2010. Sam vuelve a Carnival
Falls y recuerda aquel verano del 85 cuando todo cambió: el final de la
infancia, el primer amor, la pérdida de la inocencia y el descubrimiento de la
verdad.
Años atrás, cuando Sam tenía apenas un año, su madre murió en un
accidente de tráfico. Él iba con ella y se salvó. A veces sueña y cree recordar
la lluvia en los cristales, el golpe, una luz y cómo algo arrastra a su madre
fuera del coche. La policía nunca encontró el cuerpo. Y en la versión oficial
consta que Christina Jackson pudo salir despedida del vehículo por el impacto y
ser arrastrada por las aguas de un río cercano. Pero, ¿es eso lo que realmente
pasó?
En 1985 Sam tiene doce años y está en una casa de acogida. Billy
es su mejor amigo y con él vive grandes aventuras en las largas tardes de
verano. La llegada de Miranda Matheson alterará sus rutinas y sus afectos,
pasando a formar parte indispensable de sus vidas.
Lo que aparentemente puede parecer una novela al estilo de Los Goonies, es mucho más: experiencias
paranormales, pasadizos secretos, complots, amistad, asesinatos,
extraterrestres, bicicletas, secretos, casas en el árbol…
Con dos hilos temporales, y el mismo y único narrador en cada uno
de ellos, vamos desgranando uno a uno todos los enigmas y misterios. El autor nos
lleva y nos trae exactamente por donde él quiere. Y cuando crees que la
historia va por un camino, te sorprende y te transporta por una senda que no
habías imaginado.
Es muy original. Te mantiene en vilo y no puedes
dejar de leer. Y cuando crees que ya está todo atado, el señor Federico
Axat dibuja un final que te desconcierta y no puedes evitar volver a
atrás para comprobar que ha jugado con tu percepción de las cosas… ¡¡Y te
encanta!!
Muy entretenido. Os sorprenderá.
SLHLT
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Y si te has quedado con ganas de más, aquí tienes la reseña de su última novela: La última salida.
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