lunes, 31 de diciembre de 2018

2018 en imágenes.


He aquí 53 de la muchas formas en las que fui feliz este 2018.

Y un consejo para el 2019: leed. Leed mucho. ¡Leed siempre!


SLHLT

sábado, 29 de diciembre de 2018

Mary, que escribió Frankestein

Esta es Mary. Es una soñadora. El tipo de chica que pasea sola, contempla las nubes e imagina cosas que nunca han existido. Mary tiene un nombre para sus fantasías. Las llama <<castillos en el aire>>.
También le encantan las historias. Intenta escribir la misma clase de historias que le gusta leer. Pero las que ve cuando sueña despierta son las más emocionantes de todas.
¿Y a dónde va Mary cuando quiere leer y soñar? Pues va al cementerio, y se sienta junto a la tumba de su madre.
La madre de Mary era una gran filósofa. Escribía libros en los que decía que las mujeres y los hombres deben ser iguales. Murió cuando Mary solo tenía once días de edad.
¿Puedes echar de menos a alguien que nunca has conocido?
A Mary le pasa.”

Así comienza este cuento maravilloso en el que se narra la vida de Mary Shelley antes y después del monstruo. Una vida llena de tristeza, de desarraigo, de amor, de libertad y de talento. Mucho talento. Pensad que Mary solo tenía dieciocho años la famosa noche en que Byron les propuso a sus amigos escribir las ya célebres historias de fantasmas.
Es una pequeña joya ilustrada con maestría, que le hubiera encantado a mi yo niña tanto o más de lo que le ha gustado a mi yo adulta.
¡Lo vais a disfrutar!
Y ya que estamos en fechas navideñas: ¡regaladlo!

Acertaréis.

SLHLT

viernes, 21 de diciembre de 2018

El peso del corazón

Bruna ha vuelto.

Seis meses después de la anterior entrega, Bruna sigue trabajando como investigadora privada y descontando, como una condena a la inversa, los días que le quedan de vida.

Yiannis lo han echado del archivo y se ha mudado más cerca de BrunaBartolo, el tragón, tan dulce y tierno como siempre, sigue comiéndose todo lo que encuentra por delante. Y la relación entre Bruna y Lizard no pasa por su mejor momento...

En esta aventura Bruna se quedará sin licencia por agredir a un policía al tratar de defender a una niña rusa, de la que se hará cargo más tarde. Esa niña medio salvaje, que ha sufrido lo indecible y que presenta unos niveles de radiactividad imposibles de explicar, trastocará las vidas de todos y hará aflorar en Bruna facetas que ni ella misma conoce. 

Para recuperar su licencia, Bruna tendrá que hacer terapia y así será como el sobón entra en su vida... 

Con la cuenta en números rojos, acepta un trabajo aparentemente sencillo que se convierte en algo con raíces mucho más profundas, donde el tráfico de material radiactivo, el fanatismo religioso del Reino de Labari y las guerras silenciadas por el gobierno y que tienen lugar en los confines del planeta, se convertirán en protagonistas.

He de deciros que esta segunda entrega me ha gustado aún más que la primera. Bruna es cada vez más compleja y humana, y la aparición de nuevos personajes contribuye a ello. 

Estoy segura de que si Rosa Montero fuese estadounidense, ya le habrían comprado los derechos para hacer una saga cinematográfica de esta heroína tecnohumana.

Muy recomendable.

SLHLT


miércoles, 14 de noviembre de 2018

Kentukis

Un día cualquiera, podría haber sido hoy mismo, entras en un bazar o en un centro comercial y te pones a mirar todos los kentukis que tienen expuestos. ¡¡Son monísimos!! No sabes por cuál decidirte: una conejita, un topo, un cuervo, un osito… ¿quizás un dragón?
Aunque no son baratos te decides por uno y te lo llevas a casa. Ahora toca ponerlo a funcionar: lo colocas en su base de carga y esperas a que la conexión tenga lugar.
Tras varias horas de espera tu kentuki abre los ojos, se baja del cargador y comienza a seguirte a donde quiera que vayas. No puede hablar, aunque sí mover los ojitos y la cabeza en todas direcciones y emitir pequeños ruiditos metálicos. ¡Ya eres un “amo de kentuki”!
Pero en la otra punta del mundo, o tal vez en la puerta de al lado, alguien que compró un código de conexión está viendo tu cara y tu casa a través de las cámaras que el kentuki tiene por ojos. Acaba de crearse un vínculo de manera aleatoria y ese enlace solo se romperá si la batería se agota, si el kentuki se rompe o si decide finalizar la conexión de forma unilateral. Una vez finalizada, no se podrá volver a establecer nunca más.
¿Tú qué elegirías: ser kentuki o tener un kentuki?

Samanta Schweblin convierte nuestro presente en una distopía al puro estilo Black Mirror.
A través de distintas historias nos enseña, sin juzgar, el punto de vista de los kentukis y de los amos de kentuki. Y os aseguro que no os dejará indiferentes… ¿Puede una persona ser la mascota de otra? ¿Qué seríamos capaz de hacer si nos permitiesen observar la vida de otro sin ser condenados? ¿Y si nos obligaran a mirar lo que no queremos? ¿Cómo actuaríamos si lo que vemos a través de las cámaras es algo inmoral, depravado o ilegal? ¿Serías capaz de dejar que un desconocido invadiese tu intimidad? ¿Podría un kentuki ayudar a combatir la soledad? ¿Sería posible llegar a enamorarse de la persona que está al otro lado? ¿Dejarías que tus hijos interactuasen con ellos? ¿Querrías conocer a la persona tras el kentuki?
Me ha sorprendido y me ha gustado.

 SLHLT

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La novia gitana

Primera Parte: El cielo en una habitación.
Alguien ha encerrado a un niño en una nave. Al principio le parece casi un juego, pero según van pasando las horas, la noche avanza, y aquello ya no tiene gracia. No puede salir por ninguna parte. La puerta está cerrada y no encuentra el interruptor de la luz.
Ya hace mucho rato que oyó el motor de una moto alejarse. Está solo. O eso cree, hasta que oye un gruñido. Un perro abandonado de tres patas se ha colado en el galpón. Sus ojos brillan y nota que se le está acercando. Se abalanza sobre él y lo muerde. El niño lo ahuyenta como puede, pero volverá a intentarlo. La próxima vez le aplastará la cabeza contra el suelo con la pala que acaba de encontrar.
Capítulo 1.
Susana y sus amigas han ido a un Boys a celebrar su despedida de soltera. No es lo que ella hubiera elegido, pero sus amigas parecer pasárselo bien y de eso se trata.
Capítulo 2:
El cadáver de Susana aparece tirado en la Quinta de Vista Alegre. Tiene parte de la cabeza rapada y le han hecho tres agujeros. Por ellos, el asesino le ha introducido larvas de gusanos que le han ido devorando el cerebro mientras aún estaba viva…
Pero eso no es lo más aterrador. Unos años atrás, su hermana, también a punto de casarse, murió de la misma forma y el asesino está aún entre rejas.
La inspectora Elena Blanco, aficionada a la grappa y al karaoke, con una historia personal oscura detrás, y jefa de la Brigada de Análisis de Casos, tratará de descubrir qué es lo que ha pasado, si se trata de un imitador, o si se cometió un error en el pasado, y encerraron a alguien inocente. En el transcurso de la investigación nada resultará ser lo que parece.
¡Dos días! ¡Me ha durado dos días!
408 páginas, cinco partes, 78 capítulos, un narrador omnisciente, personajes muy bien trazados y un retrato de la maldad del ser humano.
La novia gitana es uno de los thrillers más potentes que he leído en los últimos tiempos y además trae consigo el descubrimiento de quien dice llamarse Carmen Mola. ¡Vaya primera novela se ha marcado usted, Sra. Mola! ¡Es para quitarse el sombrero! Y lo mejor: que esto no se acaba aquí, que la inspectora Elena Blanco y su equipo han venido para quedarse.

Los amantes del thriller policiaco más oscuro no os la podéis perder.
SLHLT

miércoles, 31 de octubre de 2018

Cuaderno de campo

Cuando abro este libro, este poemario, y veo que está dedicado “A mis abuelos” ya estoy predispuesta a que me guste. Y estoy esperando el colmarme de emoción y cariño.
Pero paso la hoja y me encuentro con ella, con Emily Dickinson: “Él fue el átomo a quien preferí entre toda la arcilla de que están hechos los hombres”, y ya no tengo dudas de que algo bueno me está esperando entre sus páginas.
Manos asperas y tiernas, manos doloridas, espaldas dobladas por el esfuerzo de subir y bajar una y otra vez recogiendo los frutos de una tierra que solo es generosa cuando se ha trabajado.
Algo así tiene que ser el hogar:
Oír fandangos mientras las ovejas van
tras sus corderos
Rebuscar con los dedos las raíces
Ofrecer a los tubérculos los tobillos.
Convertir la voz en ternura
y en presa
Prometerme una y otra vez
que nunca escribiré en vano
un libro con las mismas
manchas.

Olores antiguos, sangre en la boca, rituales casi olvidados, la vida y la muerte entrelazadas como parte de un solo ser, como ha sido siempre, aunque lo hayamos olvidado.
Y la casa, cuatro paredes hacen un hogar cuando está poblado de gente con la que contar, que lo mismo recogen patatas, que ayudan a parir a las vacas, acarician la cabeza de los niños, les curan las heridas o matan un cordero. Sin ostentación. Sin drama.
Todo esto me he encontrado. Y mucho talento. 
Poemas y escritos desgarradores y tiernos que te recuerdan lo que fuimos… Y lo que perdimos.

LA ÚLTIMA HERIDA.

AQUÍ
a los que no ven el mar
se les reconoce
porque siempre
llevan
una espiga
clavada
en el pecho.

 SLHLT

miércoles, 24 de octubre de 2018

La retornada

<<A los trece años ya no conocía a mi otra madre.
Subía con trabajo la escalera de su casa con una maleta incómoda y una bolsa llena de zapatos revueltos. En el descansillo me recibieron el olor a fritura reciente y una espera. La puerta no quería abrirse, desde dentro alguien la sacudía sin una palabra y trajinaba con la cerradura. […]
Tras el chasquido metálico apareció una niña con las trenzas flojas, hechas hacía días. Era mi hermana, pero no la había visto nunca. Apartó la hoja para dejarme entrar, sin quitarme de encima sus ojos penetrantes. Por entonces nos parecíamos más que de adultas.>>
Así comienza La retornada de Donatella Di Pietroantonio.
Trece años y no entiendes nada. ¿Qué has hecho mal? Nadie te lo explica. Pero ya no puedes vivir en tu casa. Ni dormir en tu cama. Ni ver a tus amigas. Ni volver a la casa de la playa. Ni hacer ballet. Ni ir a la piscina. Ni ponerte a escondidas el perfume de mamá.
Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá… ¡Mamááááá!
Dicen que no es tu madre. Que nunca lo ha sido. Que tienes otra madre. Y otro padre. Y muchos hermanos. Y que has de irte a vivir con ellos. Lejos de la ciudad. Lejos de tu vida. Lejos de tu madre. La que ya no es tu madre, pero que hasta hace unos días te peinaba como si lo fuera. Crees que está enferma y no te puede cuidar. La dejasteis en la cama antes de ir a la nueva casa. Tu padre, al que ahora has de llamar tío, sube el equipaje detrás de ti y luego se va. Te deja allí. Sola. Con ellos. No tienes ni una cama propia. Y duermes cabeza con pies con Adriana, tu hermana pequeña, que se hace pis todas las noches. Y Sergio se mete siempre contigo. Y Vincenzo… te mira despacio.
Así ha de comenzar tu nueva vida. Porque te han devuelto. Porque un día te entregaron… 
Y nadie te explica el porqué.
Me ha gustado mucho más de lo que esperaba. La autora, en capítulos breves y sencillos y, con una protagonista con voz, pero sin nombre, es capaz de crear una atmósfera creíble donde se mastica el rechazo de una madre, la incomprensión de una hija, y en la que a cada paso palpita el temor al abandono, a la miseria y al hambre, y donde el contrapunto lo pone el haber descubierto la ternura y el amor incondicional hacia una hermana recién encontrada. 
Me duró una tarde.
SLHLT

miércoles, 17 de octubre de 2018

Patrick ha vuelto

Imagina que vas por la calle y alguien te confunde con otra persona. Hasta ahí todo normal. Y más cuando el parecido es tan asombroso. ¡Sois como dos gotas de agua!
Imagina ahora que esa persona, al darse cuenta de que no eres quien creía, te invita a tomar algo y te propone suplantar la identidad de Patrick, el hermano mellizo desaparecido hace 8 años de Simon Ashby, el hombre al que tanto te pareces. Patrick nació solo unos minutos antes que Simon, y dentro de unas semanas cumpliría 21 años y se convertiría, te convertirás, si aceptas, en el legítimo heredero de Latchetts, la hacienda familiar.
Imagina no tener familia ni nada que perder… ¿Lo harías?
Y si decides hacerlo, ¿serías capaz de hacer creer a todos que eres Patrick?
El resto, lo tendrás que descubrir tú.

No esperéis una novela de intriga al uso. No lo es. Desde el principio sabemos que Patrick es un embaucador y lo que pretende. Y hasta bien mediado el libro, Josephine Tey no plantea la verdadera trama criminal. Además, la autora da un gran protagonismo al impostor, a la búsqueda de su identidad y de su lugar en el mundo. Y, aunque todos sabemos que es un timador, su manera de ser, su desamparo y su lucha interna entre el bien y el mal, hacen que quieras que no lo descubran.

Josephine Tey ambienta a la perfección la clase acomodada y la campiña inglesa de la época de entreguerras, y construye muy bien los personajes. Me ha gustado mucho su estilo y lo he disfrutado. Pura delicia.
SLHLT

domingo, 14 de octubre de 2018

¡Y ya van dos!


Parece que fue ayer cuando cumplíamos nuestro primer año juntos, y hace un par de días ya soplábamos la segunda vela. Tempus fugit, que diría Virgilio.

Antes de continuar con mi pequeña reflexión cumpleañera, quisiera daros las gracias por seguir pasándoos por aquí. ¡¡Ya son más de 27.000 visitas!! Y nunca, ni en mis mejores sueños, hubiera podido pensar que este pequeño proyecto le llegase a interesar a tanta gente.

Sé que hay personas que se han quedado por el camino, también sé que habéis aparecido unos cuantos nuevos y que la gran mayoría continuáis leyendo las reseñas que, semana tras semana, comparto con vosotros. Agradezco todos y cada uno de los comentarios que dejáis en el correo, en el blog o en las redes sociales. Y me sigue alucinando recibir mensajes donde me pedís que os recomiende libros para las vacaciones o sobre un tema determinado. Yo, con toda mi buena voluntad, trato de hacerlo pero, probablemente, muchas veces me equivoque, pues mi formación no es literaria y me falta muchísimo por aprender y por leer. Pero cuando me contestáis que os ha gustado, me mandáis un mensaje de whatsapp para comentar algún libro que he reseñado, o para darme las gracias por el blog, siento que todo esto ha valido la pena y que el conocimiento compartido es el único que tiene sentido.

En ocasiones me asombra la respuesta a una reseña que creo que no es especialmente buena y otras veces me sorprende que pase casi desapercibida alguna que he escrito con la emoción a flor de piel. Pero, aunque me desconcierte, también lo agradezco, pues me hace darme cuenta de la diversidad de gustos y de que no siempre es lo mismo lo que nos acelera el corazón.

Este segundo año de blog he intentado ser más consciente a la hora de elegir mis lecturas e intentar salir de mi zona de confort. Por ello he incluido más poesía, novela gráfica y teatro. Además, me propuse leer a muchas más autoras. Y lo he hecho. De las 56 reseñas publicadas, 32 son de libros escritos por mujeres. Pero, antes de ponerme a recapitular pensé que serían muchas más. La sensación que tenía era que casi todas habían sido escritoras, y no fue así, solamente lo fueron unas pocas más de la mitad.

Y eso me ha hecho reflexionar... 

Y, sin ánimo de adoctrinar, os pido que os pongáis las gafas violetas y aprendáis a mirar a su través. Porque una vez que lo ves, no puedes fingir que no lo has visto. Es como cuando aprendes a leer: una vez que lees no puedes evitar hacerlo, las vocales le dan sentido y sonido a las consonantes, y estas se enhebran formando palabras que evocan lugares, colores, olores y sabores.

Leed mucho, leed algo, leed un poco... ¡Pero leed!

Yo aquí seguiré, compartiendo lo que leo con todos los que tengáis a bien asomaros por el blog.

Y para que no quepa ninguna duda: sí, los he leído todos.

SLHLT



miércoles, 26 de septiembre de 2018

Las órdenes

Los de Pilar Adón en Las órdenes son versos afilados y duros por relatar una realidad cotidiana y reconocible, además de escondida a plena vista y familiar.
¿Quiénes somos? Abuelas. Madres. Hijas.
¿Realmente nos define nuestra capacidad de engendrar?
NO QUEREMOS ser madres.
La ausencia de un heredero
que deje borrones.
Seguir siempre hijas.
Que nos abracen como nos abrazaron.
Y nos peinen y presuman de nuestras notas
ante los vecinos.
Que cada libro sea para nosotras, cada pensamiento.
Para nosotras. En una habitación
de una sola cama.

O es el rol pérfido que nos han inculcado de cuidar a los demás, siempre, en cualquier circunstancia, olvidándonos de nosotras, por el bien de todos, por el bien de algunos, por la familia, porque siempre se ha hecho así. Porque… ¿quién lo va a hace si no?
ELLOS NO lo advierten
pero arrastramos un rencor en los genes
heredado de cada mujer.
Su hacha clavada en el cuerpo,
integrada en él. Donde persiste.
Observadoras y observadas.
Actuando solas y ante el mundo.
Ansiando un descanso
sin saber descansar.
Acusando un odio que no se cura
por palabras que no tendrían que existir.
Sin responder tal sin comportarnos cual,
aprovechando más.
Sin enfrentarnos a.

Y si no lo haces. Y si te atreves a no continuar tu estirpe… “¿Quién te cuidará cuando seas vieja?” oirás a cada instante. Como una advertencia, como un aviso… Como una amenaza.
[…] ¿Quién va a abrazarme cuando sea vieja?
Y esté sola. Y no haya quien quiera hablarme. Y
las cortinas se prendan fuego
y las llamas asciendan hasta el techo. Y nadie
pueda acercarse
al teléfono. Para llamar al servicio de extinción
de incendios.

Los pequeños detalles lo cambian todo o no cambian nada si no somos nosotras capaces de cambiarlos.
EL SILENCIO NUNCA es tan grande
como cuando algo lo rompe.


Poesía cruda, directa y maravillosa.
SLHLT

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Ritos funerarios

Dicen que debo morir. Dicen que le robé el aliento a unos hombres y que ahora ellos deben robarme el mío. Supongo, entonces, que todos somos llamas de vela, brillantes de grasa, parpadeando en la oscuridad y en el aullido del viento, y en la quietud de la habitación escucho pisadas, pisadas espantosas que se acercan, que vienen a apagarme y a sacarme la vida del cuerpo en forma de corona de humo gris. Me fundiré con el aire y con la noche. Nos apagarán a todos, uno a uno, hasta que quede únicamente una luz, bajo la que se ven ellos. ¿Dónde estaré yo entonces?
Agnes Magnusdottir espera a la muerte en una pequeña granja de Kornsa. Allí, en la humilde casa del alguacil de la comarca, pasa sus últimos meses de vida. Se la ha acusado y condenado por la muerte de dos hombres. No hay piedad para ella.
Las primeras semanas las pasa en silencio, trabajando como una criada más y bajo la mirada vigilante y temerosa de la mujer del alguacil y sus dos hijas. Pero con la llegada del reverendo Tóti, las palabras comienzan a salir de su boca. Al principio a trompicones, desconfiadas, con recelo e ira. Pero según pasan las semanas, comienzan a fluir como un manantial imposible de contener.
Y esas palabras consiguen ablandar corazones.
Aunque solo de los que se atreven a escucharlas.
En esta historia Hannah Kent realiza un trabajo de investigación inmenso para recrear el ambiente y dotar de dignidad a Agnes, la última mujer decapitada en Islandia, a principios del siglo XIX.
La autora logra emocionarte, con una historia de la que ya conoces el final, porque es Agnes la que te la cuenta. Y consigues meterte en su piel y tiritar con ella, notar el crujir de sus huesos, ver con sus ojos, recordar su infancia a través de su voz, y temblar con ella en sus sueños.
Y no quieres que la maten. Lo haya hecho o no.

Maravillosa.
SLHLT

miércoles, 12 de septiembre de 2018

El devorador de calabazas

“¿De qué te quejas? Tienes unos hijos sanos y no te falta de nada. ¿Qué más quieres?”
¡¡Cuántas veces a lo largo de la historia les habrán dicho algo parecido a las mujeres acomodadas que se sentían desgraciadas, deprimidas, aburridas o insatisfechas con su vida y con el rol que el mundo en el que vivían les obligaba a adoptar!!
La señora Armitage, cuyo nombre no conocemos, habla con su psiquiatra y le trata de explicar lo que le ocurre. Está terriblemente insatisfecha y se siente desdichada y engañada.
Tiene más hijos de los que puede contar y Jake, un guionista de cine egoísta, inseguro e infantil, es su cuarto marido. La engaña y ella aún se autoengaña más. Se supone que el matrimonio ha de hacerla feliz, pero no es así. Y ella se obsesiona con traer más y más hijos a este mundo, porque cree que es lo único que se le da bien.
Pero su marido no quiere que tenga el hijo que están esperando. Las consecuencias de esta decisión harán que la señora Armitage se replantee su vida. Trata de huir de todo y de todos, pero, como los pájaros criados en cautividad, no han aprendido a volar lejos de la jaula, y buscar otra jaula no se parece en nada a la libertad.
A pesar del drama y de lo profundo de las reflexiones de esta historia, se trata de un libro fácil de leer gracias al sutil humor con el que escribe Penelope Mortimer.

No era lo que esperaba, pero me gustó.
SLHLT 

domingo, 9 de septiembre de 2018

Lágrimas en la lluvia

Madrid, 2109.
Estados Unidos de la Tierra.
El mundo ya no es lo que un día fue. Se ha de pagar por el agua y el aire limpios. Y aquellos que no disponen de crédito, están condenados a vivir en áreas contaminadas.
El ser humano ya no está solo en el planeta. Ahora comparte sus días con aliens y tecnohumanos, creados, en su día, para servirle. Pero, tras la revolución de los replicantes y una cruenta guerra, estos consiguieron asimilar sus derechos a los de los seres humanos, aunque su vida esté limitada a unos escasos 10 años.
También existen mundos artificiales fuera de la atmósfera terrestre, habitados en exclusiva por humanos radicales, y la tecnología ha conseguido que sea posible el teletransporte, lo que ha permito explotar recursos más allá de la galaxia.
Bruna Husky es una replicante de combate que se dedica a la investigación privada y, cuya cabeza rapada y su tatuaje en forma de línea que recorre de arriba abajo todo su cuerpo, son, como poco, intimidantes. Es contratada para averiguar quién está detrás de una serie de asesinatos cometidos por tecnohumanos que parecen haberse vuelto locos. En un primer momento todo apunta a una partida de memorias adulteradas, pero hay algo mucho más oscuro detrás…
¿Te apetece averiguarlo?
Esta novela ha sido todo un acierto. En ella Rosa Montero, no solamente escribe una distopía policiaca, sino que crea un universo entero. Está muy bien escrita y, a pesar de sus más de 400 páginas, no podrás parar de leer.
Y la guinda del pastel fue descubrir que es la primera parte de una trilogía, y que aún tienes por delante mucha más Bruna Husky por disfrutar.

Os va a encantar.
SLHLT


martes, 21 de agosto de 2018

Los puentes de Moscú

En el mundo de hoy, donde cada día se levanta un nuevo muro en alguna parte, hacen falta más puentes. Esta es una historia de puentes,  de seres humanos que, aún escasos y frágiles, ansían unir las dos orillas de una sociedad compartida”.
En este libro Alfonso Zapico lo que hace es un documental en viñetas sobre el día que Fermín Muguruza, Eduardo Madina y él se reunieron en Mosku, Guipuzcoa, para hacer una entrevista.
Como bien dice al principio del libro, esta no es una historia sobre ETA, el general Galindo, Kortatu o el PSOE, pero en algún momento de la misma van a aparecer. ¿Por qué? Pues porque todos somos hijos de nuestro tiempo, de la época en la que vivimos y del contexto en el que nos hemos tenido que desenvolver.
Me ha gustado mucho el enfoque que le ha dado, pues permite, sin juzgar a nadie, ver más allá de la historia única que nos han contado, y ponernos en otras pieles y mirar a través de otros ojos. Pero sobre todo tratar de tender puentes para hacer de este mundo un lugar mejor donde todos lo puedan sentir como propio, donde todos tengan cabida y puedan expresarse en libertad, sin violencia, represión, imposiciones y en paz.
Para la gente que construye puentes, los vascos tienen una palabra: ZUBIGILEAK”.

Me ha parecido una propuesta ágil, diferente y muy interesante. Os la recomiendo.
SLHLT

viernes, 17 de agosto de 2018

Pequeño país

La verdad es que no sé cómo comenzó esta historia. Papá sin embargo, nos lo había explicado todo un día en la camioneta.
-     Mirad, en Burundi sucede como en Ruanda. Hay tres grupos diferentes, se llaman etnias. Los hutus son los más numerosos, son bajitos y tienen la nariz ancha.
-     ¿Cómo Donatien? – le pregunté yo.
-   No, él es zaireño, no es lo mismo. Como nuestro cocinero, Prothé, por ejemplo. También están los twa, o sea, los pigmeos. Ellos, bueno, dejémoslo, sólo son unos pocos, digamos que no cuentan. Y luego están los tutsis, como mamá. Son mucho menos numerosos que los hutus; son altos y flacos, con la nariz más fina y nunca se sabe lo que les pasa por la cabeza. Tú, Gabriel – añadió mi padre señalándome con el dedo - , eres un auténtico tutsi, nunca se sabe lo que piensas.
Tampoco yo sabía qué pensar. Al fin y al cabo, ¿qué podía pensar uno de todo aquel lío? Así que le pregunté:
-  ¿La guerra entre los tutsis y los hutus es porque no tienen el mismo territorio?
-     No, no es eso, están en el mismo país.
-     Entonces… ¿no hablan la misma lengua?
-     No, la lengua que hablan es la misma.
-  Entonces, ¿es porque no tienen el mismo dios?
-     Sí, sí tienen el mismo dios.
-     Entonces… ¿por qué están en guerra?
-     Porque no tiene la misma nariz.”

Gabriel, muchos años más tarde, desde París, recuerda aquellos días previos a que todo se convirtiera en sangre, dolor y muerte.
Aquellos tiempos en que la infancia de los niños era posible. Donde correr por un callejón de Kinanira con la pandilla era natural, donde las peores travesuras consistían en robar mangos a los vecinos y fumar algún que otro cigarro a escondidas. Donde los restos de una furgoneta hacían de cuartel general y cuando Ana aún no dibujaba hombres armados y cuerpos mutilados. Cuando mamá aún sonreía. Cuando mamá aún era mamá y no aquella mujer atormentada por las pesadillas del infierno ruandés. Cuando no silbaban las balas y antes de que todos fueran enemigos y la única salida fuese acabar con ellos.
En estas páginas Gaël Faye describe, desde el recuerdo y la nostalgia del que se sabe exiliado, y a través de los ojos de un niño (que bien pueden haber sido los suyos propios) el final de la inocencia de la peor de las maneras posibles: con el estallido de la guerra, primero en Ruanda y luego en Burundi, de hutus contra tutsis.

Ha resultado ser una lectura preciosa, cruda y emocionante. Me ha gustado muchísimo. 
SLHLT

martes, 14 de agosto de 2018

Memorias de abajo

He de decir que hasta hace poco no sabía quién era Leonora Carrington, pero por circunstancias de la vida, en los últimos meses he oído hablar de ella por diversas vías y eso me ha incitado a investigar y a saber más sobre ella.
Memorias de abajo es una especie de diario personal donde la autora escribe lo que recuerda sobre los meses que estuvo encerrada en una institución mental en Santander cuando era poco más que una niña. En apenas cinco días, del 23 al 27 de agosto de 1943, relata sus vivencias y el universo que creó en su mente, entre inyección e inyección de Cardiazol, para sobrevivir a todo lo que le estaba pasando y para tratar de escapar de un mundo que no entendía y de la sombra de una familia que nunca la entendió a ella.
Leonora Carrington fue una pintora surrealista que desarrolló la mayor parte de su carrera en México. Con apenas 20 años se enamoró de Max Ernst y se fugó con él a París, donde se movían como pez en el agua entre la intelectualidad del momento. Cuando llevaron a Max a un campo de concentración, Leonora se quedó sola y sufrió una terrible crisis nerviosa. Gracias a la intervención de unos amigos pudo huir a España, donde no mejoró, y tras muchas vicisitudes, y con la intervención de los contactos de su influyente familia, terminó encerrada en la clínica psiquiátrica del Doctor Morales.
Este libro es una especie de ejercicio catártico donde la autora trata de exorcizar sus demonios escribiendo sobre ellos.
Diferente y singular.
El prólogo de Elena Poniatowska es fantástico: concentrado de cariño en grageas.
SLHLT

viernes, 10 de agosto de 2018

Crezco

Jasper  es un chaval de 17 años que no encuentra su lugar. Es un tío listo e imaginativo, con un sentido del humor muy particular y el ego inmenso de cualquier adolescente, que no entiende el mundo fuera de los límites del yo.
Pasa sus días haciendo que estudia, escribiendo programas para tener contenta a su madre y que le siga dejando salir y dándole dinero para alcohol y drogas; charlando, fumando y bebiendo té con su amiga Tenaya; yendo a terapia con Julie, desde que su vecino lo pilló rematando a su gato (dice que fue un accidente); obsesionado con follarse a Georgia Treely, aunque se acuesta con cualquiera que se le ponga a tiro, entrando en chats porno, escribiendo su libro y empeñado en demostrar que su padrastro es un asesino.
Y así, rodeado de adultos que no se comportan siempre como tales, viviendo al día y exprimiendo una vida cuyo fin no acaba de entender, trata de resistirse a crecer, sin ser muy consciente de ello, y a enfrentarse a una realidad que da miedo y donde uno debería asumir las consecuencias de sus actos.
Ben Brooks nos trae una historia de iniciación a la vida adulta que refleja su visión de lo que es ser un adolescente británico de clase media a principios del siglo XXI. Las influencias de Salinger son más que notorias, aunque nuestro Jasper es bastante más divertido que Holden Caulfield.
Lo que realmente tiene mérito es que el autor la escribiese con solo 17 años. Y para ser una primera novela no está nada mal: el estilo ágil y fluido permite sentir curiosidad y leer de un tirón una historia que, sin tener una gran profundidad, te engancha. Otra cosa que me gusta es la ausencia de moraleja. ¿Para qué?

Me ha gustado más de lo que esperaba.
SLHLT