martes, 30 de junio de 2020

Cómo ser una buena criatura

He viajado a lo largo y ancho del mundo en busca de documentación para mis libros. […] Durante todos esos viajes, nunca he olvidado un dicho que me ha servido de promesa: <<Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro>>. Aunque he tenido la suerte de contar con maestros excepcionales, la mayoría de ellos han sido animales.

¿Qué me han enseñado los animales sobre la vida? A ser una buena criatura.

A través de trece animales que conoció y con los que tuvo la suerte de convivir ,la naturalista Sy Montgomery nos narra episodios de su vida y las lecciones que de ellos aprendió.

Desde los perros que compartieron su vida: Molly, Tess, Sally y Thurber, hasta Octavia, el pulpo hembra del acuario de Nueva Inglaterra, pasando por las Damiselas, Clarabelle, la araña o Christopher Hogwood, el maravillosos y enorme cerdo con su propio spa de agua caliente y jabonosa; todos ellos, gracias a su sabiduría animal y a su amor, han sido partícipes y responsables de convertir a Sy Montgomery en una buena criatura.

Porque del disfrute de un cerdo por los pequeños placeres de la vida, de la dedicación y el orden con el que las arañas construyen sus nidos, de la confianza que es capaz de depositar un emú en ser humano, de la determinación de un armiño para atrapar presas que le cuadriplican el tamaño o del amor, la protección y la limpieza que una madre pulpo dedica a sus huevos, se pueden sacar grandes enseñanzas. Y si somos capaces de verlo, de empatizar con ellos y de amarlos, nuestras vidas serán más ricas. Serán mejores.

Maravillosa autobiografía que os emocionará de veras.
SLHLT

miércoles, 24 de junio de 2020

Reina roja

Antonia vive en una casa sin muebles y pasa las noches en el hospital. Habla a diario por videoconferencia con la abuela Scott mientras toma el té en su casa de la campiña inglesa, y es la persona con el cociente intelectual más alto del mundo. No olvida nada de lo que lee. Nunca. Gracias a ella se han salvado muchas vidas, pero no quiere seguir adelante: el precio que ha pagado ya ha sido demasiado alto. Cada día dedica tres minutos a pensar en acabar con todo.
Jon es inspector de policía en Bilbao, vive con su amatxo y es gay. Lo acaban de suspender de empleo y sueldo, y está siendo investigado por corrupción. No puede negarlo. El vídeo que subió a Internet el proxeneta, al que quería empapelar, no deja lugar a dudas y, además, se ha hecho viral. Está acabado.
Un hombre, que dice llamarse Mentor, le ofrece una salida y le asegura que el vídeo desaparecerá. A cambio, Jon tendrá que salir inmediatamente hacia Madrid y conseguir que Antonia se suba a un coche que los llevará a la escena de un crimen del que nadie va a saber nunca nada.
Así comienza Reina Roja. Y no os pienso contar nada más.
Como todo buen thriller, no podrás dejar de leer. Pero su éxito no estriba tanto en el psicópata de turno, la crueldad de sus crímenes, los giros en la trama o las ramificaciones que llevarán a una nueva entrega, sino en la personalidad de sus maravillosos protagonistas: Antonia y Jon.
Además de todo lo bueno que se pueda decir de este libro, lo que lo lleva a otro nivel es la ironía y el sentido del humor que rezuma, a pesar del género negro, y el guiño a las letras de las canciones de Sabina.
Os va a encantar.
SLHLT

miércoles, 17 de junio de 2020

Litio

Escupías fuego por la boca cuando te conocí. Debería haber intuido el peligro: un chico de dieciséis años sin remera, tomando sorbos de nafta en el medio del campo helado para escupir llamaradas. El pasto grisáceo estaba cubierto de escarcha, a vos te caía, por el surco que dejan tus pulmones en tu pecho pálido, un hilo de kerosene. Brillabas por partes, un Vermeer caprichoso. La noche y la intemperie te quedan bien, algo de leñador que tenés, una actitud de resolver a la fuerza, a hachazos.
No sabes muy bien cómo, te encuentras cuidando los gatitos recién nacidos de un exnovio al que han ingresado por una crisis psiquiátrica. Su madre te llamó para darte las llaves de su casa. Ella no quiere hacerse cargo.
Verónica tiene allí cosas todavía. Pero no ha vuelto. En su lugar estás tú. Y al entrar viste la sangre.
La gata te ataca. Está terriblemente protectora con las crías. Y eso te hace recordar a otra madre: la tuya. La que se suicidó.
A medida que pasan los días, la casa te va devorando. El pasillo oscuro te asusta. La gata te vigila. No puedes abrir la lavadora y la puerta del armario se te viene encima.
Noches fuera hasta que se hace de día. No te concentras y vas a perder lo que te queda de curso cuando ya estás a punto de acabar la carrera y lo que deberías estar pensando es en trabajar…

Os encontráis ante una novela que es puro lirismo áspero, y una especie de diario de pensamientos: a veces hilados, a veces inconexos, que saltan en el tiempo y que cambian según la voluntad de sufrir y de modificar los recuerdos que tenga su dueño. Es una historia sobre la transición a la madurez y la dificultad de cerrar capítulos de la propia vida, aunque nos hagan terriblemente infelices.
Me ha gustado.
SLHLT

miércoles, 10 de junio de 2020

Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo

Los periódicos del día siguiente dirán que es la cuarta prostituta en un mes hallada muerta en las calles de Estambul.
Tequila Leila ya no dirá nada. Nunca más.
Leila siente el momento exacto en que su corazón deja de latir. Pero, curiosamente, su cerebro no para todavía. Y en esos 10 minutos y 38 segundos que le quedan, a Leila le vendrán a la mente palabras, olores y sabores que la llevarán lejos de allí: a su infancia, a su vida antes, a sus madres, a su tío… A su gran amor y a sus cinco amigos: Nalán, Sinán, Yamila, Zaynab y Humeyra. La familia que uno elige. La familia, que sin tener tu misma sangre, decide quererte, preocuparse por ti, acompañarte en los malos momentos y hacer que tu vida merezca la pena.
Sus cinco amigos. Su gran tesoro. Cinco perdedores, con cinco vidas que a nadie importan, pero que al unirse forman un ser vivo inmenso y que, como una colonia de hormigas, tiene más valor y más fuerza que cada uno de los individuos que lo forman.
Cinco amigos que harán lo imposible por encontrarla y darle dignidad a su muerte.
Este libro es una joya para los que amamos las historias.
Con una prosa lírica y brutal, Elif Shafak actúa como una Sherezade moderna que libra de la muerte, dándoles voz, luz y sentido, a aquellos de los que nadie se preocupa y hacia los que decidimos no mirar. Es una oda a la amistad que te salva de la vida, cuando la vida que te está destinada es una condena de aflicción, sumisión y violencia.
Es de esos libros que te emocionan y te encogen el corazón, pero que no deseas que terminen nunca.
Y, como si la propia novela no fuese suficiente, en los agradecimientos, la autora te regala esta confidencia:
<<Mi abuela falleció poco antes de que yo empezara a escribir esta novela. No acudí a su funeral porque no me sentía a gusto viajando a la madre patria en un momento en que se arrestaba por acusaciones infundadas a escritores, periodistas, intelectuales, académicos, amigos y colegas. Mi madre me dijo que no me preocupara por no haber visitado la tumba de mi abuela, pero sí me preocupé y me sentí culpable. Estaba muy unida a ella. Fue quien me crio.
La noche en que terminé la novela había luna creciente. Pensé en Tequila Leila, pensé en mi abuela y, aunque la primera es un personaje de ficción y la segunda tan real como mi sangre, no sé por qué me pareció que se habían conocido y convertido en buenas amigas, en “hermanas extranjeras”. A fin de cuentas, los límites de la mente no significan nada para las mujeres que siguen cantando canciones de libertad a la luz de la luna.>>
SLHLT

miércoles, 3 de junio de 2020

Penélope y las doce criadas

Homero contó la historia de Odiseo. Al escribirla la hizo inmortal y pervivió en el tiempo. Y fue este el que la convirtió en “verdad”.
Pero, como todas las historias, la narración cambia cuando es otro el que la recuerda. Y en esta ocasión, es la propia Penélope, o más bien su sombra desde el Reino de los Muertos, la que nos cuenta a las gentes del siglo XXI su propia versión.
Y nadie mejor que uno mismo para contar sus recuerdos, sus vivencias y hasta para reírse de sus propias miserias. Así nos enteramos de su origen cuasi-divino al tener una náyade por madre; cómo acabó con quince años siendo la esposa de Odiseo y yéndose a vivir a un isla llena de cabras en la otra punta del mundo conocido; la manía que le tiene a su prima Helena (de Troya) o la adolescencia mal llevada de su hijo Telémaco.
Estáis ante una novela original, diferente, tremendamente irónica y divertida, maravillosamente inspirada en el teatro y la mitología clásica y que no podréis parar de leer.
No seré yo quien os descubra a Margaret Atwood: una escritora con muchísimo oficio, talento e imaginación, que se reinventa en cada libro. Una narradora extraordinaria, una mente preclara con una visión de conjunto digna del mejor dotado de los ajedrecistas y que, gracias a su talento al contar historias, nos permite atisbar lo que hay detrás de la realidad establecida.
He disfrutado muchísimo con este libro.
No lo dejéis pasar.
SLHLT