Lea, 19 años y ojos de campo, sentada en un banco frente al bosque, trata de convencer a un hombre que busca a su perro de que no se adentre en él, que espere con ella hasta que aparezca, que lo hará, porque ella no sabe de otras cosas, pero sabe cómo es el bosque, a dónde van los perros que se pierden, cómo son los pueblos pequeños de los que nadie se acuerda, en los que los odios se heredan, donde los veraneantes vienen y luego los olvidan, donde los de fuera se establecen y acabas vendiéndoles las tierras y trabajando para ellos, donde tus amigos crecen contigo, donde has de cuidar a una hermana que no se vale por sí misma y ayudar a tu madre en el ultramarinos.
Lea no sabe de otras cosas, pero sabe que uno no siempre se enamora de quien debe y que las abuelas no son como en los cuentos, que el amor no es querer, que querer no vale, lo importante son las circunstancias, que siente un ardor que la ahoga, que el pueblo se le queda pequeño, que ella quiere descubrir el mundo y consumir la vida hasta el hueso.
Y también sabe que los mayas se equivocaron, el mundo no se acabó en 2012, el mundo, a ella, se le acabó ayer.
<< ¿A usted nunca le ha pasado que la vida se le enreda? Pues a mí la vida se me ha enredado, se me ha hecho un nudo que no sé cómo deshacer >>.
Este libro es todo un descubrimiento. Elisa Levi escribe muy bien y muy bonito. El monólogo incontenible de Lea abarca el mundo entero.
Tenéis que leerlo.
Recomendadísimo.
SLHLT
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