Codiciáis oro y sembráis
ceniza.
Ensuciáis la belleza, destruís la inocencia.
Hacéis correr por doquier grandes torrentes de lodo. El odio es
vuestro alimento, la indiferencia vuestra brújula. Sois criaturas del sueño. Siempre
dormidas, hasta cuando creéis que estáis despiertas. Sois el fruto de unos
tiempos soñolientos. Vuestras emociones son efímeras, como mariposas calcinadas
por la luz del día cuando apenas han salido del capullo. Vuestras manos moldean
vuestra vida con una arcilla seca e inconsistente. La soledad os devora. El
egoísmo os engorda. Dais la espalda a vuestros hermanos y perdéis el alma.
Vuestra naturaleza está hecha de olvido.
¿Cómo juzgarán vuestra época los siglos futuros?
Así comienza El archipiélago del perro.
Esta historia tiene lugar en una pequeña isla volcánica del
Mediterráneo. Es la única habitada del archipiélago y sus vecinos viven de la
pesca y de las pocas viñas capaces de enraizar en la piedra negra y hueca nacida
de las inquietas entrañas del Brau.
La vida transcurre tranquila, casi plácida. Y como cada día, los
niños irán a la escuela con el Maestro,
el Cura cuidará de sus abejas, los
pescadores saldrán a la mar, el Médico
teñirá su bigote, encenderá su cigarro y ayudará al Alcalde con el proyecto de las Termas; y la Vieja saldrá a pasear por la playa con su, también viejo, perro.
La aparición de los cuerpos de tres jóvenes negros en la playa y
la decisión, casi unánime, de ocultarlo y deshacerse de los cadáveres
tirándolos a una sima profunda, cambiará sus vidas. El Maestro se opone y, aunque ayuda con el traslado de los cuerpos,
comienza a investigar las corrientes para averiguar de dónde venían esos
hombres y qué les pudo haber pasado. Sus descubrimientos alterarán el equilibro
de la vida de la isla, que mostrará su cara más feroz con la llegada de un
supuesto Comisario desde el
continente…
Pero no hay actos sin consecuencias…
El archipiélago del perro es una fábula
terrorífica sobre la sociedad en la que vivimos. No quiero desvelar mucho más
para que podáis disfrutarla plenamente, pero os aseguro que no podréis parar de
leer, ni de pensar en ella.
Me ha gustado mucho. Os la recomiendo.
SLHLT