Si aún no has leído El silencio de la ciudad blanca, primera parte de esta trilogía, ¡no sigas
leyendo! Es cierto que esta segunda parte se puede leer de forma independiente,
pero te destripa el primer libro para ponerte en situación y yo creo que es
muchísimo mejor leerlo y descubrir por ti mismo a Kraken y todos los entresijos del caso.
Los ritos del agua
comienza exactamente en el punto en que acabó la primera entrega de la saga: Kraken está de baja y sufre una afasia
de Broca causada por la bala que le metió en la cabeza el último asesino en
serie al que consiguió dar caza. Esti
lo sustituye. Alba trata de
sobrellevar lo mejor posible todo lo acontecido en las últimas semanas mientras
intenta tomar una de las decisiones más importantes de su vida. Y Tasio se ha ido a Nueva York.
Pero como dice el dicho: ¡qué poco dura la alegría en la casa
del pobre! Y en medio de este panorama Esti
llama a Kraken para informarle de que
su primera novia, “Anabel Lee” ha
aparecido muerta. Y no de cualquier manera: su cadáver se ha encontrado colgado
boca abajo de un árbol, con la cabeza sumergida en un caldero de la Edad de
Bronce y con quemaduras eléctricas producidas por una pistola taser. Pero eso no es todo. Además de
este extraño ritual, la víctima estaba embarazada.
Los crímenes no han hecho más que comenzar y todos y cada uno de
ellos estarán relacionados de alguna manera con Kraken y con los acontecimientos que tuvieron lugar en 1992 en un
campamento de verano al que Unai y
sus amigos fueron para trabajar en la reconstrucción de un antiguo poblado
cántabro.
Y ya no puedo contaros más.
Sólo decir que, como el anterior, es una historia muy bien
documentada, entretenida y trepidante. ¡No podrás parar de leer!
Lo que más me gustó del libro es la parte que se desarrolla en
1992, cuando Unai no era más que un
adolescente, y que da muchas claves para entender al protagonista y el
desarrollo de la historia. De hecho, al contrario que en El silencio de la ciudad blanca, aquí sí que fui capaz de descubrir
quién era el culpable y la causa.
Me ha gustado. ¡Estoy deseando leer la tercera parte!
SLHLT
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