Enferma
y en sus últimos días, Frances Jellico
recibe la visita de alguien de su pasado: el antiguo vicario del pueblo. Ella
no lo ha llamado. Ha venido motu proprio. Y aunque a un observador externo
pudiera parecer que viene a consolarla en su último aliento, lo que realmente
pretende es averiguar la verdad sobre lo que pasó en la mansión Lyntons aquel cálido
verano del 69.
Treinta
años después ella es la única que lo sabe.
Tras la
muerte de su madre, Frances vende los
muebles que le quedan y deja Londres al recibir una atractiva oferta de empleo.
Un multimillonario americano, el señor Liebermann,
ha comprado, sin verla, la mansión Lyntons, en plena campiña inglesa, y quiere
que ella haga un inventario del patrimonio arquitectónico de sus jardines y un
informe evaluando el estado en el que se encuentran. Mientras lleve a cabo el
trabajo, podrá vivir en la mansión. Pero no estará sola. Cuando llega, se
encuentra con Cara y Peter, una extraña pareja. Él se encarga
de realizar un trabajo similar al de Frances,
pero en la mansión, y ella lo acompaña.
Frances siempre ha sido una
mujer insegura, tímida y con pocas habilidades sociales. Pero ese verano su
vida cambiará al conocer a Cara y Peter: picnics, cócteles, aventuras y
confesiones. Aunque al principio se resiste, rápidamente cae en el embrujo de
una amistad nunca antes experimentada. Pero, por desgracia, la felicidad no
dura siempre…
Claire
Fuller, paso a paso, teje una historia que sin darte cuenta te atrapa
en su tela de araña elegante y misteriosa. Con un aire muy inglés y sin
sobresaltos te arrastra hacia un final donde nada era como lo imaginabas.
Me ha
encantado.
SLHLT
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