambio de idiomas. Y ese choque con la realidad de encontrarte con tu yo de siempre al volver a casa.
SLHLT

martes, 24 de diciembre de 2019

Infamia

INFAMIA
Del lat. infamia.
     1. f. Descrédito, deshonra.
     2. f. Maldad o vileza en cualquier línea.
Nunca un título ha descrito tan bien el contenido de un libro.
Una plaza temporal para enseñar Derecho Penal en la Universidad de Vigo es la excusa y el empujón que necesita Emma para escapar de la relación tóxica en la que está implicada desde hace 20 años.
Un sitio nuevo. Un comienzo. Una oportunidad. La posibilidad de curarse y volver a empezar.
Para evitar el bullicio de la ciudad, Emma alquila una pequeña casa en Merlo, un pueblecito cercano a Vigo. Al poco tiempo de instalarse allí ve unos carteles pegados por todo el pueblo. Habrá un acto de recuerdo a las hermanas Giraud en el pueblo, al cumplirse 25 años de su desaparición.
Sofía y Blanca. 14 y 6 años. Nunca aparecieron…
Pero en el pueblo todos parecen guardar algún secreto.
El silencio se puede cortar con cuchillo y tenedor. La tierra late bajo los pies de los habitantes de Merlo. Y la niebla… La niebla cómplice se ha vuelto espesa desde la desaparición.
Y Emma se pondrá a investigar, sin ser consciente del peligro al que se enfrenta.
No es un thriller. No es una novela policiaca. Es un descenso a los infiernos de la naturaleza humana. 32 capítulos maravillosamente escritos, en los que vas de la mano de Emma desentrañando lo ocurrido. Víctimas y verdugos. Y un final abierto.
El capítulo de la casa me dejó sin aliento. Tuve que parar de leer para respirar.
No conocía a Ledicia Costas, pero escribe tan bien, que la seguiré de cerca a partir de ahora.
Me ha gustado muchísimo. Espero que a vosotros también.
SLHLT