miércoles, 16 de marzo de 2022

Golpes de luz

<< Llevo toda la vida oyendo cosas que no quiero oír. Mierdas. Eso es, llevo toda la vida oyendo mierdas. Y qué quieres que te diga, con casi ochenta años estoy hasta las narices. Lo que peor llevo es aguantar a mi hija. Ya sé que nos pasa a todas cuando empezamos a envejecer, que nadie se vaya a pensar que me las estoy dando de especial. Pero es que es una cruz. Se creen que tienen el cielo ganado por hacerse cargo de nosotras, pero la verdad es que son pesadísimas, no hay Dios que las soporte. Menos mal que llega un momento en que acaban hartas y desisten. Se rinden, dejándonos por imposible. Yo estoy esperando ansiosa por ese momento en que pasen de mí y me dejen a monte de una puñetera vez >>.

Esta es Luz, la abuela de Sebas, una mujer de ochenta años que vivió tiempos muy duros en su juventud, cuyo marido desapareció (dicen que se marchó a la Argentina) y nunca ha vuelto a dar señales de vida. Y esa es una herida que no quiere volver a abrir, por mucho que su hija insista en preguntarle… Luz es todo un personaje: guarda tesoros debajo del colchón, le planta cara a cualquiera, se toma la justicia por su mano, come lo que no debe, juega a las cartas y bebe Sansón con sus amigas, esconde un gran secreto y en ocasiones no puede fiarse de su propia cabeza. Los años…

Julia, la hija de Luz, se acaba de divorciar y ha decidido dejar Madrid y volver al pueblo a vivir con su madre y a cuidar de ella porque, aunque siempre ha sido una fuerza de la naturaleza, no se cuida nada y ya se ha llevado algún que otro susto. Además, le gustaría conocer la historia de su padre, esa que Luz le esconde. Tampoco le vendrá mal el cambio a Sebas… O eso espera.

Sebas todavía es un niño y el ojito derecho de su abuela. El cambio de Madrid al pueblo ha sido muy grande y echa de menos a su padre. Pero con la ayuda de Noa y Guerrero todo será más fácil y las aventuras están aseguradas. No se lo ha dicho a su madre, pero está convencido de que su abuela Luz en realidad es Thor. ¿Por qué si no llevaría un martillo a todas partes?

Pasado, presente y futuro. Tres narradores y una misma historia, cuya versión varía en función de lo que saben, lo que descubren o lo que imaginan. Ambientada en Galicia e impregnada de la idiosincrasia de sus gentes, con el marco de fondo del narcotráfico de la década de los 80, esta novela por su combinación perfecta de ternura, intriga y humor.

Si, como a mí, Ledicia Costa os dejo sin aliento en Infamia, no temáis, pues aquí nos lo compensa dibujándonos una sonrisa en la cara y puede que con alguna que otra lágrima furtiva.

Os va a encantar.

SLHLT

 

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