
Tengo que reconocer que
elegí este libro porque tiene un título genial: El asesino hipocondríaco,
pero no tenía ni idea de qué me iba a encontrar.
¡No es una novela negra!
Y lo de menos es si acaba matando a su objetivo, o no.
En este viaje seguimos
al señor Y en sus múltiples intentos de acabar con Blaisten, y observamos cómo
todos y cada uno de ellos se van frustrando debido a los interminables
enfermedades, patologías, síndromes, deformidades y deficiencias, reales,
imaginarias, inventadas o imposibles, que le afligen y acechan.
En lugar de temer a
alguien tan peligroso como el señor Y, lo que sientes es ternura y lástima por
él y hasta te apetece que consiga asesinar a su objetivo para que termine su
mala suerte.
Esta extraña comedia,
con toques "eduardomendocinos",
es de fácil lectura y te hará pasar un par de tardes entretenidas y con una
sonrisa en la boca.
Una de las cosas que más
me han gustado es que está salpicada de capítulos dedicados a grandes genios de
la literatura y la filosofía y a sus hipocondrías y extrañas costumbres, con
las que el protagonista se siente identificado. Así, Kant, Poe, Byron,
Voltaire, Swift, Tolstói, Descartes, Proust o Molière, entre otros, pasan a
ser, de alguna manera, personajes secundarios.
Sin ser un novelón, la recomiendo por original, amena
y diferente. SLHLT
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