sábado, 16 de julio de 2022

La tiranía de las moscas

<< Las moscas no hablan, ¿okey? Vivimos en un país de moscas. Vuelan a nuestro alrededor. Las moscas son la nación de las ideas, una nación que zumba, zumba, zumba encima de la cabeza de Calia. A ella, como siempre, no le importa, tan concentrada está en su dibujo del elefante. El dibujo, anatómicamente preciso, es más que la sumatoria del calor veraniego y del aburrimiento. Calia no levanta la mirada. Una de las moscas gordas se posa en su frente y deambula por aquella senda de poros, vellos y sudor, mueve las alas, se las limpia, qué buen lugar ha escogido la mosca para mirarlo todo, para contemplar el dibujo del elefante y hacer una apreciación artística, una valoración crítica >>.


La peor tiranía es la que se ejerce de puertas para adentro. Elaine Vilar Madruga lo ha representado como nadie, como nunca.


Los protagonistas son un padre tartamudo que cae en desgracia a los ojos del cacique de la nación, una madre ausente que ama sus zapatos de tacón por encima de todas las cosas, tres hijos peculiares: el mataconejos, la follapuentes y la pequeña pintora muda que es capaz de hacer que sus dibujos cobren vida, y moscas, muchas moscas, muchííííííísimas moscas.


Al perder el favor del líder del país, el “Abuelo Bigotes”, el padre de familia comienza a establecer su propia dictadura en el interior de su hogar. Puertas y ventanas cerradas, castigos y represión como herramienta educativa fundamental para erradicar cualquier atisbo de rebeldía e insubordinación, y como correctivo antes los peculiares comportamientos de sus vástagos.


Lo único que puede entrar y salir de entre esas cuatro paredes son las moscas. Moscas y más moscas. ¿De dónde sale tanta mosca? Es como si apareciesen de la nada.


Si quieres “leer diferente” esta es tu historia. Irreverente, brutal, singular, atroz y mágica.

SLHLT

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