lunes, 15 de febrero de 2021

Manifiesto por la lectura

<< Somos una especie frágil, particularmente frágil: ni muy fuerte, ni demasiado rápida ni especialmente resistente al hambre, la sed, el calor o el frío. No estamos adaptados al vuelo o la vida bajo el agua. Nacemos completamente indefensos y nuestra infancia es más prolongada que la de ningún otro animal. Hasta un virus minúsculo nos pone en peligro. Sin embargo, la brisa de una cualidad asombrosa nos ha impulsado hacia un desarrollo inesperado, hacia un imprevisible progreso. Esa facultad es nuestra imaginación, que, aliada con el lenguaje, nos permite soñar lo inconcebible, colaborar y fortalecernos unas a otros. Somos la única especie que explica el mundo con historias, que las desea, las añora y las usa para sanar.

Nuestra auténtica fortaleza es creativa. Gracias a la imaginación, hemos inventado el mito de Ícaro y los aviones, el Nautilus y los submarinos, los viajes estelares de Luciano y el Apolo XI. Si los humanos no hubiéramos fabulado con tierras soñadas como El Dorado o con seres mitológicos como las sirenas, no habríamos podido explorar territorios desconocidos ni llegar a la luna, alumbrar la teoría de la relatividad, el automóvil o el ordenador. Lo imposible debe ser soñado primero, para algún día hacerlo realidad >>.

Este librito, solo pequeño en sus dimensiones, es consecuencia del encargo que, hace más o menos un año, la Federación de Gremios de Editores de España le hizo a Irene Vallejo para acompañar a la petición de un Pacto de Estado por la lectura. Y el resultado ha sido una auténtica joya.

Un manifiesto es un escrito donde se hace pública una doctrina, un programa, una idea o un propósito con ánimo de que su transmisión lleve a la reflexión, al cambio y por qué no, a la revolución. Y este manifiesto es, además de todo lo anterior, una declaración de amor a los libros y a la lectura en toda regla.

Irene Vallejo habla del libro como del objeto de su amor: de su labor como contenedor de historias y de conocimientos, de su facultad de desarrollar la empatía y aumentar la plasticidad del cerebro, de su valor como herramienta en el cambio social y de su capacidad de curar heridas y de ser nuestra tabla de salvación.

Este libro es un gran regalo para los amantes de la lectura y para los que no lo son. En los tiempos que vivimos, de inmediatez, estímulo constante, desinformación, polarización social, falta de análisis, nula autocrítica y culto a la mediocridad, la lectura es un arma poderosísima.

 << Somo seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia, de filosofía y de ciencia, de leyes y leyendas. Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecerlo que nos salva >>.

 

Mientras leía este libro vino a mi memoria una mujer que conocí hace muchos años en un banco. Yo había ido con mi madre y mis hermanos a firmar unos papeles y, mientras esperábamos a que nos atendieran, me senté al lado de una señora. No me acuerdo cómo empezó nuestra conversación, pero lo que sí recuerdo es que me contó que en su juventud tuvo que ir a trabajar a Francia. Como la gran mayoría de los que se iban, no tenía ni idea de francés. Pero ella, me decía orgullosa, era de las que sabía leer y rápidamente se aclaró con los nombres de las calles, lo que ponían los papeles y los letreros. Había tenido suerte.

No os lo podéis perder.

SLHLT

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