miércoles, 27 de septiembre de 2017

Los ritos del agua

Si aún no has leído El silencio de la ciudad blanca, primera parte de esta trilogía, ¡no sigas leyendo! Es cierto que esta segunda parte se puede leer de forma independiente, pero te destripa el primer libro para ponerte en situación y yo creo que es muchísimo mejor leerlo y descubrir por ti mismo a Kraken y todos los entresijos del caso.
Los ritos del agua comienza exactamente en el punto en que acabó la primera entrega de la saga: Kraken está de baja y sufre una afasia de Broca causada por la bala que le metió en la cabeza el último asesino en serie al que consiguió dar caza. Esti lo sustituye. Alba trata de sobrellevar lo mejor posible todo lo acontecido en las últimas semanas mientras intenta tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Y Tasio se ha ido a Nueva York.
Pero como dice el dicho: ¡qué poco dura la alegría en la casa del pobre! Y en medio de este panorama Esti llama a Kraken para informarle de que su primera novia, “Anabel Lee” ha aparecido muerta. Y no de cualquier manera: su cadáver se ha encontrado colgado boca abajo de un árbol, con la cabeza sumergida en un caldero de la Edad de Bronce y con quemaduras eléctricas producidas por una pistola taser. Pero eso no es todo. Además de este extraño ritual, la víctima estaba embarazada.
Los crímenes no han hecho más que comenzar y todos y cada uno de ellos estarán relacionados de alguna manera con Kraken y con los acontecimientos que tuvieron lugar en 1992 en un campamento de verano al que Unai y sus amigos fueron para trabajar en la reconstrucción de un antiguo poblado cántabro.
Y ya no puedo contaros más.
Sólo decir que, como el anterior, es una historia muy bien documentada, entretenida y trepidante. ¡No podrás parar de leer!
Lo que más me gustó del libro es la parte que se desarrolla en 1992, cuando Unai no era más que un adolescente, y que da muchas claves para entender al protagonista y el desarrollo de la historia. De hecho, al contrario que en El silencio de la ciudad blanca, aquí sí que fui capaz de descubrir quién era el culpable y la causa.
Me ha gustado. ¡Estoy deseando leer la tercera parte!
SLHLT

miércoles, 20 de septiembre de 2017

El pantano de las mariposas

2010. Sam vuelve a Carnival Falls y recuerda aquel verano del 85 cuando todo cambió: el final de la infancia, el primer amor, la pérdida de la inocencia y el descubrimiento de la verdad.
Años atrás, cuando Sam tenía apenas un año, su madre murió en un accidente de tráfico. Él iba con ella y se salvó. A veces sueña y cree recordar la lluvia en los cristales, el golpe, una luz y cómo algo arrastra a su madre fuera del coche. La policía nunca encontró el cuerpo. Y en la versión oficial consta que Christina Jackson pudo salir despedida del vehículo por el impacto y ser arrastrada por las aguas de un río cercano. Pero, ¿es eso lo que realmente pasó?
En 1985 Sam tiene doce años y está en una casa de acogida. Billy es su mejor amigo y con él vive grandes aventuras en las largas tardes de verano. La llegada de Miranda Matheson alterará sus rutinas y sus afectos, pasando a formar parte indispensable de sus vidas.
Lo que aparentemente puede parecer una novela al estilo de Los Goonies, es mucho más: experiencias paranormales, pasadizos secretos, complots, amistad, asesinatos, extraterrestres, bicicletas, secretos, casas en el árbol…
Con dos hilos temporales, y el mismo y único narrador en cada uno de ellos, vamos desgranando uno a uno todos los enigmas y misterios. El autor nos lleva y nos trae exactamente por donde él quiere. Y cuando crees que la historia va por un camino, te sorprende y te transporta por una senda que no habías imaginado.
Es muy original. Te mantiene en vilo y no puedes dejar de leer. Y cuando crees que ya está todo atado, el señor Federico Axat dibuja un final que te desconcierta y no puedes evitar volver a atrás para comprobar que ha jugado con tu percepción de las cosas… ¡¡Y te encanta!!
Muy entretenido. Os sorprenderá.


SLHLT

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Y si te has quedado con ganas de más, aquí tienes la reseña de su última novela:   La última salida.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Tierra de Campos

Hay pasado en todas partes. El pasado está posado sobre nosotros como el polvo sobre los muebles. Hay pasado en el presente y hay pasado en el futuro. Impregnado, agarrado, diluido, difuminado, mezclado, empastado, desenfocado. Hay pasado en el recuerdo, en el gesto, en los rasgos, en las frases por decir, en las soluciones. Hay pasado en la imaginación, que a veces es un proyector de experiencias vividas. Hay pasado en los pasos por dar, en la carrera por delante, en la mirada, en el cuento, en el invento, en los sabores. Las canciones están hechas de pasado. No hay canciones futuristas, es un arte sin ciencia ficción. Hay pasado en las pasiones, en la desdicha, en lo sueños. Hay pasado en el porvenir, e los planes de futuro y hasta en las hipotecas. Hay pasado en tus hijos, en tus nietos, en sus gestos, en sus nombres. Hay pasado en la calle de tu ciudad, en las afueras, hay pasado en cada persona, incluso en las que no han nacido aún.
No hay párrafo que mejor describa esta historia. Una vuelta al pasado, para lograr entender lo que somos y dónde estamos.
Cara A.
Dani Mosca, viaja en el asiento del copiloto de un coche fúnebre. Ya ha pasado un año desde la muerte de su padre y por fin va a cumplir su última voluntad: ser enterrado en Garrafal de Campos, su pueblo natal.
En ese viaje, de tres o cuatro horas desde Madrid, Dani repasa parte de su vida: su infancia, el colegio, un padre autoritario, el beso de buenas noches, conocer a Gus, las clases de guitarra, los veranos en el pueblo, la enfermedad de su madre, los primeros amores, formar un grupo con Animal y Gus, pelearse por tocar en garitos de mala muerte… Los comienzos.
Cara B.
Llegan al pueblo. Están en fiestas. Todo el mundo los espera. Dani es una celebridad para los vecinos. Y después del entierro tendrá que dar el pregón y tocar unos temas. ¡Una encerrona en toda regla!
Y Dani sigue recordando cómo llegó el éxito, la gente que conocieron, los discos, las fans, el amor, el desamor, el desengaño, las drogas, la tristeza, la pérdida, escribir canciones. Japón. Un renacer. Un nuevo amor. Los niños. Y volver a perder.
Esta es una novela que habla del amor, de la amistad, de los conflictos generacionales, de la muerte, de equivocarse y de volver a empezar para caer exactamente los mismos errores y repetirlos una y otra vez.
Del pasado se huye, pero se regresa para buscar resguardo, en un movimiento contradictorio.
Habla de ese pasado con más nostalgia que dureza, y con el toque de humor que dan los años y el ser capaz de verlo todo con otra perspectiva. Es un pasado muy reconocible para varias generaciones, que somos capaces de identificarnos en comportamientos, actitudes, canciones, lugares y personajes que nos hacen recordar cómo éramos entonces, cuando aún todo era posible y nos sentíamos inmortales.
Por todo esto me ha gustado. Y también por narrarlo en primera persona. Y por dividirlo en dos caras, como si de un vinilo o de una cinta de casete se tratara. Y por intercalar letras de canciones. Y por emocionarme. Y por inventar un personaje como Gus. Y por hacerme sonreir.
Pero para ser sincera, en ocasiones se me hizo un poco largo y repetitivo. Hubiera sido perfecto con 150 páginas menos.

De todas formas, me ha reconciliado con David Trueba después del fiasco de Blitz. Ahora estoy segura de que repetiré.
SLHLT



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Y como propina el playlist del libro que han hecho en Spotify.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Los diarios de Adán y Eva

Esta es una historia deliciosa que le da una vuelta de tuerca, en forma de diarios personales, a la archiconocida versión del Génesis sobre el comienzo de la vida en este planeta. Sin darle apenas protagonismo al Dios “hacedor” de todas las cosas, se centra en la visión de ese mundo recién creado a través de los ojos de sus primeros pobladores.
Así, Adán, se presenta como un ser distante, aburrido, cuya interacción con el resto de criaturas ni le interesa ni comprende, y molesto por la irrupción de Eva en su “paraíso para uno” y su manía de darle nombre a todo y de usar el “nosotros”, cuando hasta el momento solo existía el “yo”. La llegada de Caín le asombra y descoloca a partes iguales. ¿Qué será ese nuevo ser que Eva no deja ni a sol ni a sobra? Ya ha comprobado que no es un pez. Probablemente sea un canguro o un oso pequeño al que aún no le ha salido pelo… Pero desde luego no ha encontrado a ningún otro de su especie durante sus excursiones.
Eva, desde el principio, sabe que forma parte de un experimento y está dispuesta a aprender de todo lo que tiene a su alrededor. Lo observa, le da un nombre y lo analiza hasta comprenderlo y establecer un vínculo con él: cuida de los animales y duerme entre ellos, escucha a los pájaros, se enamora de la luna y las estrellas, descubre el fuego y enloquece por ese otro ser humano que la rehúye.
Del manzano comen ambos y la expulsión del paraíso no es un drama ni una desdicha, sino el comienzo de una nueva vida. ¿Quién quiere un paraíso para dos, si puede tener un mundo para todos? Y Adán aprende a quererlo. Y a quererla.



En la tumba de Eva
Adán: 
<<Dondequiera que ella estuviese, allí estaba el Edén>>


¡Mark Twain era un genio!
Este libro es original, fresco, actual, moderno, irónico, inocente, divertido, sarcástico y cargado de dulzura. Y para poner la guinda al pastel, se presenta acompañado de las increíbles ilustraciones de Sara Morante en una edición preciosa y cuidada como solo Impedimenta sabe hacerlo.

¡¡Os va a encantar!! A mí me ha conquistado.
SLHLT