miércoles, 22 de mayo de 2019

Lectura fácil

Ángels. 43 años. 40% de discapacidad. 189€ de pensión. Vive pegada a un móvil. Está escribiendo, a través de un grupo de Whatsapp, un libro de memorias mediante la técnica de “Lectura fácil”. Es la menos discapacitada de las cuatro. Es la que las sacó a todas del CRUDI nuevo y las trajo a Barcelona. Gracias a ella han conseguido vivir juntas en un piso tutelado por la Generalitat.
Patricia. 33 años. 52% de discapacidad. 324€ de pensión del Estado. Trabaja como reponedora en el Mercadona en el marco de una experiencia piloto de integración laboral. Habla sin parar y no ve tres en un burro. Es la que se maquilla y la que menos tetas tiene de las cuatro. También es la segunda menos discapacitada.
Marga. 37 años. 66% de discapacidad. 438€. Es la más callada de todas. Dice la psiquiatra que además de discapacitada está deprimida por descubrir que es retrasada mental y que las tres mujeres con las que vive también lo son. Ha encontrado consuelo en la masturbación compulsiva y en salir y follarse a quien le apetece cuando le apetece. En la oficina de okupación se hace llamar Gari Garay. La han incapacitado judicialmente. Y ahora también la quieren esterilizar. Su caso está manos de la jueza Guadalupe Pinto.
Nati. 32 años. 70% de discapacidad. 1.118€. Sacaba buenas notas en el colegio. Fue al Conservatorio de Danza y a la Universidad. Leía muchos libros. Sufrió un accidente laboral y desde entonces sufre el Síndrome de las Compuertas. Es la más discapacitada de las cuatro. Fue bailarina. Y es la que se mueve con más gracia. Pero también es la más guerrera. La más políticamente incorrecta. La que no tiene pelos en la lengua.
Y esta es su historia. Contada por ellas mismas.
A través de declaraciones judiciales, actas de la oficina de okupación, memorias por Whatsapp, narraciones en los grupos de Autogestores y fanzines, Àngels, Patri, Marga y Nati nos cuentan su historia. Como ellas la ven. Cómo la sienten. Y nos permiten mirar. Y sentir. Con ellas. A través de sus ojos. De su sexo. De su piel…
¿Quién decide qué es normal? ¿Quién se atreve a medirlo, a pesarlo a calibrarlo? ¿Cuál es el baremo? ¿Dónde está la línea que separa la normalidad de lo que no lo es? ¿Alguien les ha preguntado si quieren ser tutelados por el Estado o la Comunidad Autónoma de turno? ¿Si quieren la pensión que se les da? ¿O si prefieren recharzarlo y ser libres? Libres para equivocarse, para decidir si hoy se duchan, con quien quieren follar, dónde vivir y trabajar. ¿Los estamos protegiendo o los estamos infantilizando? ¿Dónde está el límite?
Este libro es brutal.
Transgresor. Valiente. Distinto. Original. Feminista y salvaje.
No es para todos los lectores.
Puedo no gustaros, no ser fácil de leer ni de digerir y no ser amable.
Pero no os dejará indiferentes.
A mí me ha impactado.
Me ha dolido por dentro.
Y me ha hecho plantearme cosas en las que nunca antes había pensado, o por lo menos no así. No desde este punto de vista.
Deseo con todas mis fuerzas que lo leáis.
Despacio.
Pensando.
Poniéndose en la piel de quien te habla.
SLHLT

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