El amor se acaba y duele. Duele como nada antes había dolido.
Duele tanto que serías capaz de hacer cualquier cosa para dejar de sufrir. El
protagonista de esta historia lo consigue. Y lo hace hasta tal punto que
anestesia sus sentidos para siempre. Se vuelve insensible a todo. Nada consigue
emocionarlo. Nada. Y su vida transcurre así, sin más, llevando en su moto de un
lado a otro cualquier cosa que tengan sus jefes a bien encargarle.
Un día cualquiera, escuchando a Radiohead algo le pellizca
el alma. Hay un latido ahí dentro a pesar de todo. Y desde ese momento nuestro
hombre sin nombre trata de buscar algo más que le produzca ese pequeño temblor
que le temple por dentro. En su búsqueda descubre que matar eleva ese vértigo a
un nuevo nivel. Y se hace asesino a sueldo. Y dice llamarse Urbano.
Pero no es suficiente. A veces sale a buscar objetivos por su
cuenta. Matar no es lo que empezó siendo. No siempre le hace sentir. Piensa en
dejarlo. Pero en uno de sus últimos trabajos algo cambia su vida: el diario
de una de sus víctimas. No sabe su nombre. La llamará Golondrina. Y él será
Inocencio.
Como siempre, los libros de la Nothomb son extraños, descarnados, íntimos y desasosegantes. Pero también originales, únicos y diferentes. En esta ocasión el protagonista es un hombre y su historia, llevada al extremo, es una extraña y psicopática búsqueda de la felicidad. Y tengo que decir que el final está a la altura.
No lo puedo evitar. ¡¡Me encanta como escribe esta
mujer!!
SLHLT
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