viernes, 3 de marzo de 2017

Hermana

Beatrice es una mujer de éxito y vive en Nueva York. Su vida transcurre con normalidad cuando recibe una llamada de su madre: ¡Tess ha desaparecido!
Tess es su hermana pequeña. Tiene 21 años, estudia arte en la universidad y está embarazada y a punto de dar a luz. ¡Cómo ha podido desaparecer sin decirle nada! Ellas se lo cuentan todo…
Beatriz vuela a su Londres natal con la idea de encontrarla, pero a los pocos días de estar allí Tess aparece muerta, con las venas cortadas en un viejo edificio de Hyde Park, que alberga los baños públicos. Su niño, Xavier, se adelantó tres semanas y nació muerto. Todo el mundo cree que se ha suicidado: la policía, el juez, el psiquiatra que la atendió tras el parto… ¡Hasta su madre!
Pero Beatrice sabe que Tess nunca se suicidaría. ¡Alguien la ha matado! Y aunque nadie la crea, no parará hasta averiguar qué le pasó a su hermana, quién la mato y por qué. Y no os quepa la menor duda de que lo conseguirá.

Comencé este libro pensando que iba a ser otra novela negra más, pero me equivoqué, pues no es sólo una investigación criminal, sino que va mucho más allá: es un canto al amor fraternal, al amor desinteresado, profundo y sin condiciones entre dos hermanas, lo que la hace tremendamente emotiva, además de emocionante.
Es de esas historias en las que sabes gran parte de la trama desde el principio, y en la que el narrador va desvelando paso a paso toda la investigación. Pero en este caso Beatrice, no nos lo cuenta a nosotros, con quien habla es con Tess, su hermana muerta. Ya entenderéis el porqué…
Si aún no estáis convencidos del todo, dejadme deciros que no fui capaz de adivinar quién fue el asesino, ni aún siendo una novela con pocos personajes, y que el final es muy sorprendente.
Os va a gustar. Seguro.
SLHLT

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