miércoles, 29 de noviembre de 2017

Paraíso Alto

El bullicio y la vida ya hace tiempo que abandonaron Paraíso Alto. Hoy es un pueblo fantasma perdido de la sierra turolense. Y, cual esqueleto que un día albergó latidos, secretos e historias, ha quedado reducido a un mero cascarón polvoriento en el que, de tarde en vez, recalan los suicidas.
A esta Comala del Maestrazgo llega nuestro protagonista, un hombre sin nombre, con intención de poner fin a sus días. Pero, sin saber muy bien cómo ni por qué, cambia de opinión y decide quedarse a ejercer “de ángel”.
Se instala en la vieja casa del alcalde y rebusca entre sus paredes y muebles destartalados y polvorientos cualquier vestigio de los que un día allí habitaron. No queda nada. Solo un viejo diario da testimonio de que Paraíso Alto un día fue algo más que el lugar al que ir a morir.
A las afueras del pueblo queda una única casa habitada, la de Carmen, que se apiada de este extraño ángel, y le da de comer a escondidas de su hermano.
Mientras tanto, extraños personajes van llegando a Paraíso Alto: un banquero corrupto, una mujer que camina con las manos, una actriz porno, un camarero cocainómano, dos gemelas en sillas de ruedas motorizadas, su tía, un soldado que deserta del ejército, un payaso y hasta un antiguo amor.
Nuestro protagonista los recibe, los escucha y vive una última aventura con ellos. Después, cuando están listos, les canta su canción.
Original, en ocasiones surrealista, sin juzgar y con un sentido del humor inteligente y a veces rayando en lo absurdo, este libro trata el tema del suicidio. Pero no un suicidio de huida, desesperado y como último recurso, sino como un final elegido de forma consciente y digna.

Me ha gustado mucho.
SLHLT

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Lamia

Barcelona. 1943.
La sintonía de un consultorio radiofónico suena en la radio de un bar mientras uno de los camareros barre el suelo.
Laia trabaja respondiendo a las cartas de “El consultorio de Elena Bosch”. Es una mujer joven que espera un hijo. Su marido no está. Ella dice que se encuentra en Asturias resolviendo los trámites de una complicada herencia. Pero no es cierto. Él se ha ido. Ha desaparecido. Y para encontrarlo recurre a Mauricio, un detective privado que usa la hipnosis para resolver sus investigaciones.
Pero el caso de Laia tendrá que esperar, al igual que el de muchos otros clientes, pues la policía lo reclama. Hay un asesino en serie suelto por la ciudad y toda ayuda es poca para darle caza.
Nada será lo que parece.
Esta novela negra gráfica describe como nadie la sociedad de la España de postguerra, con su oscuridad, sus mentiras y su doble moral. En ese escenario tan asfixiante donde se alecciona desde los púlpitos a las mujeres para “aguantar”, “porque la vida es sufrimiento”, aparecerá una heroína sangrienta que se tomará la justicia por su mano a lo “Kill Bill” a la española.
Me ha gustado muchísimo. Rayco Pulido ha sido todo un descubrimiento.
La recomiendo al 100%.
SLHLT

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Vi a un hombre

Michael es escritor y tras alcanzar el éxito con su novela Hermanos de barrio, decide darle un giro a su vida e irse a vivir a Inglaterra. Allí conocerá a Caroline, una reportera de guerra australiana, de la que se enamorará y, tras unos meses en la gran ciudad, comenzarán una vida juntos en una preciosa casa en el campo.
Pero la felicidad dura poco. Caroline es asesinada en su última misión en Afganistan por el cohete lanzado desde un dron del ejército americano, que se suponía que no estaba allí.
Michael volverá a Londres huyendo de una casa que le recuerda a Caroline. Y es allí donde conocerá a Josh y a Samantha, una pareja vecina del barrio, con dos hijas y que le ayudarán a ir superando su pérdida.
Pero ellos tampoco son la familia idílica que parecen y la mar de fondo agita los cimientos de su relación.
Una mañana Michael va a su casa para recoger el destornillador que le había dejado a Josh. Se extraña de que la puerta trasera esté abierta. Entra. No hay nadie. ¿Les habrán entrado a robar? ¿Estará el ladrón aún dentro? Josh trata de averiguarlo y es el peor error que cometerá en su vida.
Lo que la editorial y la sinopsis de la contraportada nos venden como un thriller no es tal. Sino que es una historia que trata de las consecuencias de nuestros actos, de la culpa y de cómo somos capaces de vivir con ella y sobrellevarla.
El principio me gustó. Con un estilo muy americano, el autor te pone en situación y describe el contexto que lleva a los personajes a su situación actual. Pero después se fue haciendo lenta y aburrida, con demasiada información que no aporta gran cosa a la historia. Seguí leyendo por si había un giro inesperado que la salvara, pero desgraciadamente no fue así.
No se puede acertar siempre. A veces te encuentras con novelas totalmente prescindibles. Y es una pena, porque el comienzo prometía algo mejor.

SLHLT

miércoles, 8 de noviembre de 2017

La noche que no paró de llover

Cuatro mujeres son las protagonistas de esta historia. Cuatro mujeres muy diferentes. Y las cuatro, sin saberlo, están conectadas entre sí, y sus vidas han cambiado o cambiarán las de las demás.
Emma tras encontrar un empleo estable vuelve a casa, a Gijón, y reforma con ilusión un antiguo piso de la familia para iniciar allí una vida con Laia, la mujer que le cambió la vida. Es optimista, alegre, con una madre bastante tradicional y un poco cotilla que la vuelve loca.
Laia comienza esta nueva etapa adaptándose lo mejor posible a una pequeña ciudad de provincias de cielo gris imperturbable, donde todo el mundo parece conocerse, e intentando establecer una clientela propia en la consulta de psicología que acaba de montar en el centro de Gijón.
Feli, que acortó su nombre en el mismo instante en que la tristeza y la desgracia apartaron la felicidad de su vida, trabaja en una residencia de ancianos, cuida de su padre enfermo y acude a un curso de escritura, donde conoce a alguien que aportará algo de luz a su vida y junto al que comenzarán una investigación que atará cabos imposibles de imaginar.
Valeria Santaclara está más cerca de los noventa que de los ochenta. Todos aquellos a los que un día quiso ya están muertos, y a veces se siente sola. Tiene una situación económica desahogada, lo que le permite tener la mejor habitación de toda la residencia de ancianos en la que vive. Los martes baja a Gijón, se compra ropa nueva, va a la peluquería y acude a la consulta de Laia. Ese pequeño apartamento, muchos años atrás fue la habitación que ella compartía con su hermana. Valeria necesita juntar el valor para abrir un sobre que guarda desde hace muchos años. Espera que sus sesiones con Laia se lo proporcionen. En el sobre hay dos palabras escritas del puño y letra de su hermana Gadea poco antes de morir: “el perdón”. Y solo Dios sabe lo mucho que Valeria necesita ese perdón.
Capítulo a capítulo, cada una de las protagonistas nos va contando su historia en primera persona, y las vamos conociendo tal y como ellas se muestran ante sí mismas. Personajes creíbles con los que te puedes identificar y empatizar aunque en un primer momento parezca imposible. Vidas cruzadas. El libre albedrío convertido en destino. Una vuelta al pasado y varios retornos a los infiernos. Una historia real enterrada por el tiempo y los ganadores, pero no por la memoria. Traiciones, celos, envidias, la guerra saca lo peor de muchos. Pero también lo mejor de otros. Y todos somos esclavos de nuestras decisiones y de nuestros actos.
Y Gijón como escenario y observador mudo de todo lo vivido, de todo lo contado, de todos los recuerdos y de todas las posibilidades que se abren a sus pies.
¡¡Me ha encantado!! A partir de ahora Laura Castañón será una de esas autoras a las que seguiré la pista.
Y si la historia de las protagonistas te atrapa, hay algunos personajes secundarios que merecerían un libro para ellos solos.

Lectura necesaria. Os la recomiendo.
SLHLT

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El cielo es azul, la tierra blanca

Oficialmente se llamaba profesor Harutsuna Matsumoto, pero yo lo llamaba <<maestro>>. Ni <<profesor>>, ni <<señor>>. Simplemente maestro. Me había dado clase de japonés en el instituto. Puesto que no fue mi tutor ni me entusiasmaban sus clases, no conservaba ningún recuerdo significativo suyo. No había vuelto a verlo desde que me gradué.
Empezamos a tratarnos a menudo cuando coincidimos, hace unos cuantos años, en una taberna frente a la estación. EL maestro estaba sentado en la barra, tieso como un palo.
- Atún con soja fermentada, raíz de loto salteada y chalota salada – pedí, y me senté en la barra. Casi al unísono, el viejo estirado que estaba a mi lado dijo:
- Chalota salada, raíz de loto salteada y atún con soja fermentada.
Al darme cuenta de que teníamos los mismos gustos, me volví y él también me miró. Mientras intentaba recordar dónde había visto aquella cara, empezó a hablarme:
- Eres Tsukiko Omachi, ¿verdad?
A raíz de este encuentro fortuito en una taberna, Tsukiko y el maestro comienzan su extraña relación. Lo que empieza siendo un acompañamiento casual y plagado de silencios, entre botella y botella de sake, irá evolucionando de forma natural en algo diferente y difícil de identificar para sus protagonistas: dos almas solitarias que conectan, sin pretenderlo, entre vapores alcohólicos, pescado crudo, tofu hervido y brotes de soja.
Me ha gustado mucho. Es una novela japonesa en toda regla, de esas que hacen de lo cotidiano y la costumbre, un arte. Con una narración pausada, dulce y sutil te va introduciendo en el universo de dos personas que solo tienen en común la soledad y la bebida como excusa para sobrellevarla. Y aunque el amor es la consecuencia, lo bello es observarlos recorriendo el extraño sendero que eligen para llegar hasta él.
SLHLT