viernes, 15 de marzo de 2024

No dejar que se apague el fuego

<<Querido papá:

¿Qué tal? Me han expulsado. ¿Sabes lo que es Hora de Imaginar? Es mi asignatura favorita. Yo Hora de imaginar la hago siempre en el Desguace, que es un sitio del aula donde nos ponemos gafas protectoras y despiezamos cosas. Es un poco peligroso. En la primera parte de la clase despiezamos cosas y luego la señorita toca la campana y eso significa que empieza la segunda parte de la clase y se supone que tenemos que volver a poner todas las piezas como estaban. No tiene sentido porque se tarda mucho más tiempo en montarlas como estaban que en despiezarlas. Intenté contárselo a mamá y ella me dijo que entonces empezara antes a montarlas, aunque todavía no hubiese tocado la campana la señorita, pero cuando le hice caso a mamá, la seño me dijo que tenía que esperar la campana. Yo le expliqué lo que pasaba con el tiempo, pero no le gustó mi tono y según ella era un tono de despotricar, que es algo que se supone que me tengo que mirar. Mamá va ya por el tercer trimestre. Está que va a reventar. Tiene a Garby dentro. Le pregunté qué quería por su cumple y me dijo que una IPA bien fría y unas vacaciones. La abuela se ha venido a vivir con nosotras. Tiene un pie en la tumba. No le da miedo nada. Le pregunté dónde estabas y me dijo que esa era la pregunta del millón. Me ha dicho que echa de menos al abuelo. Dice que para cuando ella llegue al cielo seguramente él ya se habrá ido. Hombres, dijo, van y vienen a su…>>

Esta conmovedora historia entrelaza, con un sentido del humor y una ternura deliciosos, la historia de tres generaciones de mujeres: Swiv, su madre y su abuela Elvira.

Swiv es la que nos permite ver a través de sus ojos, que son los ojos de una niña de nueve años, tremendamente madura para su edad, que siente que ha de echarse la responsabilidad de las mujeres de su familia a su espalda, y que acaba de ser expulsada del colegio por meterse en peleas.

Pero la verdadera protagonista es su abuela, una mujer fuerte y luchadora que a estas alturas de la vida ya no le tiene miedo a nada y lo único que quiere es disfrutar de la vida en el mejor sentido de la expresión. Como dice la frase de John Steinbeck que abre el libro: “Es curioso cómo la tristeza no tiene por qué ir a más con la edad.”.

No dejar que se apague el fuego es una historia deliciosa que nos habla de la pérdida, de la vejez, del amor y de lo importante que es disfrutar de todos y cada uno de los días que estemos vivos. Se trata de una lectura trágica, cómica, emotiva, emocionante, dura y tierna. Solo Miriam Toews es capaz de conseguirlo todo a la vez.

Simplemente maravillosa.

SLHLT

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