Leonard Peacock lleva
mucho tiempo planeando el día de hoy. Además de su decimoctavo cumpleaños, es
el día en que se va a volar la tapa de los sesos, pero no sin antes matar a
Asher Beal, su ex-mejor amigo.
Todo está planeado.
También las despedidas. Junto a la pistola de su abuelo hay otros cuatro
paquetes más, envueltos en papel rosa, dentro de su mochila. Un regalo para
cada una de las personas importantes de su vida: Walt, su vecino jubilado, con
el que ve películas de Bogart; Baback, su amigo de origen iraní y que toca el
violín como los ángeles; Lauren, una chica que reparte folletos religiosos en
la parada del tren; y Herr Silverman, su profesor de la asignatura del
Holocausto y el único adulto del que se fía.
¡Aguanta Leonard Peacock!
Empecé este libro para
darme un respiro de otro, del que ya os hablaré, que me estaba dejando el alma
encogida. Pensaba que iba a ser una historia adolescente, sin mayor
trascendencia, y me he encontrado una joya.
Esta historia nos la
cuenta Leonard Peacock en primera persona, con un lenguaje sencillo, directo,
pero también ácido e irónico que me recuerda a El guardián entre el centeno.
El autor es un maestro
de crear ambiente y empatía y, sin darte ni cuenta, te enamoras del perdedor,
pirado y depresivo Leonard, que también es tierno, bueno y frágil. Y junto a
él, y de su mano, vas desenredando su historia: triste, terrible, dura. Y te
hace reflexionar sobre el mundo en el que vivimos, sobre el tipo de padres que
somos, sobre la indefensión de los adolescentes, sobre lo solos que estamos,
sobre si merece la pena seguir girando con el planeta o si nos bajamos ya...
El autor intenta salvar a Leonard a través de las cuatro personas de las que se despide y sus salvavidas: las películas, la música, la fe y las geniales cartas desde el futuro. ¿Será suficiente? ¡Aguanta Leonard Peacock¡Me ha encantado! SLHLT
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