Park es un friki de los comics y la música punk. Además, es medio
asiático y siempre viste de negro. Con los cascos puestos, ha conseguido pasar
desapercibido y ya casi no se meten con él en el autobús de camino al
instituto.
Eleanor acaba de llegar al barrio. Tiene cuatro
hermanos pequeños, una madre dependiente e inmadura y un padrastro al que odia.
Le encanta leer, es grande, se viste con extrañas combinaciones de prendas de
ropa vieja de hombre, y tiene una melena roja, rizada e indómita. Es un blanco muy
fácil.
Eleanor sube al autobús y las burlas comienzan.
Sólo hay un sitio: al lado de Park.
Él la ignora.
¡Qué fastidio para
ambos!
Este libro es una
historia de amor que salva a sus dos protagonistas. Es un descubrimiento de
ellos mismos y del otro, de la amistad y el amor, de la literatura y la música,
de la avidez por la piel de la persona amada, la necesidad de hacerla feliz y
la imposibilidad de disimular lo que uno siente. Pero también de la lucha
contra los prejuicios, de la vulnerabilidad de los niños y adolescentes, de la
importancia de ser uno mismo y del aprender a quererse.
El personaje de Eleanor me gusta mucho, pero Park me encanta. Es el verdadero
superhéroe de esta historia.
Aunque me ha gustado, no ha estado a la altura de mis
expectativas y algunas partes me han resultado algo lentas. Aún así es un libro
muy recomendable.
SLHLT
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