miércoles, 30 de marzo de 2022

Sed

<< Uno tras otro, los testigos de cargo fueron desfilando. No di crédito cuando vi llegar a los recién casados de Caná, los beneficiarios del primer milagro.

-Este hombre tiene el poder de transformar el agua en vino -declaró, muy serio, uno de los cónyuges-. Sin embargo, esperó al final de la boda para ejercer su don. Se complacía con nuestra angustia y humillación cuando podría habernos ahorrado ambas perfectamente. Que el mejor vino se sirviera después del mediocre fue culpa suya. Fuimos el hazmerreír de todo el pueblo.

Miré con calma a los ojos de mi acusador. Me sostuvo la mirada, convencido de tener la razón. […]

Uno a uno, los treinta y siente beneficiarios de mis milagros fueron sacando sus respectivos trapos sucios. El que más gracia me hizo fue el exposeso de Cafarnaún:

-¡Desde el exorcismo mi vida es de lo más banal!

El antiguo ciego se quejó de lo feo que era el mundo, el antiguo leproso declaró que nadie le daba ya limosna, el sindicato de pescadores de Tiberiades me acusó de haber favorecido a una cuadrilla frente a las demás; Lázaro contó hasta qué punto le resultaba odioso tener que vivir con el olor a cadáver impregnado en la piel.

Obviamente, no fue necesario sobornarles, ni siquiera exhortarles. Cada uno acudió a declarar en mi contra por su propia voluntad. Más de uno manifestó hasta qué punto le aliviaba poder desahogarse por fin en presencia del culpable.

En presencia del culpable. >>

 Original, diferente, emocionante, filosófica, divertida y sobre todo humana. Así es Sed, la última novela traducida al español de la singular y genial Amélie Nothomb.

En esta historia se pone en la piel de Jesucristo, siendo él mismo quien nos relata sus últimas horas: su miedo, su dolor, su incomprensión y la sed que lo va invadiendo en su camino hacia el Calvario.

Entre los recuerdos de su infancia, su padre, sus amigos, el descubrimiento del amor y del deseo, Jesucristo reflexiona acerca de la vida y la muerte, del cuerpo y del alma y de Dios y su creación. Duda de que su Padre divino lo haya amado lo suficiente y haya entendido su obra culmen, por el desprecio al dolor y al sufrimiento de los cuerpos mortales.

<< La gran diferencia entre mi padre y yo es que él es amor mientras que yo amo. Dios dice que el amor es para todo el mundo. Yo, que amo, me doy perfecta cuenta de que es imposible amar igual a todo el mundo. Es una cuestión de aliento >>.

Niega haber dicho jamás <<Perdónalos, Padre, no saben lo que hacen>> y reflexiona y apuesta por el cuerpo mortal, pues él, bajo la piel que habita, nunca ha sentido tanto la divinidad como cuando ha conseguido satisfacer las necesidades de su cuerpo.

<< Para experimentar la sed hay que estar vivo. Yo he vivido de un modo tan intenso que he muerto sediento.

La vida eterna quizá sea eso >>.

Sé que con Amélie Nothomb no soy imparcial, pero no puedo dejar de recomendaros este libro. Es una maravilla.

SLHLT

miércoles, 23 de marzo de 2022

Yo no sé de otras cosas

<< Le digo que yo no sé de otras cosas, pero sé que por ese camino solo hay bosque. El señor me contesta: <<Es por ahí>>. ¡Que no, que no, que no, que se va usted a morir si va por ahí! Si quiere le indico o le llevo hasta su perro, le insisto. <<No hace falta>>, me dice él. Y yo le digo: <<Aquí los perros que no comen siempre van al mismo sitio>>. <<Es por ahí>>, me repite. Que no, que no, que no, Le paro con la mano porque yo sé que quienes se adentran en el bosque no salen. No llegan a ningún sitio y se mueren. Se cansan y se deshidratan. Se cansan y se mueren de frío. Se cansan y ya la vida no les enseña ningún camino. Le tiro del brazo y le explico. Le explico que yo soy más de aquí que nadie, que soy joven pero que yo este lugar me lo conozco porque tengo historia. Que si quiere yo le cuento, le digo, que yo perdí a una perra cuando era más pequeña y estaba donde las liebres >>.

Lea, 19 años y ojos de campo, sentada en un banco frente al bosque, trata de convencer a un hombre que busca a su perro de que no se adentre en él, que espere con ella hasta que aparezca, que lo hará, porque ella no sabe de otras cosas, pero sabe cómo es el bosque, a dónde van los perros que se pierden, cómo son los pueblos pequeños de los que nadie se acuerda, en los que los odios se heredan, donde los veraneantes vienen y luego los olvidan, donde los de fuera se establecen y acabas vendiéndoles las tierras y trabajando para ellos, donde tus amigos crecen contigo, donde has de cuidar a una hermana que no se vale por sí misma y ayudar a tu madre en el ultramarinos.

Lea no sabe de otras cosas, pero sabe que uno no siempre se enamora de quien debe y que las abuelas no son como en los cuentos, que el amor no es querer, que querer no vale, lo importante son las circunstancias, que siente un ardor que la ahoga, que el pueblo se le queda pequeño, que ella quiere descubrir el mundo y consumir la vida hasta el hueso.

Y también sabe que los mayas se equivocaron, el mundo no se acabó en 2012, el mundo, a ella, se le acabó ayer.

<< ¿A usted nunca le ha pasado que la vida se le enreda? Pues a mí la vida se me ha enredado, se me ha hecho un nudo que no sé cómo deshacer >>.

Este libro es todo un descubrimiento. Elisa Levi escribe muy bien y muy bonito. El monólogo incontenible de Lea abarca el mundo entero.

Tenéis que leerlo.

Recomendadísimo.

SLHLT

miércoles, 16 de marzo de 2022

Golpes de luz

<< Llevo toda la vida oyendo cosas que no quiero oír. Mierdas. Eso es, llevo toda la vida oyendo mierdas. Y qué quieres que te diga, con casi ochenta años estoy hasta las narices. Lo que peor llevo es aguantar a mi hija. Ya sé que nos pasa a todas cuando empezamos a envejecer, que nadie se vaya a pensar que me las estoy dando de especial. Pero es que es una cruz. Se creen que tienen el cielo ganado por hacerse cargo de nosotras, pero la verdad es que son pesadísimas, no hay Dios que las soporte. Menos mal que llega un momento en que acaban hartas y desisten. Se rinden, dejándonos por imposible. Yo estoy esperando ansiosa por ese momento en que pasen de mí y me dejen a monte de una puñetera vez >>.

Esta es Luz, la abuela de Sebas, una mujer de ochenta años que vivió tiempos muy duros en su juventud, cuyo marido desapareció (dicen que se marchó a la Argentina) y nunca ha vuelto a dar señales de vida. Y esa es una herida que no quiere volver a abrir, por mucho que su hija insista en preguntarle… Luz es todo un personaje: guarda tesoros debajo del colchón, le planta cara a cualquiera, se toma la justicia por su mano, come lo que no debe, juega a las cartas y bebe Sansón con sus amigas, esconde un gran secreto y en ocasiones no puede fiarse de su propia cabeza. Los años…

Julia, la hija de Luz, se acaba de divorciar y ha decidido dejar Madrid y volver al pueblo a vivir con su madre y a cuidar de ella porque, aunque siempre ha sido una fuerza de la naturaleza, no se cuida nada y ya se ha llevado algún que otro susto. Además, le gustaría conocer la historia de su padre, esa que Luz le esconde. Tampoco le vendrá mal el cambio a Sebas… O eso espera.

Sebas todavía es un niño y el ojito derecho de su abuela. El cambio de Madrid al pueblo ha sido muy grande y echa de menos a su padre. Pero con la ayuda de Noa y Guerrero todo será más fácil y las aventuras están aseguradas. No se lo ha dicho a su madre, pero está convencido de que su abuela Luz en realidad es Thor. ¿Por qué si no llevaría un martillo a todas partes?

Pasado, presente y futuro. Tres narradores y una misma historia, cuya versión varía en función de lo que saben, lo que descubren o lo que imaginan. Ambientada en Galicia e impregnada de la idiosincrasia de sus gentes, con el marco de fondo del narcotráfico de la década de los 80, esta novela por su combinación perfecta de ternura, intriga y humor.

Si, como a mí, Ledicia Costa os dejo sin aliento en Infamia, no temáis, pues aquí nos lo compensa dibujándonos una sonrisa en la cara y puede que con alguna que otra lágrima furtiva.

Os va a encantar.

SLHLT

 

miércoles, 9 de marzo de 2022

Páradais

<< Todo fue culpa del gordo, eso iba a decirles. Todo fue culpa de Franco Andrade y su obsesión con la señora Marián. Polo no hizo nada más que obedecerlo, seguir las órdenes que le dictaba. Estaba completamente loco por aquella mujer, a Polo le constaba que hacía semanas que el bato ya no hablaba de otra cosa que no fuera cogérsela, hacerla suya a como diera lugar; la misma cantaleta de siempre, como disco rayado, con la mirada perdida y los ojos colorados por el alcohol y los dedos pringados de queso en polvo que el muy cerdo no se limpiaba a lametones hasta no haberse terminado entera la bolsa de frituras tamaño familiar >>

Polo vive en Progreso, un barrio humilde, junto con su madre y su prima. Cada mañana se dirige a la urbanización de lujo Páradais, donde trabaja como jardinero y chico de los recados. Allí conoce a Franco, vecino de la casa donde él trabaja y con cuya dueña está obsesionado.

Ambos muchachos, pertenecientes a mundos antagónicos, tejen una amistad conveniente, basada en el beneficio propio, la soledad, el aburrimiento y el no ser capaces de encontrar su lugar en el mundo. Cada noche, en el manglar, mientras beben hasta casi perder el sentido, planean un crimen salvaje que cambiará sus vidas.

La autora nos cuenta, desde la oralidad, una historia cruda y brutal que es una pura huida hacia delante y que tiene como telón de fondo las desigualdades sociales, la violencia, la misoginia, y la falta de esperanza de los que no tienen nada que perder.

Esta es un novela angustiosa, incómoda y desasosegante. Y eso es exactamente lo que la autora pretende transmitir, haciéndolo con maestría y un enorme dominio del lenguaje y de la técnica narrativa. 

A muchos no os va a gustar, y lo entiendo, pero a mí me ha parecido magnífica.

SLHLT

miércoles, 2 de marzo de 2022

A veces estoy contenta, pero tengo ganas de llorar

< Ahora tu marido también está muerto, Anna. Tu marido, nuestro marido. Me habría gustado que yaciera junto a ti, pero tienes vecinos, un abogado y una señora que enterraron hace un par de años. El abogado llevaba tiempo allí cuando llegaste tú. Encontré una tumba libre para Georg en la calle siguiente; desde tu tumba se ve la parte trasera de su lápida. Me decidí por la caliza, a pesar de que el cantero me dijo que no aguantaría a la intemperie. ¿Qué mas da? No me gusta el granito. Los mellizos habrían preferido el granito, en eso estuvieron de acuerdo por una vez. EL granito es demasiado pesado, y nuestro Georg se quejaba de una presión en el pecho. Seguramente deberíamos habérnoslo tomado más en serio, pero él le quitó importancia. Primero se quejaba, y cuando querías que te hablara de sus preocupaciones, te rechazaba. Así era Georg. >>


Hace poco que Ellinor se ha quedado viuda y decide escribirle una carta a su difunta amiga Anna. Ambas estuvieron casadas con Georg y nadie mejor que ella para entender lo que le pasa por la cabeza: setenta años a algunos les parecerán muchos, pero ella sigue viva y quiere empezar a vivir a su manera, volver a los orígenes, simplificar... Los chicos no lo entienden, pero qué más da. ¡¡Es su vida!!

Lo que empieza siendo una carta a modo de catarsis, le servirá a Ellinor para reflexionar y volver al pasado con otros ojos, con una mirada nueva que le dará el empuje que necesita para vivir el presente como ella quiera.

He de reconocer que elegí el libro por el título y su preciosa portada, pero me encontré entre sus páginas más de lo que esperaba.

Me gustan las historias de reflexión y cambios, de conseguir ser fiel a uno mismo, que se desvelan poco a poco y en las que parece que no pasa nada, pero no es cierto, lo que pasa es la vida. Si a ti también, este libro es para ti.

SLHLT