lunes, 6 de marzo de 2017

Tea Rooms. Mujeres obreras

Madrid. Años 30. Una cola larguísima para hacer las pruebas de mecanografía de un posible trabajo. En la calle llueve. Poco. Lo justo para que moleste ir sin paraguas. La duda: comprar un buñuelo o volver a casa en tranvía. El hambre gana.
Una España en crisis y una existencia más que precaria. Aunque quisiera un trabajo de oficina, Matilde se tiene que conformar con las tres pesetas diarias que le pagan en el salón de té por diez horas de trabajo. ¡Y no te atrevas a quejarte! En un pispás estás en la calle. Y por lo menos aquí el jefe no te acosa…
Así comienza una de las historias de este libro. Son historias de mujeres trabajadoras. De mujeres y su época. De mujeres y su lucha. De mujeres y su suerte. De mujeres y el mundo en el que les ha tocado sufrir.
En un tiempo difícil, Luisa Carnés se atreve a relatar el mundo en el que vive y las vidas de unas cuantas mujeres invisibles a los ojos de todos. Y habla de la miseria, del hambre, de la doble moral y el doble rasero a la hora de juzgar, de la falta de opciones, del “crimen” de robar una peseta para poder calzarte, de la infidelidad, del aborto, del poder de la Iglesia, de las revueltas callejeras, del sometimiento al varón, de la imposibilidad de realizarse como persona, del “deber” de conformarse, del trabajo casi como semiesclavitud… En definitiva: de la trampa de haber nacido mujer.
Luisa Carnés es una de las Sinsombrero. De esas escritoras maltratadas por la historia, por sus compañeros de generación y condenadas al exilio y al olvido por todo lo que vino después. Además, al contrario que muchas de las escritoras de su época, era de clase baja y trabajadora, casi autodidacta, lo que aún tiene más mérito. ¡Y escribe maravillosamente!
Es de esos libros que te tocan el alma. Porque lo que escribe fue cierto. Porque darle voz es evitar volver atrás.
Y la edición es preciosa.
Tenéis que leerla.
SLHLT

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