martes, 30 de abril de 2024

Mamut

 << El día que iba a preñarme, cumplía veinticuatro años y organicé una fiesta de cumpleaños, que en realidad era una fiesta de fecundación encubierta. Algunos compañeros de piso me ayudaron. Llamaron a amigos y conocidos. Mis amigos podían traer a sus conocidos. Necesitaba gente; cuanta más, mejor. Reunir a una multitud, a ese hormiguero donde los gestos épicos pasan desapercibidos. Quería ser madre soltera, que ningún padre me reclamase nunca su parte. >>

Así, de sopetón, se nos presenta nuestra protagonista. Una mujer joven con la firme intención de quedarse embarazada, pero más que por el deseo de tener un hijo, por el hecho de gestarlo, de crearlo, “de hacer pasar la vida cuerpo a través”.

La fiesta de fecundación no da los frutos esperados y esto la empuja a dar un cambio drástico a su vida, en la que se siente fuera de lugar y de la que está más que harta, asqueada, viviendo para un trabajo precario en el que cree que pierde su dignidad.

Y aquí todo cambia. Se vuelve crudo, agreste, hostil… Animal.


<< Ordeno que todo lo que ha sido mío sea de la vida, que busque y halle su camino en la inhumana y cruda vida, porque ya no es mío. Ordeno un nuevo destierro, ahora que he pervertido el viejo. Que sepa estar alerta cuando, a medianoche, la vida me mande a sus lanceros. >>

 

No voy a desvelar nada más. Si os gusta Eva Baltasar, aquí vais a encontrar no solo su escritura singular, rica y poética, sino también una evolución hacia lo salvaje.

Con Mamut, una historia incómoda y maravillosa, la autora cierra esta trilogía por todo lo alto.

SLHLT

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