Fluye el
Sena es la recopilación de tres novelas cortas del singular
comisario Adamsberg.
La
primera es Salud y libertad. Extraños mensajes anónimos de un
supuesto asesino llegan a la comisaría. Podría ser un gracioso o un loco.
Aunque también podría ser verdad y hay alguien suelto que presume de haber
matado a una persona sin que la policía se haya dado ni cuenta. Mientras tanto
un viejo sastre venido a menos acampa enfrente de la comisaría y a Danglard lo saca
de quicio.
La noche
de los brutos transcurre en Nochebuena. A Adamsberg no le gusta esa fecha tan
señalada y prefiere hacer la guardia junto a un joven policía. El comisario
tiene claro que antes de que acabe la jornada tendrá lugar un crimen. Eso es lo
que le dice su olfato policial y su experiencia. ¿Acertará?
En Cinco
francos unidad un mendigo que vende esponjas cochambrosas en la calle
es testigo accidental del asesinato a tiros de una mujer envuelta en pieles.
Pertenece al Ministerio del Interior y desde las altas esferas presionan a
Adamsberg para que consiga hacer hablar al testigo, que no quiere soltar prenda,
y resuelva el caso lo antes posible.
Cuando
una saga policiaca tiene éxito las editoriales suelen sacar libros con relatos
o historias menores que no tienen la envergadura de una novela. Imagino que
este es el caso de Fluye el Sena. Sin ser lo mejor de Fred
Vargas, estas tres historias cumplen su finalidad: son entretenidas, fáciles de
leer y perfectas para adentrarse y disfrutar de la idiosincrasia y singularidad
del universo Adamsberg.
SLHLT
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