Antonia vive
en una casa sin muebles y pasa las noches en el hospital. Habla a diario por videoconferencia
con la abuela Scott mientras toma el té en su casa de la campiña inglesa, y es
la persona con el cociente intelectual más alto del mundo. No olvida nada de lo
que lee. Nunca. Gracias a ella se han salvado muchas vidas, pero no quiere seguir
adelante: el precio que ha pagado ya ha sido demasiado alto. Cada día dedica
tres minutos a pensar en acabar con todo.
Jon es inspector
de policía en Bilbao, vive con su amatxo
y es gay. Lo acaban de suspender de empleo y sueldo, y está siendo investigado
por corrupción. No puede negarlo. El vídeo que subió a Internet el proxeneta,
al que quería empapelar, no deja lugar a dudas y, además, se ha hecho viral.
Está acabado.
Un hombre, que dice llamarse Mentor,
le ofrece una salida y le asegura que el vídeo desaparecerá. A cambio, Jon tendrá que salir inmediatamente hacia
Madrid y conseguir que Antonia se
suba a un coche que los llevará a la escena de un crimen del que nadie va a
saber nunca nada.
Así comienza Reina Roja. Y no os pienso contar
nada más.
Como todo buen thriller,
no podrás dejar de leer. Pero su éxito no estriba tanto en el psicópata de
turno, la crueldad de sus crímenes, los giros en la trama o las ramificaciones
que llevarán a una nueva entrega, sino en la personalidad de sus maravillosos
protagonistas: Antonia y Jon.
Además de todo lo bueno que se pueda decir de este libro, lo que
lo lleva a otro nivel es la ironía y el sentido del humor que rezuma, a pesar
del género negro, y el guiño a las letras de las canciones de Sabina.
Os va a encantar.
SLHLT
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