lunes, 9 de enero de 2017

Me llamo Lucy Barton

Lucy Barton es escritora y, como todos los escritores, tiene una historia que repite y cuenta una y otra vez. “Soy yo, soy yo, soy yo, soy yo”.
Y Lucy utiliza el recuerdo de su estancia en el hospital, por una operación de apendicitis que se complicó, para dejarnos ver pinceladas de su vida. Y sí, digo pinceladas porque en este libro se habla mucho, pero se calla aún más, y hay que saber leer entre líneas.
Durante esas semanas, se sintió muy sola: no podía ver a sus niñas y su marido trabajaba todo el tiempo. Siempre estaba rodeada de desconocidos, a los que llegaba a amar cuando sentía que se preocupaban por ella sin tener por qué. Eso es algo que siempre asombró a Lucy, desde su infancia, y al igual que Blanche Dubois en Un tranvía llamado deseo, ella también confiaba en la bondad de los desconocidos.
Y esta soledad le recordó otras soledades. Soledades con hambre, con frío, haciendo los deberes en un aula del colegio al terminar las clases, viviendo en el garaje de su tío y pasando miedo encerrada en una vieja furgoneta.
La soledad fue el primer sabor que había probado en mi vida, y seguía allí, oculto dentro de la cavidad de mi boca, recordándomelo.
Quince años casi sin hablarse. Su madre aparece a su lado en el hospital. “Me llamó tu marido”, dice. Cinco días se quedará. Cuatro noches velará su sueño sentada en una silla. “Te vas a poner bien, Pispajo.”
Hablarán de los vecinos, de los primos, de la vida de antes. Pero callarán mucho más. ¿Por no herirse? ¿Por temor a lo que la otra recuerda? ¿Por miedo a ser juzgadas? ¿Por no haberse querido bien? Probablemente por todo… o por nada.
Ésta es una historia de amor, tú lo sabes. Es la historia de un hombre atormentado todos los días de su vida por cosas que hizo en la guerra. Es la historia de una esposa que se quedó a su lado, porque eso es lo que hacían la mayoría de las esposas de esa generación, y cuando va a la habitación del hospital a ver a su hija habla compulsivamente de que el matrimonio de todo el mundo va mal, y ella ni siquiera lo sabe, ni siquiera sabe lo que está haciendo. Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta.
Es un libro maravilloso. Y sólo he esbozado la historia principal, Pero hay muchas más. Es una novela emocionante. Te conmueve y te revuelve por dentro.

Tenéis que leerla.
SLHLT

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