martes, 31 de enero de 2023

Sinsonte

Ya no nacen niños.

 

El ser humano hace tiempo que dormita, atiborrado de drogas que le eviten el más mínimo sufrimiento. El individualismo, la autocomplacencia y la ausencia total de dolor han regido sus vidas desde el momento de su nacimiento. Es lo que se espera de ellos, lo que han aprendido y lo que les han enseñado. También es la ley. Una ley para humanos hecha por robots.

 

Spofforth es un máquina 9, el último de su categoría. El robot más perfecto jamás creado, decano de la Universidad de Nueva York y fabricado con un cerebro artificial creado a partir de una conciencia humana. A veces le asaltan recuerdos y sensaciones que nunca ha vivido y que lo atormentan. Los anteriores robots de su nivel acabaron autodestruyéndose. Pero él no puede. Corrigieron ese error. Ha de seguir “viviendo” mientras queden humanos sobre la faz de la Tierra.

 

Un día, un profesor llamado Paul Bentley se pone en contacto con él para decirle que ha aprendido a leer él solo y que ese talento podría resultarle de interés a la Universidad De Nueva York. ¡Es casi milagroso! Nadie sabe leer ni escribir. Tampoco el perfecto Spofforth. Aunque aprender a leer es un delito y poseer libros está prohibido, podría serle de utilidad…

 

Este es el punto de partida de Sinsonte, una distopía ambientada en el siglo XXV donde los seres humanos viven idiotizados, sin un objetivo ni un afán en sus vidas. Donde todo el conocimiento anterior se ha perdido y casi no hay esperanza para la humanidad.

 

Me ha gustado mucho. Es entretenida, interesante e invita a la reflexión, pues es una crítica a una sociedad que deja todas sus responsabilidades en manos de la tecnología y en la que leer se convierte en un acto de rebeldía y supervivencia.

 

Os va a encantar.

SLHLT 

sábado, 21 de enero de 2023

La ciudad de cristal

He de confesar que no conocía el relato de Paul Auster antes de sumergirme en esta novela gráfica, por lo que os hablaré de ella sin disponer de referencias previas.

 

David Quinn, escritor, no se encuentra en su mejor momento. Su vida está en horas bajas tras la muerte de su mujer y su hijo.

 

Una noche recibe una llamada preguntando por alguien que no es él, un tal Paul Auster, investigador privado. Cuelga el teléfono y la ignora. Las llamadas se repiten noche tras noche. Así que pergeña un plan: se hará pasar por él y a ver a dónde le lleva.

 

Se trata de una mujer, nerviosa, preocupada, casi desesperada. Quiere encargarle la protección de su marido, un hombre con un profundo trastorno físico y mental provocado por el encierro al que fue sometido cuando era niño. Quinn acepta el caso. ¡¡No sabe dónde se está metiendo!! Y vosotros tampoco…

 

Me ha gustado muchísimo esta historia. Tanto la parte gráfica: oscura, de trazos nítidos y de color negro riguroso que contribuye a la atmósfera de una novela negra clásica. Como la literaria: singular, cargada de simbolismo, por momentos onírica y casi filosófica, juega con el lector y su percepción de la realidad, haciéndole dudar de si lo que ve son gigantes o molinos.

 

Más que recomendable.

SLHLT

 

miércoles, 11 de enero de 2023

Adiós, Señor Chips

 El señor Chipping es un hombre bueno que, a pesar de los años transcurridos, casi una vida entera, aún ama y se divierte enseñando. Lleva tanto tiempo en Brookfield, el colegio donde enseña latín y griego, que ya nadie recuerda si alguna vez fue joven, si se casó o si llegó a tener algún hijo.

 

Para sus alumnos es el señor Chips, es un tipo singular, con un sentido del humor todavía más peculiar y que siempre está dispuesto a dedicarles el tiempo que necesiten o a invitarles a tomar el té, siempre y cuando entiendan cuándo deben marcharse.

 

Y esta es su vida. A retazos, por momentos, los que decide recordar y los que no puede olvidar. Una vida larga que, según se acerca al final, parece haber durado un suspiro.

 

<< Lo cierto es que tengo tantos recuerdos que a menudo pienso en escribir un libro. […] Aunque, la verdad, prefiero contárselos de viva voz. Recuerdo…, recuerdo… Pero sobre todo recuerdo todas las caras. Nunca las he olvidado. Tengo miles de caras en la memoria: caras de chicos. Si vienen a verme dentro de unos años, como espero que hagan todos, intentaré recordar la cara que tenían años atrás, pero es posible que no pueda y que un día, si me ven en algún sitio y no los reconozco, se diga: «El viejo profesor no se acuerda de mí». —Risas—. Pero me acuerdo de ustedes… Tal como son ahora. Esa es la cuestión. En mi cabeza, ustedes no crecen. Nunca >>.

 

Os encontráis ante una historia tierna y amable, como el propio señor Chips. Dicen que el autor, James Hilton, se inspiró en la figura de su padre para crear a su entrañable personaje, pero a mí quien me vino a la cabeza mientras lo leía fue Stoner, otro de los inmortales.

 

No es una mala lectura para comenzar el año.

SLHLT