viernes, 18 de agosto de 2017

Qué fue de Sophie Wilder

Charlie Blakeman ronda la treintena y se siente algo frustrado y perdido. Es escritor. Y aún trata de asimilar el poco éxito que cosechó su primera obra. Debería estar escribiendo su segundo libro, pero no se siente capaz. En lugar de ello se dedica a vivir como un veinteañero despreocupado y, junto con su primo Max, no hay noche que no celebren una fiesta con gente del mundillo de la cultura neoyorquina. Excesos de postureo, alcohol y frivolidad.

Una de esas noches aparece Sophie Wilder, su novia de la universidad. Hace casi diez años que no la ve. Sabe que escribió un libro y que se casó. Pero poco más. Sophie fue la mujer que le cambió la vida. Y al verla, le resulta inevitable recordar… Y sentir. Y quiere saberlo todo: por qué está allí y qué ha sido de su vida en durante todos estos años.
Pero los primos Blakeman y su historia constituyen poco más que el marco para la verdadera protagonista: Sophie Wilder. Un accidente de tráfico la dejó huérfana muy joven. Y desde entonces no hizo otra cosa que intentar llenar el vacío que sentía en su interior y tratar de establecer vínculos que la hicieran sentir en casa. Y estos bálsamos fueron muchos y variados: la literatura, Charlie, otros chicos con los que estaba cuando necesitaba poner espacio entre Charlie y ella, la escritura, Tom, la religión y finalmente su suegro moribundo.
Nunca nada fue suficiente. Nada definitivo. Por el camino, por suerte o por desgracia, descubrió secretos que la atormentarían, e hizo cosas con las que tendría que aprender a vivir.
Una especie de narrador omnipresente nos describe a retazos trozos de la vida de Sophie, que es un personaje rico en matices, fuerte y vulnerable a la vez, y tremendamente cautivador. Es lo mejor de la novela. Y el final es fantástico.
Lo que menos me ha gustado es la necesidad de Sophie en refugiarse en la fe cristiana. No me lo acabo de creer. Y aunque el final va muy ligado a ello, a mí me sobra.
Muy recomendable.
SLHLT

martes, 15 de agosto de 2017

Piel de lobo

Sofía y Rita. Son hermanas. Tiempo atrás quizás estuvieran más unidas. O puede que no. Recogen, casi en silencio, la casa de su padre. Rita quiere acabar pronto, irse y venderla. Sofía no sabe lo que quiere. Ya hace casi un año que murió. Es raro empaquetar las cosas de otro. Parecen apagadas al haber perdido a su dueño. Recuerdos olvidados entre el polvo.
Sofía. Una huida. De un matrimonio roto y de una vida en apariencia anodina, sin más objetivos que Leo, su hijo de cinco años. Una casa vacía que la recibe indiferente. ¿Cómo rehacerse? ¿Cómo encontrar su lugar en el mundo? Culpa, miedo, dependencia, obsesión por la comida sana, calor, hormigas y un jardín, serán los testigos de su verano en el pueblo.
Rita. La pequeña. Más independiente. Más libre. Más avispada. Más valiente. Está con quien quiere y donde quiere, cuando ella quiere. También vuelve a la casa.
El silencio entre ellas esconde algo más profundo: el miedo a atravesar sus propias corazas. Sus recuerdos. El dolor es tan hondo que hace imposible cruzar puertas que no están cerradas. Quizás lo estuvieron. Pero ya no. Nunca más.
Solo tienes que entrar.
En una atmósfera densa y pegajosa se desarrolla el verano de estas dos hermanas. Comparten con nosotros unos pocos recuerdos que desbaratan la idea que nos hicimos de ambas. Nos sorprenderán: la vida aburrida de Sofía no lo era tanto, y las heridas de Rita son de una intensidad tal que su única opción fue avanzar.
La tensión aumenta y descubrimos su infancia. Donde empezó todo.
La piel no era de cordero. No se escondía. No. Su piel era de lobo. No engañaba a nadie. Pero ningún adulto lo quiso ver. Quedó a su merced.
No había leído nada de Lara Moreno, pero ante las buenas opiniones y reseñas que me iba encontrando por ahí, Piel de lobo, se vino una tarde conmigo a casa. Y he de decir que no me arrepiento. Está muy bien escrito. La autora tiene un estilo muy personal, con frases largas, llenas de metáforas. A veces, casi poético. Y tiene la sabiduría y la técnica necesarias para llenar de contenido y emoción una historia en la que parece que no pasa nada. Pero, ¡vaya si pasa!
Y para ser sinceros también he de deciros que igual que me gustó, también me costó. Me afectó. Tuve que parar varias veces e intercalar otros libros. Me hizo daño. Me dolió. ¡Es una gran historia! Pero una historia terrible.
SLHLT


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Los lobos que no se esconden, los que enseñan su piel brillante sin pudor a plena luz del día, son peligrosos. Pero no más que cualquier otro que se esconda entre pieles de cordero. Lo son porque los que los rodean no quieren asumir que realmente son lobos, que hay un lobo en su casa, que un día salió de su vientre... Nadie hace nada. Y el lobo ataca. Y volverá a atacar. Es una fiera.

viernes, 11 de agosto de 2017

Cuentos escogidos

Después que leer Siempre hemos vivido en el castillo me quedé con ganas de más, y gracias a la editorial minúscula he podido satisfacer mi ansia lectora de Shirley Jackson.
Cuentos escogidos es una recopilación de ocho historias que, a finales de los años cuarenta, fueron publicados en diversos periódicos y revistas. Algo hoy en desuso, aunque muy popular en la época. Pero además, esta edición nos regala tres conferencias de la autora en las que aborda la creación literaria desde su propia experiencia, y donde nos cuenta la repercusión que tuvo uno de sus cuentos más famosos, “La lotería”, en la sociedad de la época.
He de reconocer que estas conferencias me han gustado tanto o más que los cuentos y en ellas se aprecia el dominio del oficio de la autora, su forma particular de ver la vida y su gran sentido del humor.
Pero los cuentos también son estupendos, y en ellos reconozco a Shirley Jackson como una gran contadora de historias. Y aunque siempre se la asocia con el género de terror gótico, aquí no aparece por ninguna parte, siendo estos cuentos igualmente perturbadores. En este caso el desasosiego parte de lo cotidiano, del comportamiento del ser humano y sus maldades de cada día, sus impulsos disculpados y las actitudes que nos alteran la paz de espíritu.
Así, nos encontraremos búsquedas desesperadas, risas ahogadas detrás de las puertas, conversaciones con extraños en trenes, reacciones poco inocentes de mentes infantiles, lenguajes propios entre niños, prejuicios, metamorfosis, la necesidad de quitarle a otro lo que anhela, viajes nocturnos mitigando dolores con opiáceos y café, desorientación, desapariciones y salvajes ritos ancestrales en los pueblos de la América profunda.
¡¡Os van a encantar!!
SLHLT

martes, 8 de agosto de 2017

Náufragos

Sepia. Madrid. Los ochenta.
Azul. Barcelona. Diez años después.
Alex, y Julio. Dos personas que se encuentran diez años atrás, en un momento de sus vidas en el que todo está por hacer, por decidir, por pasar, por vivir. 
Ese momento en la vida de cualquiera de nosotros en el que aún todo era posible. Ese lugar mental que construimos y reconstruimos una y otra vez, cuando el tiempo pasaba lento y éramos inmortales: ¡el centro del universo! Y que recordamos con nostalgia, no solo de lo que fuimos, si no de lo que aún podíamos llegar a ser. 
Un momento en el que conoces a alguien sin ser consciente de lo que puede cambiar tu vida… Y tú la suya.
Una década después parecen los mismos, con un peinado, una ciudad, un trabajo y una pareja distintos. Pero son otros. Eso es lo que hace la vida casi sin darte cuenta. 
Carpetas llenas de recuerdos. Fotos descoloridas. Nostalgia de otro tiempo. De otro lugar. De otro tú. De otro yo. 
Y se vuelven a encontrar. Y todo parece igual. Pero no lo es. Y después de la pausa y de los calambres en el alma generados por el recuerdo, por lo no dicho, por lo no hecho… ¡A seguir con la vida!
Los dibujos son fantásticos. Y la historia, sin ser especialmente original, es bonita. Me ha gustado. Os lo recomiendo.
SLHLT