No lo tiene nada fácil. Su padre la abandonó cuando era solo una niña, el padre de Ida más de los mismo, su mejor amigo murió, y su madre es alcohólica e incapaz de conservar un empleo.
Pero ahora se le presenta una oportunidad: uno de sus profesores le ofrece una beca para hacer el doctorado en Berlín. Es su momento. Para poder hacerlo tiene que asegurarse de que su hermana pequeña esté bien y prepararla para soportar la vida sin ella, en una casa que es un polvorín y con una madre que es una bomba a punto de estallar. Tiene lo que queda de verano para conseguirlo. Si no está segura, no podrá irse.
Y la vida seguirá igual.
<< La certeza de que puedo perder muchas cosas, un padre, una madre, una infancia normal, de que nada es seguro y consistente, pero a pesar de todo los libros quedan, de que nadie me puede quitar esas historias, esos mundos a los que puedo huir, me tranquilizaba y me hacía invulnerable. Sabía que, por mucha mierda que pudiera caerme encima, ese poquito de felicidad no podía quitármelo nadie. Y ahora creo que Ida también lo sabe. >>
Aunque en esta historia se habla de muchas cosas: drogas, malos tratos, violencia, suicidio o relaciones tóxicas, el tema principal es la relación entre las dos hermanas. La ternura y el cariño entre ellas, y el efecto transformador que conlleva, es lo mejor de la novela.
Empecé a leerla bastante a ciegas y me ha encantado.
Totalmente recomendable.
SLHLT
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