viernes, 27 de marzo de 2020

La vida verdadera

<< En casa había cuatro habitaciones. La mía, la de mi hermano pequeño Gilles, la de mis padres y la de los cadáveres.
Corzos, jabalíes, ciervos. Y también cabezas de antílopes de todo tipo y de todos los tamaños: gacelas saltarinas, impalas, ñus, órices, kobos… Varias cebras amputadas, sin cuerpo. Sobre una tarima, un león entero con el cuello de una pequeña gacela entre los dientes.
Y en una esquina, la hiena.
Por mucho que la hubieran disecado, estaba viva, no me cabía duda, y se deleitaba con el pavor que infundía en los ojos de quienes la miraban. En las fotografías enmarcadas que colgaban de las paredes, mi padre posaba orgulloso, escopeta en mano, con animales muertos. Aparecía siempre con la misma pose: un pie sobre la bestai, un puño en la cadera y la otra mano blandiendo el arma en señal de victoria, con lo cual se parecía más a un miliciano rebelde con un chute de adrenalina genocida, que a un padre de familia.>>
Una niña sin nombre, su hermano pequeño y un verano entero por delante. Podría ser el inicio de una historia de aventuras, pero no lo es. Es el comienzo de una historia de supervivencia.
Un padre depredador; una madre "ameba", anulada y ausente; Gilles, el niño más tierno y bueno del mundo, y nuestra protagonista: una niña sin nombre, una heroína de diez años, que tratará de salvar a su hermano de perderse para siempre, con la ayuda de la magia y de la Física, con inteligencia y corazón.
El verano que comenzó todo, olía a miedo, a whisky y a sal, como todos los veranos en aquella casa. Pero también sonaba a juegos a escondidas con Gilles en el desguace, le hacía latir el corazón al ritmo del camión de los helados y sabía a la dulce y espesa nata con la que coronaba esas frías delicias, a escondidas de su padre.
Pero algo pasó. Un accidente que desencadenó el horror y despertó a la hiena que vivía agazapada en el pecho de Gilles. Cada día lo dominaba una poco más, lo poseía, lo anulaba y lo volvía frío, huraño y cruel. ¡No lo iba a permitir! ¡Ella lo salvaría! Iba a construir una máquina para volver atrás en el tiempo, evitar lo ocurrido y salvar a Gilles.
Y eso es lo que hizo a lo largo de los siguientes cinco veranos.
Esta sería una historia de maltrato más, si no fuera por la mirada de su narradora.
La autora tiene una destreza tal, que nos hace observar la violencia y el terror en el que vive su protagonista a través de sus ojos, y del prisma tierno, sutil y a veces hasta divertido, que solo la mirada de un niño le puede dar.
Nos enseña cómo va creciendo y cómo cambia su visión del mundo que le rodea. Cómo pasa de ser una niña a una presa. Una presa que se niega a ser cazada. Las presas corren para salvar sus vidas. Ella no. Ella se queda. Ella tiene una misión: salvar a Gilles. Aunque perezca en el intento.
Página a página la tensión aumenta hasta dejarte sin aliento
Me ha gustado muchísimo, 
Tanto, como me ha encogido el corazón.
SLHT

jueves, 5 de marzo de 2020

Listas, guapas, limpias

Lo mejor para dejar a un novio es que ese día te despiertes guapa. Hoy es exactamente uno de esos días. He quedado con Hugo en el bar en el que alguna vez fantaseamos que eran otros los que rompían. No ha sido algo deliberado. Es domingo y está todo cerrado. Solo resulta que hoy esos otros somos nosotros.
Este libro describe un punto de inflexión en la vida de su protagonista: una chica que empieza a estudiar Derecho en la universidad y que descubre un mundo más allá del barrio en el que se crio.
La historia comienza justo en el momento en que se da cuenta de que las normas y los códigos con los que la educaron, ya no sirven en el mundo en el que tiene que vivir. Un mundo distinto al que creía habitar, que cambia muy rápido y en el que ha de reinventarse para tratar de encontrar un lugar que sienta como propio.
Una encrucijada en la que se da cuenta de que se puede vivir de otra manera, que se pueden tener otros intereses, otros amigos, otros amores… Cuando descubre que sus padres son imperfectos y hasta la avergüenzan, cuando se hace consciente de la clase social a la que pertenece y de que su abuela no siempre fue la anciana que tiene delante, sino que vivió otra vida, pero se conformó con esta.
Me ha resultado una historia fresca, ácida, entretenida y en la que es fácil reconocerse. ¡Qué bien elige los títulos Caballo de Troya

Si este es el primer libro de Anna Pacheco, qué gran futuro le espera. ¡Qué suerte la nuestra!
Muy recomendable.
SLHLT