Amaia, Kepa, Aitor y Anibal. Ama y aita. El tío Josu. Iker.
Carlos…
Bilbao en los 80.
Amaia es la más pequeña de cuatro hermanos. Y cuando empieza a
contarnos las historia solo tiene cinco años. A través de su mirada inocente e
infantil nos enseña su mundo. Su vida.
Hay monstruos bajo la cama. Me abrazo a Buni. Hoy está aita en
casa y no puedo ir a dormir con ama. Anibal me defiende de los monstruos. Kepa
me chincha y me pega. Aitor lee y estudia en su cuarto. Jugamos a los
papelitos. Vamos a ver al tío Josu.
Ama y aita discuten. Aita grita. Mamá llora. Anibal casi no está
en casa. Aitor pega a Kepa y luego Kepa me pega a mí. Aita no vuelve a casa. La
abuela discute con ama. Ama se queda dormida en el sofá. Huele raro. No se
despierta.
Anibal y aita se pelean y aita se va. Yo me desmayo. Ama está
muy malita. No sale de la cama. Pili me lleva y me va a buscar al cole. Odio a
las monjas. Quiero que ama me saque de este colegio. No quiero que vuelva aita.
Aparecen pintadas en el portal con el nombre de aita y unos
círculos. Yo no sabía lo que eran pero es una diana. Txakurra, dicen en el
barrio. A mamá ya no la saludan las vecinas. Y bebe. Siempre. Anibal está
delgado y pálido. Está muy enfermo. Kepa siempre está enfadado y quiere ser un
gudari. Aitor estudia y me cuida. Yo leo los libros que me presta Iker…
Y la vida sigue. Va pasando y hiere. Y el dolor es cada vez
peor.
Una vez Anibal me dijo una
cosa: en esta casa cada uno sobrevivimos como podemos. Tú has elegido quemar
coches y tirar piedras, yo prefiero la fiesta.
Violencia por todas partes. Violencia como único lenguaje.
Cuatro niños perdidos en una casa, en una ciudad, en un momento en el tiempo,
con todo en su contra.
Víctimas y verdugos a la vez. De todos. De todo. De sí mismos. Y
un objetivo: escapar.
¡Sálvese quien pueda!
La heroína, el alcohol, la kale borroka, los libros, la fiesta… Son
vehículos de escape sin frenos. ¿Quién llegará a buen puerto? ¿Quién se
salvará? ¿Quién se perdonará?
Edurne Portela
describe la vida de una familia como muchas, como tantas, en el Bilbao de los
años 80. Humo, violencia, machismo, paro, inseguridad, heroína, huelgas,
piquetes, asesinatos a sangre fría, tensión en las calles, ETA...
Todos vigilan. Nadie habla.
Y lo vemos a través de los ojos de Amaia, que va creciendo ante
nosotros y va entendiendo muchas cosas. Otras no.
Real. Potente. Muy potente. Sobrecogedora.
Me ha gustado mucho. Tenéis que leerla.
SLHLT
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