domingo, 25 de junio de 2023

Proscrita

<< En el año de Nuestro Señor de 1894 me convertí en proscrita. Igual que muchas otras cosas, no ocurrió de repente.

Primero me tuve que casar. El día de mi baile nupcial me sentía afortunada. A mis diecisiete años, no era la primera muchacha de mi clase que se casaba, pero sí una de ellas, mi marido era un joven apuesto de buena familia (tenía tres hermanos, como yo, y su madre era una de siete hijos). ¿Lo quería? Mis amigas y yo solíamos decir que queríamos a nuestros enamorados; recuerdo pasar horas hablando de sus anchas espaldas, de su manera de bailar torpe pero encantadora, de la timidez con que pronunciaba siempre mi nombre. >>

 

Las cosas siempre han sido más difíciles para las mujeres. Es un hecho. Pero si naces mujer en el lejano, primario, intransigente y puritano oeste de Estados Unidos en el siglo XIX, y no eres capaz de tener hijos, sea o no culpa tuya, pierdes todo tu valor. E incluso puedes ser acusada de brujería y acabar colgando de una soga.

 

Esta es la historia de Ada. Se ha casado muy joven y enamorada, pero los niños no llegan en el primer año y eso la pone en el punto de mira de su familia, de su círculo de amigas y de la comunidad completa. Su madre es partera y la ha acompañado desde bien pequeña cada vez que atendía a una mujer embarazada. Ella sabe que no está maldita. Ni embrujada. Que la ciencia, como le enseñó su madre, tiene respuestas lógicas para los úteros vacíos. Pero los demás no.

 

Cuando es acusada de brujería, el sheriff se “apiada” de ella y, en lugar de condenarla a la horca, le permite ingresar en un convento. Aunque parezca extraño, es allí donde oirá hablar de Kid y su banda, a la que acabará uniéndose irremediablemente. A su lado nada es como se imaginaba. No solo es diferente: es mejor. Y por primera vez en su vida se sentirá completamente libre y con un sueño por el que luchar: crear un lugar seguro para todas las mujeres yermas.

 

Me encontré con este libro por casualidad y lo abordé sin grandes expectativas porque el western nunca ha sido santo de mi devoción. ¡Qué equivocada estaba! Descubrí una historia maravillosa, original, emocionante y transgresora. Un western feminista donde la sororidad es la clave.

 

Me ha encantado.

SLHLT

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