lunes, 30 de enero de 2017

Sally Heathcote SUFRAGISTA

Sally Heathcote duerme en su cama de la residencia de ancianos en la que vive. Pero esa mujer que está entre las sábanas no es una mujer cualquiera, es una mujer fuerte y comprometida que luchó, junto a muchas otras, por el voto femenino en una convulsa Gran Bretaña de principios del siglo XX.
Sally sueña, y en esos sueños recuerda su juventud, de sirvienta, en casa de mujeres ricas, donde comenzó a oír hablar del sufragio y de cómo conseguirlo. Recuerda a sus amigas, las manifestaciones, la cárcel, las huelgas de hambre, y la lucha. Que, contra todo pronóstico, dio sus frutos.
Al despertar, se encuentra con su hija y su nieta. Y el final no tiene desperdicio. ¡Lo que han cambiado los tiempos!
Este libro, además de estar maravillosamente ilustrado y de ser una preciosidad de edición, también está muy bien documentado, y añade mucha información extra al final del libro. Trata con rigor este movimiento de lucha por los derechos de las mujeres, y no se conforma con una mera anécdota, como lo fue la aparición de Winifred con la banda tricolor en Mary Poppins.
Me ha gustado. Os lo recomiendo.
SLHLT

viernes, 27 de enero de 2017

Choque de civilizaciones por un ascensor en Piazza Vittorio

¡Alguien ha matado a alguien!
El segundo alguien es Lorenzo Manfredini, un joven italiano que vive en Piazza Vittorio, se hacía llamar el Gladiador, mea en el ascensor y no le cae bien a nadie del edificio.
No se sabe quién ha podido ser el primer alguien, pero Amedeo ha desaparecido y todas sospechas parecen caer sobre él, aunque ninguno de sus vecinos cree que sea culpable. Todos quieren a Amedeo, un hombre bueno con un pasado del que no habla y que le produce un úlcera en el recuerdo: desde Benedetta, la portera xenófoba napolitana, hasta María Cristina, la cuidadora peruana, que todos creen filipina; pasando por Iqbal, el bengalí que regenta la tienda de ultramarinos y por su gran amigo Parviz, el refugiado iraní que odia la pizza y da de comer a las palomas.
Lo importante de este libro no es quién ha asesinado a Manfredini ni por qué. La piedra angular del mismo es “la verdad”: la verdad de cada uno de los personajes que lo habitan y que el autor nos muestra capítulo a capítulo. Esa verdad que afrontan como pueden en un barrio de Roma donde todos tienen su hueco, pero en el que, en el fondo, todos se sientes solos y extranjeros.
Entre verdad y verdad, Amedeo nos va desgranando su vida y sus recuerdos que, cual loba capitolina, en ocasiones lo cuidan y amamantan, pero en otras lo muerden y devoran. Ante ese pasado que le oprime el alma solo hay un remedio: Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu…
Es un libro estupendo. Con un sentido del humor delicioso, el autor nos cuenta grandes tragedias cotidianas y nos obliga a ponernos en la piel de todos y cada uno de los personajes. ¡¡Me ha gustado muchísimo!! 
Lo tenéis que leer. No hay excusa posible: es corto, fácil y la edición de Hoja de Lata es preciosa. ¡Os va a encantar!
SLHLT

lunes, 23 de enero de 2017

Una primavera de perros

La primavera por fin ha llegado al valle de Aosta y parece que los rayos de sol harán que el subjefe Rocco Schiavone se reconcilie con la ciudad, después de nueve meses bajo un manto blanco perpetuo, y un incontable número de pares de zapatos destrozados.
Pero la primavera en la montaña puede traer sorpresas, y mientras caen los últimos copos, un cabreado Schiavone tendrá que lidiar con un accidente de tráfico con dos víctimas mortales, una furgoneta robada y el secuestro de Chiara, la hija de un constructor de la zona. Todos estos sucesos, que en principio parecen no tener nada en común, terminarán confluyendo en una trama oscura, tejida por los escurridizos dedos de la mafia, que también llega a ciudades como Aosta.
Además, su pasado vuelve de nuevo a visitarlo…
Cada vez me gusta más Antonio Manzini y su detective. En esta tercera entrega del subjefe Schiavone, la trama policiaca es mucho más rica y está mejor desarrollada que en las anteriores novelas. Además, los personajes se van definiendo y redondeando, y ya los puedo reconocer como seres queridos, con sus grandezas y sus miserias.
Otra cosa que me ha gustado es que la historia no termina al concluir la investigación, sino que sigue, con un final contundente y doloroso, pero que te deja con ganas de leer ya la siguiente novela.
Señor Manzini: ¡póngase a escribir!
Me ha gustado mucho.
SLHLT

viernes, 20 de enero de 2017

Departamento de especulaciones


Decías que los antílopes tiene una visión diez veces más potente que la nuestra. Fue al comienzo, o casi. Eso significa que en una noche clara pueden ver los anillos de Saturno.

¡Qué bonitos son los comienzos de una historia de amor! No hay mejor sensación en el mundo que estar enamorado en esos primeros compases de una relación, antes de que todo mute y, sin dejar de ser amor, se convierta en otra cosa.
Si me preguntas de qué va este libro, la respuesta corta sería: de un matrimonio en crisis. ¿Y la respuesta larga? Una mujer de mediana edad, americana, que en un tiempo escribió un libro, y tiene muchos más libros frustrados en su cabeza, que dedica sus horas a dar clases de escritura creativa en la universidad. Y está casada. Y tiene una hija. Y un amigo filósofo. Y la vida pasa. Y el matrimonio cambia. Y las chinches no se van aunque hiervas la ropa, eches veneno y lo envases todo al vacío. Y él acepta un trabajo que no le llena. Y ella quiere saber qué habría pasado si hubiera seguido escribiendo. Y la niña crece. Y se cambian de casa. Y la infidelidad lo llena todo. Y hay que elegir: seguir adelante o volver a empezar.
Jenny Offill ha sido un gran descubrimiento. Sin ser original en la historia, lo es en su planteamiento. Es una novela fragmentada, escrita en párrafos cortos, como una especie de diario de pensamientos, como un conjunto de estados en una red social, salpicados de esas ideas locas o no tan locas que a todos se nos pasan por la cabeza:
Ella se imagina cómo se sentiría en el funeral del filósofo. Y cómo se sentiría en el de su marido. Se lleva la mano al corazón durante un segundo y la deja allí. Sí, sigue latiendo.
De citas de pensadores:
Lo que dijo Rilke: Quiero estar con los que conocen cosas secretas; si no, prefiero estar solo.
Lo que dijo Martin Luther King: La fe reside bajo el pezón izquierdo.
Lo que dijo Kafka: Escribo para cerrar los ojos.
Lo que dijo Singer: Me pregunto lo que pensaría la gente, hace miles de años, de las chispitas que salían cuando se quitaban la ropa de lana.
De sensaciones que salen de las tripas, de preguntas que hacen los hijos…
¿Por qué hay sal en el mar?                            
¿Te morirás antes que yo?   
¿Sabes cuántos perros tenía George Washington?

¡De vida!
Muy original. No te deja indiferente. Se lee de una sentada, pero se queda contigo mucho más tiempo. Muy recomendable.
SLHLT

lunes, 16 de enero de 2017

Irlanda

Natalia es una adolescente tímida. También es la mayor de tres hermanas. Bueno, de dos. Porque Sagrario, la mediana, acaba de morir. Una larga enfermedad la va limitando poco a poco y reduciendo su existencia a las cuatro paredes de la habitación que un día compartió con Natalia, y al mundo cuadrado que ve a través del cristal de su ventana. Lo único que la distrae cuando no siente dolor, son las historias que se cuentan entre hermanas y el ayudar a Natalia con las fichas de su herbario.
Sagrario ya no está, pero sigue al lado de Natalia, la visita por las noches, como la tortuga de sus pesadillas. Pero a Sagrario no le tiene miedo.
En pleno duelo, sus padres la envían a pasar el verano en el campo con sus primos. Sus primos: dos seres hermosos y perfectos, que junto a sus amigos, dedicaran el estío a arreglar una antigua casona de campo, propiedad de la familia, entre cuyos muros reposan historias de otro tiempo. Nadie lo sabe, pero Sagrario también viajará con ella. Bueno, sí: la nena lo sabe.
Entre manos de pintura, plumeros, flores, arcones cerrados con llave y vestidos antiguos, Natalia observa a su prima Irlanda y a sus amigas, que la veneran. Irlanda, tan perfecta, tan buena, tan educada, tan lista, está acostumbrada a ser el centro de atención y a conseguir siempre lo que quiere. Y sin embargo, Natalia, tan niña, entre plantas y flores, habla con Sagrario y con los espíritus del bosque y ejecuta conjuros protectores…
Ese verano cambiará sus vidas. Para siempre.
Irlanda es un libro sobre la pérdida de la inocencia; sobre la adolescencia como metamorfosis; sobre la naturaleza humana y sobre el bien y el mal. El mal en mayúsculas. Ese mal que se ejerce sin motivo, simplemente porque se puede. Es aquel que nunca termina, que no se sacia y que hace del que lo sufre un ser doliente, sometido, y anulado, para que el que lo ejerce se sienta superior en todos los aspectos.
Pero a veces, el que inflige el mal subestima a quien lo sufre…
Espido Freire usa a Natalia como narradora de la historia y la pone ante nuestros ojos. Está muy bien escrita para ser una primera novela, y aunque la primera parte pueda resultar un poco más larga y lenta, la segunda parte la compensa, para terminar con un final a la altura.
Me ha gustado mucho más de lo que esperaba.
SLHLT

viernes, 13 de enero de 2017

Y todos callaron

Vitoria. Febrero de 2008. Amelia Zabaleta ha muerto y tras el entierro se dará lectura al testamento. Allí, en el despacho del notario, no sólo se encuentran su única hija, su yerno y su nieto, sino también Felisa, su ama de llaves, y Salvador, el antiguo chófer de la familia.
Además de una cierta suma para obras de caridad, Amelia deja una buena cantidad de dinero a sus antiguos sirvientes y les cede su casa mientras vivan. Sólo tras su muerte esa propiedad pasará a manos de sus herederos.
Pero esta no es la única sorpresa que ha dejado Amelia. El resto de su fortuna pasará a manos de sus hijos. No hija, sino hijos, en plural. Este fue el gran secreto de su vida: Elvira tiene un hermano mayor del que no sabía nada: Miguel, nacido el 9 de junio de 1936, hijo de su madre y de un tal José Aurra.
Para poder acceder a la herencia tendrán que encontrarlo.
Así es como Jon, “Jontxu, el del kiosko” entra en escena. Este investigador privado de medio pelo será el encargado de encontrar a Miguel. Pero un trabajo aparentemente sencillo cambiará su vida y se convertirá en una apasionante historia que obliga a Jon a bucear en aquella Vitoria del 36 donde no hubo guerra, pero en la que “aquello” sacó lo más vil de mucha gente y por lo que otros pagaron las consecuencias.
Ahora nos acusa de ser culpables por olvidar que el papel de la mujer es el hogar, no las algaradas callejeras, y por haber parido cachorros de lobo con los enemigos de la Iglesia. Yo nunca he estado en una algarada y mi niño no es un animal. Aquí los lobos son él y las monjas; nosotras sólo somos unas pobres ovejas… Me mira a mí, sé que me está mirando aunque tengo la cabeza gacha, siempre la tengo, es la única forma de que no se me note el miedo que siento en todo momento.”
Lo que más me ha gustado de este libro es la parte en la que se inserta la historia de Amelia contada en primera persona. Esa mujer valiente es traicionada por la vida y por la envidia y la mala entraña de aquellos que la acusaron en falso por el simple hecho poder hacerlo. Una mujer que hizo todo lo necesario para sobrevivir y proteger a los suyos en una España de posguerra que en muchos lugares fue lo más parecido al infierno que os podáis imaginar. Una época que estuvimos obligados a olvidar y que hace mucha falta recordar.
La parte de la investigación, sin ser nada excepcional, está bien. El estilo es sencillo y fácil de leer.
SLHLT

lunes, 9 de enero de 2017

Me llamo Lucy Barton

Lucy Barton es escritora y, como todos los escritores, tiene una historia que repite y cuenta una y otra vez. “Soy yo, soy yo, soy yo, soy yo”.
Y Lucy utiliza el recuerdo de su estancia en el hospital, por una operación de apendicitis que se complicó, para dejarnos ver pinceladas de su vida. Y sí, digo pinceladas porque en este libro se habla mucho, pero se calla aún más, y hay que saber leer entre líneas.
Durante esas semanas, se sintió muy sola: no podía ver a sus niñas y su marido trabajaba todo el tiempo. Siempre estaba rodeada de desconocidos, a los que llegaba a amar cuando sentía que se preocupaban por ella sin tener por qué. Eso es algo que siempre asombró a Lucy, desde su infancia, y al igual que Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo, ella también confiaba en la bondad de los desconocidos.
Y esta soledad le recordó otras soledades. Soledades con hambre, con frío, haciendo los deberes en un aula del colegio al terminar las clases, viviendo en el garaje de su tío y pasando miedo encerrada en una vieja furgoneta.
La soledad fue el primer sabor que había probado en mi vida, y seguía allí, oculto dentro de la cavidad de mi boca, recordándomelo.
Quince años casi sin hablarse. Su madre aparece a su lado en el hospital. “Me llamó tu marido”, dice. Cinco días se quedará. Cuatro noches velará su sueño sentada en una silla. “Te vas a poner bien, Pispajo.”
Hablarán de los vecinos, de los primos, de la vida de antes. Pero callarán mucho más. ¿Por no herirse? ¿Por temor a lo que la otra recuerda? ¿Por miedo a ser juzgadas? ¿Por no haberse querido bien? Probablemente por todo… o por nada.
Ésta es una historia de amor, tú lo sabes. Es la historia de un hombre atormentado todos los días de su vida por cosas que hizo en la guerra. Es la historia de una esposa que se quedó a su lado, porque eso es lo que hacían la mayoría de las esposas de esa generación, y cuando va a la habitación del hospital a ver a su hija habla compulsivamente de que el matrimonio de todo el mundo va mal, y ella ni siquiera lo sabe, ni siquiera sabe lo que está haciendo. Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta.
Es un libro maravilloso. Y sólo he esbozado la historia principal, Pero hay muchas más. Es una novela emocionante. Te conmueve y te revuelve por dentro.

Tenéis que leerla.
SLHLT

jueves, 5 de enero de 2017

El camello cojito


Gloria Fuertes era un clásico en mi casa. Teníamos muchos de sus libros de cuentos y de poemas, y mis hermanos y yo nos los sabíamos de memoria. 

El camello cojito, con esas ilustraciones tan reconocibles de Julio Álvarez, es uno de esos libros que me devuelven a las Navidades de mi infancia. 

Tenía un montón de poemas de temática navideña, pero el que da título al libro era uno de mis preferidos.

¿Por qué? Por un lado porque el camello estaba cojo y te daba mucha pena, ya que tenía que llegar a Belén y el pobre iba a trancas y barrancas.

Por otro lado, porque era muy tierna la reacción del pequeño Niño Jesús desde su cuna, rechazando oro, incienso y mirra y eligiendo al camello como regalo y compañero para dormir a su lado.

Un día como hoy, de los más mágicos del año, me he acordado del viejo libro y del viejo camello. Aquí os dejo el poema para que lo disfrutéis.

¡Ah! Y acostaos pronto para que los Reyes Magos os dejen muchos regalos en las zapatillas


El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino. 

Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor 
Consultaba su "Longinos".

 - ¡No llegamos, no llegamos
 y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos 
y tres reyes se han perdido-. 

El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos. 

Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.

A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!

Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.

Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.

- No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero. 
Le quiero, repitió el Niño.

A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
SLHLT

lunes, 2 de enero de 2017

Siempre hemos vivido en el castillo

Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanitha phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.
Con esta fuerza comienza Siempre hemos vivido en el castillo. Y así Shirley Jackson nos presenta a Merricat, la protagonista de esta novela gótica moderna, que nos va a narrar, desde su particular visión del mundo, entre ingenua y salvaje, su versión de la historia.
Constance es la mayor. Cultiva el huerto, hace la comida y cuida de Merricat y del tío Julian, además de rellenar las estanterías del sótano de todo tipo de conservas. Desde el juicio no ha vuelto a salir de la propiedad de los Blackwood.
Merricat es una adolescente despeinada y medio salvaje que adora a su hermana y corre todo el día con su gato Jonás por la finca, enterrando objetos talismanes y realizando conjuros que los protejan de los forasteros. Los martes y viernes va al pueblo a por víveres y a por libros de la biblioteca. No le gusta. La gente del pueblo, o bien la ignora o le cantan coplillas crueles y se meten con ella. Siempre han odiado a los Blackwood. Incluso antes del envenenamiento de toda la familia.
El tío Julián está en una silla de ruedas y gran parte del tiempo su cabeza mezcla el presente con el pasado. Su obsesión es escribir un libro con lo que pasó aquella noche. La noche en que todos murieron.
Hubo un juicio. Pero Constance fue absuelta por falta de pruebas. El veneno estaba en el azúcar. El tío Julian casi no echó nada a las moras. Merricat estaba en su habitación, castigada sin cenar. Constance nunca se ponía azúcar.
La llegada de un pariente cercano, cambiará su mundo, sus costumbres y sus vidas. Pero no os imagináis cómo.
Siempre hemos vivido en el castillo no es simplemente la historia de un envenenamiento, va mucho más allá. Habla del aislamiento social, la crueldad, los prejuicios, el hacer pagar a los hijos por los pecados de los padres, las consecuencias de nuestros actos y la vergüenza. Pero sobre todo habla del sacrificio y del amor incondicional entre dos hermanas.
Y a pesar de todo, tiene un extraño final feliz.
Es un libro raro, pero maravillosamente escrito y ambientado. Me ha sorprendido, me ha hecho pensar y me ha gustado.
Os lo recomiendo.
SLHLT