miércoles, 14 de noviembre de 2018

Kentukis

Un día cualquiera, podría haber sido hoy mismo, entras en un bazar o en un centro comercial y te pones a mirar todos los kentukis que tienen expuestos. ¡¡Son monísimos!! No sabes por cuál decidirte: una conejita, un topo, un cuervo, un osito… ¿quizás un dragón?
Aunque no son baratos te decides por uno y te lo llevas a casa. Ahora toca ponerlo a funcionar: lo colocas en su base de carga y esperas a que la conexión tenga lugar.
Tras varias horas de espera tu kentuki abre los ojos, se baja del cargador y comienza a seguirte a donde quiera que vayas. No puede hablar, aunque sí mover los ojitos y la cabeza en todas direcciones y emitir pequeños ruiditos metálicos. ¡Ya eres un “amo de kentuki”!
Pero en la otra punta del mundo, o tal vez en la puerta de al lado, alguien que compró un código de conexión está viendo tu cara y tu casa a través de las cámaras que el kentuki tiene por ojos. Acaba de crearse un vínculo de manera aleatoria y ese enlace solo se romperá si la batería se agota, si el kentuki se rompe o si decide finalizar la conexión de forma unilateral. Una vez finalizada, no se podrá volver a establecer nunca más.
¿Tú qué elegirías: ser kentuki o tener un kentuki?

Samanta Schweblin convierte nuestro presente en una distopía al puro estilo Black Mirror.
A través de distintas historias nos enseña, sin juzgar, el punto de vista de los kentukis y de los amos de kentuki. Y os aseguro que no os dejará indiferentes… ¿Puede una persona ser la mascota de otra? ¿Qué seríamos capaz de hacer si nos permitiesen observar la vida de otro sin ser condenados? ¿Y si nos obligaran a mirar lo que no queremos? ¿Cómo actuaríamos si lo que vemos a través de las cámaras es algo inmoral, depravado o ilegal? ¿Serías capaz de dejar que un desconocido invadiese tu intimidad? ¿Podría un kentuki ayudar a combatir la soledad? ¿Sería posible llegar a enamorarse de la persona que está al otro lado? ¿Dejarías que tus hijos interactuasen con ellos? ¿Querrías conocer a la persona tras el kentuki?
Me ha sorprendido y me ha gustado.

 SLHLT

miércoles, 7 de noviembre de 2018

La novia gitana

Primera Parte: El cielo en una habitación.
Alguien ha encerrado a un niño en una nave. Al principio le parece casi un juego, pero según van pasando las horas, la noche avanza, y aquello ya no tiene gracia. No puede salir por ninguna parte. La puerta está cerrada y no encuentra el interruptor de la luz.
Ya hace mucho rato que oyó el motor de una moto alejarse. Está solo. O eso cree, hasta que oye un gruñido. Un perro abandonado de tres patas se ha colado en el galpón. Sus ojos brillan y nota que se le está acercando. Se abalanza sobre él y lo muerde. El niño lo ahuyenta como puede, pero volverá a intentarlo. La próxima vez le aplastará la cabeza contra el suelo con la pala que acaba de encontrar.
Capítulo 1.
Susana y sus amigas han ido a un Boys a celebrar su despedida de soltera. No es lo que ella hubiera elegido, pero sus amigas parecer pasárselo bien y de eso se trata.
Capítulo 2:
El cadáver de Susana aparece tirado en la Quinta de Vista Alegre. Tiene parte de la cabeza rapada y le han hecho tres agujeros. Por ellos, el asesino le ha introducido larvas de gusanos que le han ido devorando el cerebro mientras aún estaba viva…
Pero eso no es lo más aterrador. Unos años atrás, su hermana, también a punto de casarse, murió de la misma forma y el asesino está aún entre rejas.
La inspectora Elena Blanco, aficionada a la grappa y al karaoke, con una historia personal oscura detrás, y jefa de la Brigada de Análisis de Casos, tratará de descubrir qué es lo que ha pasado, si se trata de un imitador, o si se cometió un error en el pasado, y encerraron a alguien inocente. En el transcurso de la investigación nada resultará ser lo que parece.
¡Dos días! ¡Me ha durado dos días!
408 páginas, cinco partes, 78 capítulos, un narrador omnisciente, personajes muy bien trazados y un retrato de la maldad del ser humano.
La novia gitana es uno de los thrillers más potentes que he leído en los últimos tiempos y además trae consigo el descubrimiento de quien dice llamarse Carmen Mola. ¡Vaya primera novela se ha marcado usted, Sra. Mola! ¡Es para quitarse el sombrero! Y lo mejor: que esto no se acaba aquí, que la inspectora Elena Blanco y su equipo han venido para quedarse.

Los amantes del thriller policiaco más oscuro no os la podéis perder.
SLHLT