miércoles, 8 de noviembre de 2017

La noche que no paró de llover

Cuatro mujeres son las protagonistas de esta historia. Cuatro mujeres muy diferentes. Y las cuatro, sin saberlo, están conectadas entre sí, y sus vidas han cambiado o cambiarán las de las demás.
Emma tras encontrar un empleo estable vuelve a casa, a Gijón, y reforma con ilusión un antiguo piso de la familia para iniciar allí una vida con Laia, la mujer que le cambió la vida. Es optimista, alegre, con una madre bastante tradicional y un poco cotilla que la vuelve loca.
Laia comienza esta nueva etapa adaptándose lo mejor posible a una pequeña ciudad de provincias de cielo gris imperturbable, donde todo el mundo parece conocerse, e intentando establecer una clientela propia en la consulta de psicología que acaba de montar en el centro de Gijón.
Feli, que acortó su nombre en el mismo instante en que la tristeza y la desgracia apartaron la felicidad de su vida, trabaja en una residencia de ancianos, cuida de su padre enfermo y acude a un curso de escritura, donde conoce a alguien que aportará algo de luz a su vida y junto al que comenzarán una investigación que atará cabos imposibles de imaginar.
Valeria Santaclara está más cerca de los noventa que de los ochenta. Todos aquellos a los que un día quiso ya están muertos, y a veces se siente sola. Tiene una situación económica desahogada, lo que le permite tener la mejor habitación de toda la residencia de ancianos en la que vive. Los martes baja a Gijón, se compra ropa nueva, va a la peluquería y acude a la consulta de Laia. Ese pequeño apartamento, muchos años atrás fue la habitación que ella compartía con su hermana. Valeria necesita juntar el valor para abrir un sobre que guarda desde hace muchos años. Espera que sus sesiones con Laia se lo proporcionen. En el sobre hay dos palabras escritas del puño y letra de su hermana Gadea poco antes de morir: “el perdón”. Y solo Dios sabe lo mucho que Valeria necesita ese perdón.
Capítulo a capítulo, cada una de las protagonistas nos va contando su historia en primera persona, y las vamos conociendo tal y como ellas se muestran ante sí mismas. Personajes creíbles con los que te puedes identificar y empatizar aunque en un primer momento parezca imposible. Vidas cruzadas. El libre albedrío convertido en destino. Una vuelta al pasado y varios retornos a los infiernos. Una historia real enterrada por el tiempo y los ganadores, pero no por la memoria. Traiciones, celos, envidias, la guerra saca lo peor de muchos. Pero también lo mejor de otros. Y todos somos esclavos de nuestras decisiones y de nuestros actos.
Y Gijón como escenario y observador mudo de todo lo vivido, de todo lo contado, de todos los recuerdos y de todas las posibilidades que se abren a sus pies.
¡¡Me ha encantado!! A partir de ahora Laura Castañón será una de esas autoras a las que seguiré la pista.
Y si la historia de las protagonistas te atrapa, hay algunos personajes secundarios que merecerían un libro para ellos solos.

Lectura necesaria. Os la recomiendo.
SLHLT

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