martes, 20 de julio de 2021

Las primas

“Beatriz Portinari”. Este era el pseudónimo con el que la autora de Las primas presentó su novela al premio “Nueva Novela Página/12”. Y lo ganó. Al abrir las plicas, el jurado descubrió que tras ese nombre se encontraba Aurora Venturini, una joven escritora de 85 años.

Desde que escuché esta historia he tenido ganas de leerla. Me ha costado años encontrarla porque estaba descatalogada, pero la suerte hizo que, en una de mis búsquedas por la red, encontrase un ejemplar entre el fondo de una librería de Almería, y os aseguro que ha merecido la pena.

Yuna, la narradora, nos cuenta la historia de su familia tal y como ella la siente: sin filtros, con muchas dudas semánticas y sintácticas, sin vergüenza, con ternura y, también, sin piedad.

Tanto ella como su hermana Betina y sus primas: Carina y Petra, tienen algún tipo de discapacidad: Yuna tiene dislalia, Betina, además de problemas con el lenguaje y cierto grado de retraso mental, presenta serias dificultades de movilidad, Carina nació con seis dedos en cada pie y Petra tiene enanismo.

Si a esto unimos una madre maestra a quien su marido abandona, una tía virgen y enamoradiza, un talento extraordinario para la pintura, abusos, suicidios, embarazos, lamentos, engaños, prostitución y la ciudad de La Plata en los años cuarenta del siglo XX, como telón de fondo, podríamos pensar que estamos ante un drama triste y miserable, pero nada más lejos de la realidad.


Nos encontramos ante una novela original, rompedora, divertida, cruda y conmovedora, donde la vida se abre camino, y la ausencia de mayúsculas y comas, aderezando un estilo de narración personal y único, la hace más real, más auténtica, más creíble, más ágil y más sincera. Solo alguien con un dominio total del lenguaje podría escribir así: la señora Venturini era una maga de las palabras.

Sé que es difícil de encontrar, pero si la conseguís, no lo dudéis: leedla.

Simplemente maravillosa.

SLHLT