Parece que fue ayer cuando cumplíamos nuestro primer año juntos, y hace un par de días ya soplábamos la segunda vela. Tempus fugit, que diría Virgilio.
Antes de continuar con mi pequeña reflexión cumpleañera, quisiera daros las gracias por seguir pasándoos por aquí. ¡¡Ya son más de 27.000 visitas!! Y nunca, ni en mis mejores sueños, hubiera podido pensar que este pequeño proyecto le llegase a interesar a tanta gente.
Sé que hay personas que se han quedado por el camino, también sé que habéis aparecido unos cuantos nuevos y que la gran mayoría continuáis leyendo las reseñas que, semana tras semana, comparto con vosotros. Agradezco todos y cada uno de los comentarios que dejáis en el correo, en el blog o en las redes sociales. Y me sigue alucinando recibir mensajes donde me pedís que os recomiende libros para las vacaciones o sobre un tema determinado. Yo, con toda mi buena voluntad, trato de hacerlo pero, probablemente, muchas veces me equivoque, pues mi formación no es literaria y me falta muchísimo por aprender y por leer. Pero cuando me contestáis que os ha gustado, me mandáis un mensaje de whatsapp para comentar algún libro que he reseñado, o para darme las gracias por el blog, siento que todo esto ha valido la pena y que el conocimiento compartido es el único que tiene sentido.
En ocasiones me asombra la respuesta a una reseña que creo que no es especialmente buena y otras veces me sorprende que pase casi desapercibida alguna que he escrito con la emoción a flor de piel. Pero, aunque me desconcierte, también lo agradezco, pues me hace darme cuenta de la diversidad de gustos y de que no siempre es lo mismo lo que nos acelera el corazón.
Este segundo año de blog he intentado ser más consciente a la hora de elegir mis lecturas e intentar salir de mi zona de confort. Por ello he incluido más poesía, novela gráfica y teatro. Además, me propuse leer a muchas más autoras. Y lo he hecho. De las 56 reseñas publicadas, 32 son de libros escritos por mujeres. Pero, antes de ponerme a recapitular pensé que serían muchas más. La sensación que tenía era que casi todas habían sido escritoras, y no fue así, solamente lo fueron unas pocas más de la mitad.
Y eso me ha hecho reflexionar...
Y, sin ánimo de adoctrinar, os pido que os pongáis las gafas violetas y aprendáis a mirar a su través. Porque una vez que lo ves, no puedes fingir que no lo has visto. Es como cuando aprendes a leer: una vez que lees no puedes evitar hacerlo, las vocales le dan sentido y sonido a las consonantes, y estas se enhebran formando palabras que evocan lugares, colores, olores y sabores.
Leed mucho, leed algo, leed un poco... ¡Pero leed!
Yo aquí seguiré, compartiendo lo que leo con todos los que tengáis a bien asomaros por el blog.
Y para que no quepa ninguna duda: sí, los he leído todos.
SLHLT
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