Cuatro mujeres son las protagonistas de esta historia. Cuatro
mujeres muy diferentes. Y las cuatro, sin saberlo, están conectadas entre sí, y
sus vidas han cambiado o cambiarán las de las demás.
Emma tras
encontrar un empleo estable vuelve a casa, a Gijón, y reforma con ilusión un
antiguo piso de la familia para iniciar allí una vida con Laia, la mujer que le cambió la vida. Es optimista, alegre, con una
madre bastante tradicional y un poco cotilla que la vuelve loca.
Laia
comienza esta nueva etapa adaptándose lo mejor posible a una pequeña ciudad de provincias
de cielo gris imperturbable, donde todo el mundo parece conocerse, e intentando
establecer una clientela propia en la consulta de psicología que acaba de
montar en el centro de Gijón.
Feli, que
acortó su nombre en el mismo instante en que la tristeza y la desgracia
apartaron la felicidad de su vida, trabaja en una residencia de ancianos, cuida
de su padre enfermo y acude a un curso de escritura, donde conoce a alguien que
aportará algo de luz a su vida y junto al que comenzarán una investigación que
atará cabos imposibles de imaginar.
Valeria Santaclara está más cerca de los noventa que de los ochenta. Todos aquellos a los que un día
quiso ya están muertos, y a veces se siente sola. Tiene una situación económica
desahogada, lo que le permite tener la mejor habitación de toda la residencia
de ancianos en la que vive. Los martes baja a Gijón, se compra ropa nueva, va a
la peluquería y acude a la consulta de Laia. Ese pequeño apartamento, muchos
años atrás fue la habitación que ella compartía con su hermana. Valeria necesita juntar el valor para
abrir un sobre que guarda desde hace muchos años. Espera que sus sesiones con
Laia se lo proporcionen. En el sobre hay dos palabras escritas del puño y letra
de su hermana Gadea poco antes de morir: “el perdón”. Y solo Dios sabe lo mucho
que Valeria necesita ese perdón.
Capítulo a capítulo, cada una de las protagonistas nos va
contando su historia en primera persona, y las vamos conociendo tal y como
ellas se muestran ante sí mismas. Personajes creíbles con los que te puedes
identificar y empatizar aunque en un primer momento parezca imposible. Vidas
cruzadas. El libre albedrío convertido en destino. Una vuelta al pasado y
varios retornos a los infiernos. Una historia real enterrada por el tiempo y
los ganadores, pero no por la memoria. Traiciones, celos, envidias, la guerra
saca lo peor de muchos. Pero también lo mejor de otros. Y todos somos esclavos
de nuestras decisiones y de nuestros actos.
Y Gijón como escenario y observador mudo de todo lo vivido, de
todo lo contado, de todos los recuerdos y de todas las posibilidades que se
abren a sus pies.
¡¡Me ha encantado!! A partir de ahora Laura Castañón será una de
esas autoras a las que seguiré la pista.
Y si la historia de las protagonistas te atrapa, hay algunos
personajes secundarios que merecerían un libro para ellos solos.
Lectura necesaria. Os la recomiendo.
SLHLT
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