La
llamada reconstruye la historia de Silvia Labayru, militante montonera
secuestrada por la dictadura argentina en 1976, embarazada de cinco meses. Lo
que sigue es un descenso al infierno: tortura, esclavitud, violaciones, parto
en cautiverio, y una vida marcada por el estigma de haber sobrevivido. Pero Leila
Guerriero no escribe desde el morbo ni desde el juicio. Escucha. Pregunta. Deja
hablar.
Durante
dos años, la periodista conversó con Silvia y con quienes la rodearon, y el
resultado es un retrato íntimo, doloroso y complejo. No hay héroes ni
traidores, solo una mujer que vivió lo indecible y que, décadas después, se
atrevió a contar. La autora ilumina las zonas grises de la memoria, las heridas
que no cierran, el rechazo que sufren quienes vuelven del horror. Y lo hace con
una prosa contenida, precisa, que nunca se impone sobre la historia.
Hay
libros que te cambian y nunca vuelves a ser la misma después de leerlos. Este es
uno de ellos. Te atraviesa y te deja huellas en el alma. Porque fue real. Porque
las caras de los torturadores están solo a unos pocos clics de tu portátil.
Porque a veces ser guapa, joven, rubia y de “buena familia” te salva la vida,
pero a qué precio.
Silvia
Labayru hizo de vivir su objetivo. Cada día. Todos los días. A pesar de ellos.
A pesar de todos. Nunca pensaron que pudiera hacerles frente. Que su miedo les
protegería.
Pero la subestimaron.
Como casi
siempre.
SLHLT