miércoles, 11 de enero de 2023

Adiós, Señor Chips

 El señor Chipping es un hombre bueno que, a pesar de los años transcurridos, casi una vida entera, aún ama y se divierte enseñando. Lleva tanto tiempo en Brookfield, el colegio donde enseña latín y griego, que ya nadie recuerda si alguna vez fue joven, si se casó o si llegó a tener algún hijo.

 

Para sus alumnos es el señor Chips, es un tipo singular, con un sentido del humor todavía más peculiar y que siempre está dispuesto a dedicarles el tiempo que necesiten o a invitarles a tomar el té, siempre y cuando entiendan cuándo deben marcharse.

 

Y esta es su vida. A retazos, por momentos, los que decide recordar y los que no puede olvidar. Una vida larga que, según se acerca al final, parece haber durado un suspiro.

 

<< Lo cierto es que tengo tantos recuerdos que a menudo pienso en escribir un libro. […] Aunque, la verdad, prefiero contárselos de viva voz. Recuerdo…, recuerdo… Pero sobre todo recuerdo todas las caras. Nunca las he olvidado. Tengo miles de caras en la memoria: caras de chicos. Si vienen a verme dentro de unos años, como espero que hagan todos, intentaré recordar la cara que tenían años atrás, pero es posible que no pueda y que un día, si me ven en algún sitio y no los reconozco, se diga: «El viejo profesor no se acuerda de mí». —Risas—. Pero me acuerdo de ustedes… Tal como son ahora. Esa es la cuestión. En mi cabeza, ustedes no crecen. Nunca >>.

 

Os encontráis ante una historia tierna y amable, como el propio señor Chips. Dicen que el autor, James Hilton, se inspiró en la figura de su padre para crear a su entrañable personaje, pero a mí quien me vino a la cabeza mientras lo leía fue Stoner, otro de los inmortales.

 

No es una mala lectura para comenzar el año.

SLHLT

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