Seis amigos que compartieron adolescencia en un piso tutelado se ven las caras después de veinte años. El reencuentro, que debería haber sido una noche de fuegos artificiales y brindis en las fiestas del Apóstol, termina con el asesinato de uno de ellos.
Nadie ha visto nada… Pero todos esconden secretos.
Será el pasado el verdadero protagonista: el suicidio de Antía Morgade, víctima de abusos veinte años atrás, por parte de un educador que acaba de salir de prisión, planea sobre todos los personajes como una sombra que no se disipa.
La novela es coral, intensa, y juega con la ambigüedad moral de cada personaje. La autora dosifica la información con precisión quirúrgica y nos hace sospechar de todos. Hay momentos en los que parece que lo tenemos claro, pero no. Y eso es lo que más me gusta: que no se trata solo de descubrir quién lo hizo, sino de entender por qué todos podrían haberlo hecho.
Si te gustó Belleza roja o La vida secreta de Úrsula Bas, esta novela también es para ti.
SLHLT
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