Está a punto de estallar
la primera guerra del Golfo y al premio Nobel de Literatura Prétextat Tach le diagnostican el
síndrome de Elzenveiverplatz, o
cáncer de cartílagos, que acabará con él en un par de meses.
Los periódicos, revistas
y televisiones se pelean por hacerle una entrevista antes de su muerte. Pero el
señor Tach no es un tipo cualquiera
y, a través de su secretario personal, concede sólo cinco.
Prétextat Tach es un octogenario obeso y
brillante, con una cultura aún más inmensa que él, pero es cínico,
desagradable, misántropo, misógino, lúbrico, obsceno, cruel y narcisista.
Su discapacidad física
no le impide torturar a los cuatro primeros periodistas con una dialéctica
despiadada y salvaje que los lleva hasta la náusea, la humillación y la vergüenza
y los obliga a salir de su casa, oscura, cerrada y densa, sin haber conseguido
su objetivo.
La quinta entrevista es
diferente. Tiene una contrincante a su altura que lo llevará a desvelar un
terrible secreto.
Higiene del asesino es un libro soberbio. Parece imposible que sea
una primera novela. Ya he leído tres libros de Amélie Nothomb y tengo que reconocer que es una tía rarísima, pero
me encanta.
En esta historia hay dos
partes diferenciadas, y tras superar el desasosiego y asco de la primera parte,
la segunda te deja sin aliento, para terminar con un final a la altura de las
circunstancias. No es apto para cualquiera.
Me ha gustado mucho. SLHLT
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