Hace ya
algo más de un año que nos dejó mi querido Camilleri y yo voy racionando los
libros que me faltan por leer para que me duren el mayor tiempo posible.
Una sus
muchas virtudes fue su gran producción literaria de calidad y, aunque no
comenzó a escribir hasta bien pasados los cincuenta, ha escrito más libros que
otros novelistas durante toda su vida.
Este
trabajador incansable perdió la vista en los últimos años, pero gracias a Valentina
Alferj, quien le propuso que le dictara sus novelas, la saga del
comisario Montalbano se pudo
completar tal y como el autor quería. Este 2020 se publicó en Italia Riccardino, el punto y final de la
serie, pero aquí, en España, vamos cinco libros por detrás, así que aún me
queda comisario para rato.
El
carrusel de las confusiones comienza con un par de moscas
que despiertan de madrugada a Montalbano,
una hemorragia nasal al golpearse la cara tratando de espantarlas, y el asesinato
de una de ellas por parte del comisario, con la consiguiente duda, dado la
imposibilidad de distinguir una de otra, de si habría matado a la mosca
culpable o a la inocente.
Mala
forma de empezar el día. Pero las cosas no hacen más que empeorar: una
trifulca en la playa y la detención del comisario por los carabineros, se
quedará en mera anécdota cuando Enzo
le cuente que alguien secuestró a su sobrina durante unas horas, pero no pidió
rescate, no le robó nada ni le hizo ningún daño. La historia se complicará
cuando tengan lugar nuevos secuestros en las mismas circunstancias.
Por
otro lado, aparece quemada la tienda de Marcello
di Carlo, un empresario local con fama de conquistador. Parece ser obra de
la mafia, por negarse a pagar el recién aumentado pizzo. Pero, como ya sabéis, las cosas no son siempre lo que
parecen…
Sin ser
de las mejores de la saga, esta entrega cumple con todos los requisitos de una
novela policiaca y deja más que satisfechos a los seguidores del comisario Montalbano.
SLHLT
No hay comentarios:
Publicar un comentario