miércoles, 31 de octubre de 2018

Cuaderno de campo

Cuando abro este libro, este poemario, y veo que está dedicado “A mis abuelos” ya estoy predispuesta a que me guste. Y estoy esperando el colmarme de emoción y cariño.
Pero paso la hoja y me encuentro con ella, con Emily Dickinson: “Él fue el átomo a quien preferí entre toda la arcilla de que están hechos los hombres”, y ya no tengo dudas de que algo bueno me está esperando entre sus páginas.
Manos asperas y tiernas, manos doloridas, espaldas dobladas por el esfuerzo de subir y bajar una y otra vez recogiendo los frutos de una tierra que solo es generosa cuando se ha trabajado.
Algo así tiene que ser el hogar:
Oír fandangos mientras las ovejas van
tras sus corderos
Rebuscar con los dedos las raíces
Ofrecer a los tubérculos los tobillos.
Convertir la voz en ternura
y en presa
Prometerme una y otra vez
que nunca escribiré en vano
un libro con las mismas
manchas.

Olores antiguos, sangre en la boca, rituales casi olvidados, la vida y la muerte entrelazadas como parte de un solo ser, como ha sido siempre, aunque lo hayamos olvidado.
Y la casa, cuatro paredes hacen un hogar cuando está poblado de gente con la que contar, que lo mismo recogen patatas, que ayudan a parir a las vacas, acarician la cabeza de los niños, les curan las heridas o matan un cordero. Sin ostentación. Sin drama.
Todo esto me he encontrado. Y mucho talento. 
Poemas y escritos desgarradores y tiernos que te recuerdan lo que fuimos… Y lo que perdimos.

LA ÚLTIMA HERIDA.

AQUÍ
a los que no ven el mar
se les reconoce
porque siempre
llevan
una espiga
clavada
en el pecho.

 SLHLT

miércoles, 24 de octubre de 2018

La retornada

<<A los trece años ya no conocía a mi otra madre.
Subía con trabajo la escalera de su casa con una maleta incómoda y una bolsa llena de zapatos revueltos. En el descansillo me recibieron el olor a fritura reciente y una espera. La puerta no quería abrirse, desde dentro alguien la sacudía sin una palabra y trajinaba con la cerradura. […]
Tras el chasquido metálico apareció una niña con las trenzas flojas, hechas hacía días. Era mi hermana, pero no la había visto nunca. Apartó la hoja para dejarme entrar, sin quitarme de encima sus ojos penetrantes. Por entonces nos parecíamos más que de adultas.>>
Así comienza La retornada de Donatella Di Pietroantonio.
Trece años y no entiendes nada. ¿Qué has hecho mal? Nadie te lo explica. Pero ya no puedes vivir en tu casa. Ni dormir en tu cama. Ni ver a tus amigas. Ni volver a la casa de la playa. Ni hacer ballet. Ni ir a la piscina. Ni ponerte a escondidas el perfume de mamá.
Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá… ¡Mamááááá!
Dicen que no es tu madre. Que nunca lo ha sido. Que tienes otra madre. Y otro padre. Y muchos hermanos. Y que has de irte a vivir con ellos. Lejos de la ciudad. Lejos de tu vida. Lejos de tu madre. La que ya no es tu madre, pero que hasta hace unos días te peinaba como si lo fuera. Crees que está enferma y no te puede cuidar. La dejasteis en la cama antes de ir a la nueva casa. Tu padre, al que ahora has de llamar tío, sube el equipaje detrás de ti y luego se va. Te deja allí. Sola. Con ellos. No tienes ni una cama propia. Y duermes cabeza con pies con Adriana, tu hermana pequeña, que se hace pis todas las noches. Y Sergio se mete siempre contigo. Y Vincenzo… te mira despacio.
Así ha de comenzar tu nueva vida. Porque te han devuelto. Porque un día te entregaron… 
Y nadie te explica el porqué.
Me ha gustado mucho más de lo que esperaba. La autora, en capítulos breves y sencillos y, con una protagonista con voz, pero sin nombre, es capaz de crear una atmósfera creíble donde se mastica el rechazo de una madre, la incomprensión de una hija, y en la que a cada paso palpita el temor al abandono, a la miseria y al hambre, y donde el contrapunto lo pone el haber descubierto la ternura y el amor incondicional hacia una hermana recién encontrada. 
Me duró una tarde.
SLHLT

miércoles, 17 de octubre de 2018

Patrick ha vuelto

Imagina que vas por la calle y alguien te confunde con otra persona. Hasta ahí todo normal. Y más cuando el parecido es tan asombroso. ¡Sois como dos gotas de agua!
Imagina ahora que esa persona, al darse cuenta de que no eres quien creía, te invita a tomar algo y te propone suplantar la identidad de Patrick, el hermano mellizo desaparecido hace 8 años de Simon Ashby, el hombre al que tanto te pareces. Patrick nació solo unos minutos antes que Simon, y dentro de unas semanas cumpliría 21 años y se convertiría, te convertirás, si aceptas, en el legítimo heredero de Latchetts, la hacienda familiar.
Imagina no tener familia ni nada que perder… ¿Lo harías?
Y si decides hacerlo, ¿serías capaz de hacer creer a todos que eres Patrick?
El resto, lo tendrás que descubrir tú.

No esperéis una novela de intriga al uso. No lo es. Desde el principio sabemos que Patrick es un embaucador y lo que pretende. Y hasta bien mediado el libro, Josephine Tey no plantea la verdadera trama criminal. Además, la autora da un gran protagonismo al impostor, a la búsqueda de su identidad y de su lugar en el mundo. Y, aunque todos sabemos que es un timador, su manera de ser, su desamparo y su lucha interna entre el bien y el mal, hacen que quieras que no lo descubran.

Josephine Tey ambienta a la perfección la clase acomodada y la campiña inglesa de la época de entreguerras, y construye muy bien los personajes. Me ha gustado mucho su estilo y lo he disfrutado. Pura delicia.
SLHLT

domingo, 14 de octubre de 2018

¡Y ya van dos!


Parece que fue ayer cuando cumplíamos nuestro primer año juntos, y hace un par de días ya soplábamos la segunda vela. Tempus fugit, que diría Virgilio.

Antes de continuar con mi pequeña reflexión cumpleañera, quisiera daros las gracias por seguir pasándoos por aquí. ¡¡Ya son más de 27.000 visitas!! Y nunca, ni en mis mejores sueños, hubiera podido pensar que este pequeño proyecto le llegase a interesar a tanta gente.

Sé que hay personas que se han quedado por el camino, también sé que habéis aparecido unos cuantos nuevos y que la gran mayoría continuáis leyendo las reseñas que, semana tras semana, comparto con vosotros. Agradezco todos y cada uno de los comentarios que dejáis en el correo, en el blog o en las redes sociales. Y me sigue alucinando recibir mensajes donde me pedís que os recomiende libros para las vacaciones o sobre un tema determinado. Yo, con toda mi buena voluntad, trato de hacerlo pero, probablemente, muchas veces me equivoque, pues mi formación no es literaria y me falta muchísimo por aprender y por leer. Pero cuando me contestáis que os ha gustado, me mandáis un mensaje de whatsapp para comentar algún libro que he reseñado, o para darme las gracias por el blog, siento que todo esto ha valido la pena y que el conocimiento compartido es el único que tiene sentido.

En ocasiones me asombra la respuesta a una reseña que creo que no es especialmente buena y otras veces me sorprende que pase casi desapercibida alguna que he escrito con la emoción a flor de piel. Pero, aunque me desconcierte, también lo agradezco, pues me hace darme cuenta de la diversidad de gustos y de que no siempre es lo mismo lo que nos acelera el corazón.

Este segundo año de blog he intentado ser más consciente a la hora de elegir mis lecturas e intentar salir de mi zona de confort. Por ello he incluido más poesía, novela gráfica y teatro. Además, me propuse leer a muchas más autoras. Y lo he hecho. De las 56 reseñas publicadas, 32 son de libros escritos por mujeres. Pero, antes de ponerme a recapitular pensé que serían muchas más. La sensación que tenía era que casi todas habían sido escritoras, y no fue así, solamente lo fueron unas pocas más de la mitad.

Y eso me ha hecho reflexionar... 

Y, sin ánimo de adoctrinar, os pido que os pongáis las gafas violetas y aprendáis a mirar a su través. Porque una vez que lo ves, no puedes fingir que no lo has visto. Es como cuando aprendes a leer: una vez que lees no puedes evitar hacerlo, las vocales le dan sentido y sonido a las consonantes, y estas se enhebran formando palabras que evocan lugares, colores, olores y sabores.

Leed mucho, leed algo, leed un poco... ¡Pero leed!

Yo aquí seguiré, compartiendo lo que leo con todos los que tengáis a bien asomaros por el blog.

Y para que no quepa ninguna duda: sí, los he leído todos.

SLHLT