viernes, 21 de julio de 2023

Y del cielo cayeron tres manzanas

Anatolia Sevoiants cree que le ha llegado su hora.


Vive sola en Marán, una pequeña aldea armenia perdida entre las montañas. Lleva días sintiéndose mal. Algo no está bien en su interior y ha empezado a sangrar. Pero está tranquila. Da su vida por vivida. Le hubiera gustado tener hijos… No pudo ser. A veces los niños no llegan.


Va a dejar la casa limpia y todo listo y recogido para que cuando su vecina la eche de menos y vaya a ver qué le pasa, esté todo como debe estar.


Pero, el destino, el universo o la suerte, tienen otros planes para ella y para el resto de sus amigos y vecinos de Marán.


No quiero desvelar mucho más (aunque ya sé que voy tarde y que casi todos la habréis leído ya) porque es una historia a la que hay que llegar sabiendo poco. Solo os digo que entre sus páginas os encontraréis a salvo, os templará el alma, como cuando llegáis al lugar que huele a casa.


Es una fábula maravillosa donde las vidas de los vivos y los muertos se entrelazan, donde unos vecinos cuidan de los otros cuando la vida se hace insoportable, donde las almas puras son capaces de sentir a otras almas y donde los pavos reales blancos aparecen para proteger a quienes lo necesitan.


Dividida en tres partes: “Para quien vio”, “Para quien contó” y “Para quien escuchó”, esta historia ha venido para quedarse a nuestro lado, y Marán, para ocupar un lugar destacado dentro del olimpo de geografías imposibles que solo podremos a recorrer a través de las páginas de los libros.


Preciosa, tierna y emocionante.


No os la perdáis.

SLHLT

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