
El lugar es precioso,
con un jardín, árboles y un estanque, pero no se admiten animales.
Poco a poco se van
adaptando a su nueva casa, cuando el pequeño gato del vecino comienza a visitarlos.
Chibi, que quiere decir pequeño, es un gato que no maúlla y no se
deja coger ni acariciar. Y el que llegó tímidamente, acaba teniendo un lugar en
su casa y siendo el centro de sus vidas.
No niego que está muy bien escrito y que tiene ese
estilo nipón tan delicado y sutil de describir los lugares, los sentimientos y
las situaciones, pero es bastante aburrido. Es un libro en el que no pasa
casi nada. Y, para ser sincera, lo acabé porque era corto, si llega tener 50 páginas
más, lo abandono. SLHLT
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