sábado, 15 de junio de 2024

No me gusta mi cuello

<< No me gusta mi cuello. Francamente. Si lo vieran tampoco les gustaría, aunque lo más probable es que, por educación, no lo confesaran. Si yo hiciera algún comentario, si dijera, por ejemplo: “Me horroriza mi cuello”, seguro que me responderían amablemente algo como “No sé de qué me hablas”. Mentirían, claro, pero se lo perdono. Yo digo mentiras así a todas horas: sobre todo a mis amigas, cuando me dicen que les fastidia tener bolsas en los ojos, o papada, o arrugas, o un flotador en la cintura, y me preguntan si creo que deberían operarse los párpados, hacerse un estiramiento facial, un tratamiento de bótox o una liposucción. Sé por experiencia que el “No sé de qué me hablas” es un mensaje cifrado y significa: “Entiendo lo que quieres decir, pero si crees que vas a liarme para que me pronuncie, estás loca”. Es peligroso, como todos sabemos, pronunciarse en estos casos. Porque si yo dijera: “Sí, sé perfectamente lo que quieres decir”, mi amiga podría ir derecha a operarse los párpados, por ejemplo, y la cosa podría no salir bien, y mi amiga podría convertirse en una de esas personas que salen en la prensa sensacionalista por querellarse contra su cirujano plástico porque no pueden volver a cerrar los ojos. Además, y esta es la clave: Todo sería Culpa Mía. Soy especialmente sensible al Todo Culpa Mía, desde que en 1976 una de mis amigas me aconsejó que no comprara un apartamento perfecto en la calle Setenta y cinco Este: nunca se lo he perdonado. >>

Divertida, irónica, ácida, inteligente, perspicaz… Nora Ephron era todo eso y mucho más. En esta recopilación de columnas publicadas en distintos medios de comunicación, la escritora y guionista nos habla, con mucho humor, de temas tan importantes como el amor, la muerte, la enfermedad, los hijos, la adolescencia, el matrimonio, el trabajo, la moda o la vejez. En definitiva: la vida.

No os la podéis perder.

SLHLT