<<Algunas de las historias más singulares que suceden entre los muros de una prisión no pueden ser contadas. Algunas de las historias más extraordinarias que suceden entre las lindes de un continente tampoco. Pero de todas las crónicas, ninguna entraña tanta dificultad a quien intenta comunicarla como la que sucede dentro de los límites del ser humano>>.

Un hombre con los ojos
vendados arrodillado frente a un muro. Una pistola. La orden es que el disparo
no lo mate al instante. El trasplante de un corazón arrancado de un cuerpo aún
vivo tiene más probabilidades de éxito. Y quien lo espera no hará preguntas.
Elige vivir a cualquier precio, porque es un precio que se puede pagar con
dinero… Y, así, vuelve a latir. A bombear sangre. En otro cuerpo. En otro país.
Bajo otra piel. Sin pensar que, al otro lado del mundo, una promesa perseguirá
esos latidos y tratará de pararlos, para que su legítimo dueño pueda descansar
en paz.
2017. Texas. Unidad de
Mountain View. Corredor de la muerte. Robyn nos muestra su mundo. Dieciséis
años de oscuridad. Un padre recién descubierto, Zhao, y sus cartas. Quieren sus
latidos, antes de que la inyección letal acabe con ellos. Duda. Acepta. Solo
algo a cambio: poder ver su reflejo en el espejo antes de morir. Y aprender a
leer. Y devolver la mirada de los que vayan a observar su muerte, para que se
pudran en su memoria.
<< Hace unos años, el certificado de defunción
de una condenado a muerte en Texas, se marcaba una casilla incluida para tal
propósito, esta casilla indicaba: <<Muerte por envenenamiento
letal>>. Pero ahora el certificado de defunción ha cambiado, y se ofrecen
solo seis casillas, que deben compendiar las seis formas de morir en Texas:
-
Muerte
natural.
-
Accidente.
-
Suicidio.
-
Homicidio.
-
Desconocida.
/ No se puede determinar.
-
Pendiente
de investigación.
Actualmente la casilla que el funcionario debe marcar en el caso
de una ejecución es la de homicidio. Por tanto, los certificados de defunción
que dejamos los condenados a muerte son el testimonio legal de que el Estado
comete, de manera regular, homicidio. Ignoro por qué no existe una casilla para
el asesinato. En el caso de que existiera, nuestra defunción debería marcarse
con una cruz en esa casilla, pues la muerte que se nos impone se da bajo los
agravantes de alevosía –el que va a morir no puede defenderse y
el agresor no corre ningún riesgo-, ensañamiento –la agonía
del que va a morir se aumenta deliberadamente- y precio, recompensa o promesa –el verdugo recibe una retribución
económica por cumplir con su cometido>>.
Este libro, original,
valiente, profusamente documentado y muy bien escrito, es una crítica al
sistema penitenciario de Estados Unidos y una denuncia al tráfico de órganos llevado
a cabo con el beneplácito del Gobierno Chino.
La mezcla entre ficción
y realidad lo hace aún más poderoso porque la verdad está ahí, existe y no es
una invención de la autora ¡Ojalá lo fuese! Y por ser verdad, abruma, desgarra,
hace tiritar el alma y convierte el tuétano en escarcha.
No dudéis. Leedlo. Es un
canto a la libertad y a la vida. A pesar de muchos. A pesar de todo.
Marina Perezagua ha
hecho magia.
SLHLT
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