Homero contó la historia de Odiseo. Al escribirla la hizo
inmortal y pervivió en el tiempo. Y fue este el que la convirtió en “verdad”.
Pero, como todas las historias, la narración cambia cuando es
otro el que la recuerda. Y en esta ocasión, es la propia Penélope, o más bien
su sombra desde el Reino de los Muertos, la que nos cuenta a las gentes del
siglo XXI su propia versión.
Y nadie mejor que uno mismo para contar sus recuerdos, sus
vivencias y hasta para reírse de sus propias miserias. Así nos enteramos de su
origen cuasi-divino al tener una náyade por madre; cómo acabó con quince años
siendo la esposa de Odiseo y yéndose a vivir a un isla llena de cabras en la
otra punta del mundo conocido; la manía que le tiene a su prima Helena (de
Troya) o la adolescencia mal llevada de su hijo Telémaco.
Estáis ante una novela original, diferente, tremendamente irónica
y divertida, maravillosamente inspirada en el teatro y la mitología clásica y
que no podréis parar de leer.
No seré yo quien os descubra a Margaret Atwood: una escritora
con muchísimo oficio, talento e imaginación, que se reinventa en cada libro.
Una narradora extraordinaria, una mente preclara con una visión de conjunto digna
del mejor dotado de los ajedrecistas y que, gracias a su talento al contar
historias, nos permite atisbar lo que hay detrás de la realidad establecida.
He disfrutado muchísimo con este libro.
No lo dejéis pasar.
SLHLT
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