Cuando el
trabajo, el estudio, el estrés, la ansiedad y/o una pandemia mundial establecen
mi nivel de concentración a la altura del del saltamontes silvestre (perdónenme
los saltamontes con gran capacidad de abstracción y elevados estándares en la
atención a la palabra escrita) y cada día temo más convertirme en una ameba
intelectual, tengo un truco: recurro a algunos escritores que sé que conseguirán
sacarme del bucle de estar leyendo noche tras noche los mismos cuatro párrafos
una y otra vez, sin tener el menos recuerdo de lo leído en la página anterior.
Una de mis
salvadoras es la singular y maravillosa Fred Vargas y su, aún más
singular, comisario Adamsberg. Nunca falla.
Esta
historia comienza en Londres, donde Adamsberg y Danglard asisten,
invitados por Scotland Yard, a un congreso sobre cooperación policial. Todo
transcurre con la normalidad esperada cuando, de forma casual, se encuentran a
las puertas del antiguo cementerio de Highgate una escena de lo más macabra: diecisiete
zapatos con sus correspondientes pies cercenados en el interior parecen estar
esperando su turno para entrar.
Aunque al
día siguiente han de regresar a casa y la investigación está fuera de su
competencia, algo tan inusual no deja de darles vueltas en la cabeza. Una vez
en Francia, los pies británicos pasarán a un segundo plano cuando la policía
encuentre los restos triturados de un viejo misántropo en su chalé a las
afueras de París.
¿Y si os
dijera que ambos casos están relacionados y que esta acaba siendo una historia
de vampiros?
Esa es la
magia de Fred Vargas: es capaz de escribir una novela policiaca que, sin ser un
thriller, te engancha y en la que tiene todo el sentido que aparezcan vampiros…
Y unas cuantas sorpresas más.
Si no
conocéis a la autora, estáis tardando en leerla. Cierto es que esta novela no
es la mejor de la saga (la mejor sigue siendo “Huye rápido, vete lejos”),
pero, aun así, pasaréis a su lado un rato de lo más entretenido.
Para
terminar, si me admitís el consejo, leed las novelas en orden. Yo no lo hice y,
aunque se pueden seguir perfectamente, es muy interesante ir descubriendo el
mundo Adamsberg tal y como la autora lo ha concebido.
SLHLT